Cine
‘Indiana Jones y el templo maldito’ provocó este gran fallo en ‘En busca del arca perdida’
El orden cronológico de las dos primeras películas de ‘Indiana Jones’ generó un gran fallo en la caracterización de Indy en ‘En busca del arca perdida’.
‘Indiana Jones y el templo maldito’ (1984) fue la segunda película de la popular saga de aventuras protagonizada por Harrison Ford. No obstante, muchos olvidan un detalle clave de su trama: pese a haber sido estrenada tres años después que ‘En busca del arca perdida’ (1981), en realidad se trataba de una precuela ambientada en 1935, solo un año antes. Este salto temporal provocó un peculiar fallo en la caracterización de Indiana Jones en su primera película: su escepticismo en los poderes divinos del Arca de la Alianza cuando en su aventura previa ya había presenciado la existencia de poderes sobrenaturales en forma de las piedras de Sankara.
Indiana Jones ya había sido testigo de la existencia de fuerzas sobrenaturales en ‘El templo maldito’, por lo que su escepticismo hacia los poderes del Arca de la Alianza era difícil de justificar
‘En busca del arca perdida’ fue la primera película de la saga, ambientada en 1936. Su trama detallaba una frenética carrera para hacerse con el Arca de la Alianza antes de que los nazis la consiguiesen. De este artefacto se decía que poseía un poder divino inmenso, y esta era la razón por la que la Alemania nazi andaba tras él. A lo largo de la película, Indiana descarta en varias ocasiones todas las historias sobre el Arca como “supersticiones”. Esta postura, a nivel narrativo, podría justificarse para que la revelación de los verdaderos poderes del Arca tuviese un mayor impacto en los espectadores.
Sin embargo, el estatus de precuela de ‘Indiana Jones y el templo maldito’ (1984), ambientada en 1935, complica esta caracterización. En esta segunda película, Indy ya había sido testigo directo de fenómenos sobrenaturales devastadores, como los poderes de las piedras de Sankara y los rituales del culto Thuggee. Este cambio en la cronología provocó un gran conflicto en la construcción del personaje, ya que después de haber vivido experiencias que desafiaban toda lógica, que Indy no creyese en el poder del Arca de la Alianza en su siguiente aventura resultó ser un escepticismo muy arbitrario y contradictorio con lo que había vivido previamente.
Este tipo de incoherencias no son exclusivas de la franquicia ‘Indiana Jones’, sino que son un fenómeno recurrente en muchas sagas. El orden en el que se estrenan las películas o el estatus de precuelas y secuelas puede tener un impacto significativo en la coherencia interna de la narrativa. Las precuelas, al introducir elementos o aspectos que no estaban contemplados originalmente, a veces causan conflictos con detalles establecidos previamente en las entregas anteriores.
En el caso de Indiana Jones, la cronología entre ‘El templo maldito’ y ‘En busca del arca perdida’ provocó un error de caracterización que, aunque puede explicarse desde un punto de vista narrativo, también puede interpretarse como una inconsistencia. Es una de las grandes paradojas de las franquicias de éxito: a medida que los creadores expanden sus universos, pueden generar problemas a nivel narrativo con las obras estrenadas con anterioridad.
El escepticismo arbitrario de Indiana Jones: de fallo a gag humorístico a lo largo de toda la saga
Indiana Jones es, en esencia, un personaje de claros contrastes: un arqueólogo que combina sus rigurosas investigaciones basadas en hechos con aventuras cargadas de misticismo y eventos sobrenaturales. Sin embargo, este equilibrio se tambalea en ocasiones debido a varias incongruencias narrativas que, lejos de perjudicar a la saga, han terminado convirtiéndose en parte de su encanto. Un ejemplo claro de esto es la negativa de Indy a creer en los poderes divinos del Arca de la Alianza en ‘En busca del arca perdida’, algo que resulta extraño si se tiene en cuenta que, en ‘El templo maldito’ —ambientada cronológicamente antes—, ya había sido testigo directo de poderes sobrenaturales a través de las piedras Sankara y los “poderes” del malvado Mola Ram.
Esta inconsistencia en su caracterización, que podría interpretarse como un mero error narrativo, evolucionó con el tiempo en un rasgo cómico del personaje. A lo largo de la saga, el escepticismo de Indy hacia lo que no puede explicar de forma racional se mantiene, aunque el propio personaje ha presenciado fenómenos extraordinarios en todas sus aventuras. Desde los efectos devastadores del Arca de la Alianza hasta los poderes curativos del Santo Grial, pasando por las calaveras de cristal de origen alienígena o el mecanismo de Anticitera que permite viajar atrás en el tiempo, Indiana parece no aprender la lección: siempre comienza sus aventuras dudando de los mitos y leyendas para terminar enfrentándose cara a cara con su veracidad.
Esta faceta suya ha terminado convirtiéndose en un elemento humorístico que define su personalidad. Es como si, en cada película, Indy decidiera resetear su escepticismo y abrazar por completo el pragmatismo y los hechos probados por la ciencia, solo para chocarse de bruces con lo imposible. Este recurso narrativo añade un toque entrañable y humano al personaje, recordándonos que incluso los mayores héroes del cine tienen defectos como la tozudez, y estas contradicciones en su carácter forman parte de lo que los hace memorables. Esta peculiar lucha interna de Indy entre sus creencias como hombre de ciencias y los eventos imposibles que vive de primera mano dotan a sus historias de un gran balance entre lo cómico y lo solemne.