Análisis Dragon Ball Z Kakarot: 23rd World Tournament, ¿merece la pena el nuevo DLC?

El Gran Demonio Piccolo estuvo a punto de destruir el mundo, pero Goku consiguió derrotarlo antes de que cumpliera su objetivo. El nuevo DLC de Dragon Ball Z Kakarot, 23rd World Tournament, arranca con esa trepidante batalla. Goku niño despliega todos sus poderes y traspasa el cuerpo del villano, que antes de morir expulsa un huevo cargado de malignidad. Su vástago, el ser destinado a continuar con el legado de Piccolo Daimao, sueña con reinar sobre los hombres, mujeres y criaturas del planeta Tierra.

Este nuevo contenido descargable llega tras la expansión Bardock, solo contra el destino, del segundo pase de temporada. A la espera del tercer y último arco, el DLC narra la historia final de Dragon Ball, ya cuando Goku supera la adolescencia y alcanza la etapa adulta. Al igual que el resto del juego, 23rd World Tournament sigue de manera fidedigna la historia del manganime de Akira Toriyama, tanto a nivel visual como narrativo.

El heredero de Piccolo: comienza el último arco de Dragon Ball

Tras la muerte de Piccolo Daimao, los amigos se separaron y emprendieron un duro entrenamiento, que desemboca en su participación en el Gran Torneo de las Artes Marciales. Son Goku, Ten Shin Han, Chaos, Krilin, Yamcha y compañía se reencuentran con otros amigos como el maestro Mutenroshi, Bulma, Puar o Ulong. En un primer momento nadie reconoce a Goku porque ha crecido una barbaridad, aunque su peinado sea inconfundible. Bajo esta premisa, el DLC nos indica rápido que el antagonista es Junior, nada más y nada menos que el hijo de Piccolo, al que nuestro héroe ya esperaba ansioso.

La representación de este arco argumental conserva todo lo bueno y todo lo malo del juego base, un RPG desarrollado por Cyberconnect2 que destaca por su espectaculares secuencias cinemáticas y por su divertido sistema de combate. La estructura jugable se mantiene casi sin cambios, salvo por algún que otro pequeño matiz, que aporta un toque distintivo a las batallas.

Como participantes del Gran Torneo, tenemos la oportunidad de manejar a personajes como Goku y Ten Shin Han. De hecho, una de las primeras batallas es contra Tao Pai Pai, el hermano del maestro de la Escuela de la Grulla. El juego explora el pasado del luchador de los tres ojos, cuando este entrenaba para convertirse en asesino. Se plasma mediante un flashback jugable que nos deja revivir aquella primera lucha entre Ten Shin Han y Tao Pai Pai. Nos quedamos con ganas de más, puesto que nos dio la impresión de que nos iban a mostrar varios episodios a lo largo del DLC.

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El combate terranal, la principal novedad jugable del DLC

Por supuesto, no todas las contiendas del Gran Torneo Mundial se juegan en Dragon Ball Z: Kakarot. Muchos de los combates se resuelven usando una secuencia cinemática. El sistema de batalla en sí es igual que en el título original, salvo que en esta ocasión puedes perder el combate si te sales del ring o ganarlo si logras hacer lo propio con el contrario. El juego proporciona un indicativo visual, aunque en nuestra partida solo se llegó a ver una vez. El combate terrestre ancla la lucha en el ring, ya que Goku todavía no sabe volar (y no puede usar a Kinton durante el torneo).

Por otro lado, al caer en combate podremos volver a la luchar si rellenamos la barra correspondiente antes de que el Anunciador termine de contar. Basta con aporrear el botón y reviviremos con un más que generoso relleno de la barra de vida, lo que hace que este DLC sea muy fácil de superar.

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A pesar de que los combates son escasos, el de Goku contra Picolo Junior tiene sus momentazos. Se desarrolla en varias fases y nos deja luchar contra la versión gigante del villano, que con el tiempo pasará a ser un aliado y un buen amigo de la familia.

La estructura algo abierta de su mundo no termina de encajar en este contenido tan breve, ya que han diseñado pocas misiones secundarias, por lo que se desaprovecha y tiene poco sentido dentro del concepto que plantea, muy dirigido a la historia. La nube Kinton nos permite volar como la hacíamos en el juego base, por lo que apenas cambia en ese sentido.

Goku y Chichi se conocieron de niños, pero es en este instante cuando se materializa su matrimonio. El endgame transcurre en esos primeros días de casados, cuando al guerrero le encomiendan la tarea de poner order en la zona. Deberá atender a los requerimientos de la policía y acabar con los rufianes más buscados. Claro que desconoce que el artífice real, la persona que ha contratado a los mercenarios, es el miserable de Pilaf.

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En general, la sensación es parecida a la que tuvimos con Dragon Ball Z Kakarot. Mezcla momentos alucinantes —generalmente secuencias cinemáticas— con escenas de diálogo creadas con el motor del juego. Estas últimas contrastan con las otras porque están a un nivel mucho más básico. Aun así, 23rd World Tournament es un contenido que merece la pena disfrutar.

Dragon Ball Z Kakarot está disponible en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X, Xbox Series X, Xbox Series S, Nintendo Switch y PC. El DLC cuesta 13,99 euros si lo compras de forma individual, mientras que el segundo pase de temporada, que incluye esta y otras dos historias, se puede comprar por 39,99 euros.