Es la actriz con más Oscar de la historia, pero llegó a ser considerada como “veneno de taquilla”

Cuando hablamos de grandes artistas del séptimo arte, pensamos en los actores y actrices que más premios tienen a sus espaldas. Es el caso de Jack Nicholson, Daniel Day-Lewis o Frances McDormand, ya que cada uno cuenta con 3 premios Oscar. Sin embargo, existe una actriz que cuenta con el récord de más estatuillas. Esta es Katharine Hepburn, que consiguió 4 premios Oscar a mejor interpretación femenina en 1933, 1967, 1968 y 1981. La estadounidense es, sin lugar a dudas, uno de los iconos del Hollywood clásico y una de las figuras más importantes de la historia del cine.

No obstante, en sus inicios, Hepburn tuvo que lidiar con un peso que no dependía estrictamente de ella. La actriz, en los años 30, llegó a ser considerada por el Independent Theatre Owners of America como “veneno de taquilla”, ya que sus películas no recaudaban los suficiente a pesar de ser exitosas en cuanto a crítica.

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El razón detrás del sobrenombre

Katharine Hepburn llegó a Hollywood a principios de los años 30 después de haber crecido como una niña más aislada que de costumbre y marcada por la prematura muerte de su hermano. Con todo, la actriz desarrolló una personalidad que no casaba mucho con las grandes estrellas de antaño, ya que tenía una relación difícil con la prensa y los fans, a los que le negaba autógrafos en muchas ocasiones. Además de esto, no concedía entrevistas y se ganó el apodo de “Katharine de Arrogancia”.

De otro modo, su carrera parecía despegar tras ganar el Oscar a Mejor actriz en 1933 por ‘Gloria de un día’, pero en 1935 sintió que necesitaba salir de la burbuja de Hollywood tras volverse tremendamente impopular. Probó con el teatro en Nueva York, pero regresó a Los Ángeles para intentar conseguir el papel de Scarlett O’Hara en ‘Lo que el viento se llevó'. No obstante, el productor David O. Selznick la rechazó alegando que no tenía atractivo sexual.

Tras ello, encadenó dos películas que gustaron a los críticos pero que fueron un fracaso en taquilla: ‘Damas del teatro’ (1937) junto a Ginger Rogers y ‘La fiera de mi niña’ (1938) junto a Cary Grant. La RKO, productora de ambas, no estaba satisfecha con los resultados y culpó a la impopularidad de Katharine Hepburn de la caída en taquilla, alegando que su arrogancia alejaba a la gente a ver las películas en las que ella aparecía. Es ahí cuando adoptó el sobrenombre de “veneno de taquilla”.

El resurgimiento de Katharine Hepburn

Después de aquello, la reputación de Katharine Hepburn estaba por los suelos. Por suerte, recaudó el suficiente dinero para no tener que depender de las productoras en muchas ocasiones y poder costearse sus propios proyectos. Un par de años después le llegó la oportunidad de protagonizar otra comedia, ‘Historias de Filadelfia’ (1940), junto a Cary Grant y James Stewart. Para su suerte, la cinta fue un éxito en todos los sentidos y Hepburn regresaba a la cima de Hollywood. Su carrera posterior la convirtió en la actriz más laureada de la historia de los Oscar y en el icono que es hoy en día para el séptimo arte.

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