El pueblo de Arturo Pérez-Reverte que ya no existe y era un experimento social único en España: “Un paraíso”

Estamos acostumbrados a un Arturo Pérez-Reverte que lanza afilados mensajes contra la clase política y la sociedad española. Sus recomendaciones en cine y televisión se toman como referencia. Entre medias escribe libros, pero pocas veces le hemos visto abrirse en canal como en una de sus recientes columnas. El escritor ha recordado el pueblo de su infancia, extinto desde hace años pero muy vivo en su memoria. Así describe Poblado del Valle de Escombreras, “un lugar extraordinario”.

Poblado del Valle de Escombreras, el pueblo desaparecido en el que vivió Reverte de niño

“Tuve el privilegio de vivir infancia y primera juventud en un lugar extraordinario: se llamaba Poblado del Valle de Escombreras”, comienza Reverte en su columna para XL Semanal. “Había allí una refinería de petróleo —todavía existe, aunque el poblado desapareció hace mucho—, y junto a ella, para sus empleados, se desarrollaba un experimento social único en la España de los años 50: trabajadores de distintos niveles, jefes y obreros, vivían en el mismo lugar y compartían con equidad los servicios: comercios, escuela, iglesia, casino, cine, transporte, piscina, instalaciones deportivas. Había diferencias sociales a la hora de relacionarse —como las hay ahora—, pero los mayores convivían con respeto y los niños nos criábamos juntos, jugábamos juntos, correteábamos en pandilla por aquellos campos, montes y orilla del mar, e íbamos al mismo colegio de primaria. Ahora que somos mayores, quienes seguimos vivos recordamos el lugar como un paraíso: primeros juegos, primeros amores, primeras aventuras. Primeras experiencias de la vida”.

Localizado en Cartagena (Murcia), el Valle de Escombreras hizo historia en la década de 1940 al albergar la primera refinería de petroleo en la península, de la mano de la empresa REPESA. El Poblado del Valle de Escombreras convivió con las refinerías durante los años 50 y 60. Se estima que vivieron en la zona más de 3.000 habitantes. Fue un lugar de oportunidades, ya que poco después de la refinería se instalaron otras factorías dedicadas a los fertilizantes y abonos. La contaminación y el espacio que ocuparon hacía incompatible la vida allí, así que sus habitantes finalmente fueron a vivir a otros pueblos a lo largo de la Comarca del Campo de Cartagena. Su clima es especial dentro de la costa Mediterránea española. La escasez de las precipitaciones durante el año la convierten en una de las zonas más secas del país.

Hay recuerdos que nunca se olvidan.

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