Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp, impresiones finales. Un clásico que envejece como el buen vino

La primavera arranca para Nintendo Switch con uno de los clásicos de Intelligent Systems. Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp marca el regreso de una de las franquicias queridas para los veteranos de la editora japonesa. Las dos entregas originales de GameBoy Advance mantienen todas sus virtudes jugables inalteradas, acompañadas de un importante cambio visual y algunas funciones que suavizan algo la experiencia, además de las funciones multijugador a través de la internet. En MeriStation ya hemos podido jugar buena parte de la campaña del primer juego.

Un clásico que no envejece

La llegada de esta reimaginación de Advance Wars supone un momento relevante para los dos perfiles de jugador interesados en él. Quienes no tuvieron la experiencia original en sus manos encontrarán uno de los exponentes de cabecera de su género. Hablamos de dos títulos de estrategia táctica por turnos en el que el combate se ve influido por los tipos de unidad y el escenario.

Su carácter militarizado de corte moderno lleva la contienda por tierra, mar y aire con unidades reconocibles por todos. Podemos manejar cazas, tropas de infantería y tanques de varios perfiles, entre otros, cuyo movimiento dependerá de su rango de acción en la superficie donde se encuentren. No todas las unidades pueden colocarse en cualquier sitio; cada cuadrícula del mapa cuenta con una ambientación determinada que confiere sobre todo bonificaciones defensivas.

Dentro de una misión los turnos se dividen en días. Cada día tanto tú como el enemigo moveréis vuestras tropas, de modo que una unidad tan solo puede realizar una acción por turno. Puedes desplazarte y atacar a un rival, o moverte y colocarte en otra posición. Existen otras unidades que pueden reabastecer a las unidades que gasten munición o gasolina. Por ejemplo, al moverte con un tanque gastará sus recursos. Vigila tu depósito.

Lo que comienza de manera suave poco a poco va ganando complejidad, pero no lo hace a niveles que requieran esforzarte por comprender las mecánicas. De inicio a fin el juego trata de transmitirte sus reglas, nada más. Lo que tú harás mando en mano tan solo consiste en arrastrar y mover unidades para crear jugadas a tu favor, como si fuesen figuras de ajedrez. En cuestión de pocas horas sentirás que estás completamente atrapado.

Por ejemplo, al poco comprenderás que capturar ciudades te permite tener puntos de curación para las unidades heridas. Y si no fuese suficiente, algunas misiones después aparecen las fábricas y la posibilidad de generar las unidades que quieras a partir de una moneda recibida al comenzar cada día. Introduce realmente bien las nuevas capas jugables. Las condiciones de victoria suelen variar entre capturar la base rival y destruir todas las unidades enemigas, aunque al poco descubrirás que habrá misiones con otro tipo de objetivos, como hacerte con un número determinado de ciudades antes que el contrario.

Si este breve resumen sobre el concepto jugable de Advance Wars te atrae (profundizaremos más en el análisis), una vez dentro del juego no te decepcionará. Por otro lado, si eres un auténtico veterano de la saga ya sabes a lo que vienes. Más de 20 años después del lanzamiento de la primera entrega, la fórmula no se resiente al paso del tiempo. Parece una novedad de 2023. Es un clásico que merece la pena revisitar.

¿Cómo se ha adaptado?

El cambio más evidente que encontramos es su renovado aspecto visual. Sí, los sprites de GameBoy Advance tenían bastante encanto. WayForward, responsable del proyecto, ha seguido una línea diferente que sitúa a estos ejércitos como soldaditos de plástico en una gran maqueta. La cámara deja entrever que el campo de batalla está encajado sobre una caja de madera, donde aparece pintado el escenario donde confluyen los bloques.

Del 2D pasamos a modelados 3D pese a que el tiro de cámara solo permite verlo desde un solo plano. Eso sí, podemos jugar con el zoom para alejar o acercar la vista; de hecho, al acercarla al máximo se aplica efecto de desenfoque Bokeh, lo que ya de por sí anima a pensar en esa maqueta de juguete. Todas las unidades cuentan con animaciones que les da matices sobre su comportamiento. Es bastante agradable a la vista, sobre todo en la pantalla de Nintendo Switch OLED: aprovecha muy bien para lucir la potente gama de colores que usa.

Al entablar el combate aparece la clásica pantalla dividida, aunque en esta versión se ha incluido la posibilidad de poder aligerar trámites. Puedes elegir entre cuatro tipos de animaciones, incluida su eliminación. Verás los resultados de salud al instante debajo del perfil de la unidad. También se incorpora la posibilidad de reiniciar el último turno que hayas realizado, es decir, se te devolverá al inicio del día en el que te encuentres tras esperar una breve pantalla de carga.

Profundo y ágil: las dos claves de Advance Wars

Estas primeras horas con Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp confirman lo bien que se siente la fórmula de estos clásicos de GameBoy Advance. Por más que pasen los años, su estructura jugable permanece sólida. Esta reimaginación construye sobre la misma base una puesta al día visual agradable y con algunos añadidos que aportan más opciones para los jugadores, como la reducción de animaciones y la posibilidad de volver al inicio del turno.

Queda por probar el multijugador online, otra de sus grandes novedades, pero nos queda claro que se mantiene firme como uno de los exponentes de la estrategia táctica por turnos. En el análisis hablaremos largo y tendido sobre la tienda de recompensas, salas de combate y otras vertientes que completan este gran paquete.

Advance Wars 1+2: Re-Boot Camp tiene previsto su lanzamiento el próximo 21 de abril en Nintendo Switch.