El creador de Roomba advierte: no te acerques a un robot humanoide a menos de tres metros

Rodney Brooks, pionero de la robótica, cofundador de iRobot (la compañía detrás de la Roomba) y profesor emérito del MIT, ha lanzado una advertencia tajante: mantente al menos a tres metros de cualquier robot bípedo en movimiento. En un ensayo técnico publicado en su blog titulado “Why Today’s Humanoids Won’t Learn Dexterity”, el experto asegura que los humanoides actuales son demasiado inseguros para convivir de cerca con las personas.

“Mi consejo a la gente es no acercarse a menos de tres metros de un robot bípedo a tamaño completo”, escribió Brooks. Según explica, la forma en la que estas máquinas caminan las convierte en potenciales fuentes de accidente: para mantenerse en equilibrio, acumulan enormes cantidades de energía cinética que, en caso de una caída o un movimiento inesperado, podrían provocar lesiones graves.

No te acerques a ellos

Brooks recuerda incluso una experiencia personal: estar “demasiado cerca” de un robot Digit de Agility Robotics cuando este cayó. Desde entonces, afirma, no se atreve a aproximarse a un humanoide mientras camina. El problema no es anecdótico: por las propias leyes de la física, al duplicar el tamaño de un robot se multiplica por ocho la masa y, con ella, la energía del impacto de una posible caída.

Además de la seguridad, Brooks señala otro obstáculo: la destreza manual. Mientras compañías como Tesla y Figure apuestan por enseñar a sus robots a imitar tareas humanas a partir de vídeos, el científico insiste en que se trata de una aproximación incompleta. El tacto, con sus 17.000 mecanorreceptores en la mano humana y más de 15 familias neuronales distintas, es clave para manipular el mundo físico, y ninguna de estas máquinas está cerca de replicarlo.

La combinación de motores eléctricos potentes, algoritmos de equilibrio de hace décadas y la ausencia de un sistema táctil avanzado hacen que, a ojos de Brooks, los humanoides que hoy protagonizan demostraciones espectaculares estén lejos de ser seguros o prácticos en entornos reales.

Paradójicamente, el propio investigador sí cree que dentro de 15 años veremos muchos robots llamados “humanoides” en fábricas y hospitales, pero probablemente no se parecerán en nada a los bípedos actuales: tendrán ruedas en lugar de pies, más brazos que una persona, sensores ubicados en lugares poco convencionales y, en definitiva, estarán diseñados para la eficacia más que para la imitación.

Su consejo de mantener una distancia prudente resume bien la brecha que aún existe entre el entusiasmo del marketing y la cruda realidad técnica. Brooks advierte: los robots humanoides que hoy impresionan en vídeo aún están lejos de ser seguros compañeros de trabajo o de vida.

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