Crítica de Wicked: Parte 2′, un desenlace exuberante y melancólico

Un mismo hecho puede ser contemplado desde distintas perspectivas. Lo que parece real no siempre lo es, porque la manipulación de los datos puede conducir a interpretaciones fraudulentas. En la época de la desinformación, la historia de fantasía de ‘Wicked: Parte 2’ resuena con fuerza inusitada y resulta curiosamente contemporánea.

El concepto del bien y del mal se desdibuja y se retuerce con mentiras pérfidas, las necesarias para cambiar el relato de la historia. En la Tierra de Oz, las manipulaciones no se hacen a través de las redes sociales, sino mediante la propaganda que encarna Glinda (Ariana Grande), la denominada bruja buena del sur. Ni su varita ni su transporte de burbuja son mágicos, ya que se trata de toda una fachada de engaños diseñada para controlar a la opinión pública.

En el lado contrario se encuentra Elphaba (Cynthia Erivo), que tras descubrir la verdadera naturaleza del Mago de Oz (Jeff Goldblum) se convierte en el blanco de una campaña de desinformación orquestada por Madame Morrible (Michelle Yeoh). Pasa a ser el enemigo número uno, la malvada bruja mala del oeste. La verdad deja de importar, porque el pueblo está dispuesto a creer en el relato fabricado y en la imagen de color de rosa que proyecta Glinda. Un poco como cuando Trump dijo que podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perder ni un solo voto.

Lo interesante de ‘Wicked: Parte 2′ es cómo sus protagonistas se enfrentan a esta situación. A pesar del aparente papel de Glinda como antagonista de Elphaba, la realidad es que su relación escapa de esas constricciones, puesto que se sustenta en una falsedad: que sean enemigas.

En esta segunda parte, Dorita, el león y el hombre de hojalata juegan su papel, pero la narración la sostienen sus dos protagonistas, que representan a un bien y a un mal que a veces invierten sus roles. Toda esta narración se reviste de una fastuosa y cuidada escenografía, que dibuja un mundo de maravilla y de fantasía, que a menudo esconde la suciedad debajo de la alfombra.

Como musical, ‘Wicked: Parte 2′ rinde a un nivel notable, aunque hemos de decir que los temas nos han parecido menos pegadizos que los de la primera entrega. Destacan los temas más introspectivos, que exploran la relación entre Glinda y Elphaba y que mezclan alegría y tristeza, celebración y despedida. También los que tratan sobre el odio y la xenofobia, temas contemporáneos que tienen su reflejo en este universo de fantasía.

Los fragmentos en los que aparece Dorita son secundarios porque no es la historia que importa. De hecho, no se le ve el rostro en ningún momento, pero es una decisión consciente y acertada que se integra a la perfección en el guion.

Veredicto final

La primera entrega de ‘Wicked’ nos fascinó; la segunda es un buen broche final para un musical fantástico que hemos disfrutado de principio a fin. Es una película más introspectiva, por lo que algunos temas estrechan la relación entre Glinda y Elphaba con un toque alegre pero también melancólico. Es verdad que los temas en general no nos han llegado tanto, pero el conjunto es notable. Llama la atención que su mensaje sea tan contemporáneo: manipulación mediática, odio y xenofobia. Todo esto hace de ‘Wicked: Parte 2′ un gran musical que se queda un peldaño por debajo de ‘Wicked’.

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