Ciro, niño de 12 años, ahorra para comprar una impresora 3D y monta su primer negocio: “La idea es hacer piezas a pedido”

En Banfield (Buenos Aires, Argentina), la pasión por crear tiene nombre propio, el de Ciro Joaquín Boggiano, un joven de 12 años que ha decidido convertir la curiosidad en emprendimiento. Su historia empezó como todas, casi sin darse cuenta, el día que vio una impresora 3D en acción y soltó la frase que cambiaría su rutina: “Quiero una de esas”.

De las pulseras al 3D

Desde entonces, nada ha frenado a Ciro. Se empapó por su cuenta de tutoriales, ahorró cada peso que le cayó por su cumpleaños y hasta se lanzó a vender pulseras caseras para ahorrar lo necesario. Estaba obsesionado con comprar la impresora y empezar a crear.

Con esa entrega, el sueño no tardó en hacerse realidad. Ciro se hizo con su impresora, se abrió cuenta en Instagram (@printer.3d.cb) y empezó a hacer pedidos para amigos y familiares. Lo que empezó como hobby no tardó en convertirse en negocio y hasta ha empezado a hacer demostraciones en vivo de su trabajo.

El futuro pasa por la impresión

Para Ciro, la magia está en el proceso: “Comenzar un trabajo desde cero y ver el producto terminado, tal o mejor que lo imaginaste”, y el joven cuenta con la seguridad de quien sabe que esto recién empieza. Su meta es crecer, llegar a más gente y ofrecer piezas personalizadas.

Por ahora, trabaja para conocidos, pero su idea es hacer piezas a pedido y seguir aprendiendo. Con actitud, creatividad y perseverancia, este joven emprendedor demuestra que la pasión no tiene edad y que a veces, se imprimen en 3D.

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