Wartales

Review

Wartales, análisis. La bolsa y la vida

Shiro Games presenta un interesante juego de rol táctico ambientado en la Edad Media en el que a falta de una línea argumental clara toca vagabundear.

Wartales no es un juego amable ni fácil, pero ello no quiere decir que no sea una buena apuesta. Los chicos de Shiro Games han optado por un sistema de juego no lineal en el que no hay una gran historia que vaya marcando los hitos del relato y tampoco ofrecen un sistema de progreso evolutivo. Simplemente te sueltan ahí, en mitad de la Edad Media y toca sacarse las castañas del fuego como bien se pueda. Real como la vida misma. El apellido de aventura aquí cobra más sentido que nunca. Rol en mundo abierto con altas dosis de supervivencia.

El pasado cuenta

Nada más empezar la partida la primera decisión es decidir quién somos, un pasado que nos va a marcar cómo nos ven el resto de personajes que habitan las regiones por donde vamos a movernos y que condiciona las habilidades que vienen de serie. Así que lo más normal es elegir un pasado militar, que es en realidad a lo que toca dedicarse para sobrevivir. Porque el gran objetivo del juego es llenar la bolsa de monedas y conservar la saludad de la tropa, tareas bastante complicadas por razones diversas.

Si hay algo a destacar por encima de todo en Wartales es su realismo, no porque los combates sean bien medidos o los personajes muestren comportamientos razonales, el juego es realista porque es una pelea diaria contra todo: conseguir dinero para pagar los salarios, traer comida para mantener una buena salud , descansar, cazar… todo eso además de realizar trabajillos que en ningún caso nos van a solucionar la vida. Tampoco se puede esperar mucho del saqueo, aquí no aparecen armas ‘mágicas’ que solucionen los enfrenatmientos. Toca sudar cada combate e intentar conservar el equipo en el mejor estado posible, que todo cuesta un riñón.

Dos opciones de partida.

El mapa de Wartales está divido en regiones, el juego da dos posibilidades de partida bien diferentes. En la primera de ella las zonas se irán abriendo cuando lleguemos a un determinado nivel de habilidad. En la segunda, todo es accesible y la dificultad de los enemigos se adaptará a nuestro nivel en cada momento. Intentar explorar de primeras todo el mundo no es una buena idea, primero porque si se viaja no se gana dinero y lo tropa no perdona la soldada, que es alta y se paga cada pocos días, una auténtica pesadilla. La segunda es que al caminar se gastan energías y para reponerlas hay que descansar, momento de máxima vulnerabilidad, y alimentarse. Sorpresa, tampoco es fácil encontrar comida en condiciones ni a buen precio.

Sin concesiones

Escasos de oro y de viandas la opción fácil es echarse al monte y dedicarse a apropiarse de lo ajeno, el problema es que las patrullas que protegen las caravanas y los pueblos no ven con buenos ojos esa práctica y el grupo de asaltantes se convertirá pronto en objetivo prioritario. Las batallas, que no son muy complicadas, suelen acabar con algún tajo de más y un ojo de menos, así que por muy hábiles que seamos pronto descubriremos que estamos liderando una banda de tullidos. Como la vida no es fácil en aquella época, toca desembarazarse de aquellos miembros, por muy queridos que nos hayan sido, cuyo rendimiento ha decaído. Siguen comiendo y cobrando como si estuvieran ‘enteros’.

Las batallas

Son el corazón del juego y la parte que ofrece más alegrías, no es muy complicado vencer, y poseen una profundidad táctica interesante. Se desarrollan en un escenario cerrado no muy extenso que se divide en cuadrículas. Antes de que todo comience el usuario puede disponer sus tropas en diferentes ubicaciones prefijadas. Todo el combate es por turnos alternativos, con un interesante sistema de ataques de oportunidad que va a generar más heridas de las que suelen ser habituales en el género. En función del armamento y las habilidades habrá que escoger entre diferentes tácticas: ataques a distancia, concentración de golpes en un solo objetivo para inutilizarlo lo antes posible… en cualquier caso estar a la defensiva no es una buena opción y eso es algo que habla bien de la IA del juego, que tiende a maximizar las fortalezas de los personajes que controla.

En este sistema de combate por turnos hay dos características más que nos han gustado: hay fuego amigo y el daño de las armas puede afectar a más de una unidad, por ejemplo, un tajo tirado con un hacha grande puede afectar hasta tres soldados, amigos o enemigos. Así que hay que calcular muy bien en este tipo de armas desde qué dirección se lanza el ataque si estamos en mitad de una melé con varias unidades.

El mapa y el descanso

Cuando no se está luchando se está viajando o descansando en los campamentos. Estos últimos son muy importantes porque es donde vamos a poder interactuar con los personajes y las herramientas: charlar, cocinar, mejorar armas, crear brebajes, improvisar armaduras… También se podrá dormir, momento en el que el grupo se vuelve vulnerable al ataque de animales salvajes u otras bandas. El sistema de fabricación es, como el resto del juego, exigente; no hay pistas, simplemente se combinan elementos con cierta lógica y se espera que den el resultado esperado. No obstante, el número y complejidad de objetos a fabricar es sorprendentemente alto.

Las mejoras

Los personajes del juego, que podrán ser más de los cuatro iniciales cuando el oro lo permita, irán adquiriendo mejoras a medida que se gane experiencia, aunque también subirán sus emolumentos. También podrán escoger una profesión que ofrece ventajas adicionales: mineros consiguen minerales en las minas, los ladrones pueden robar los PNJ, los herreros fabricar armas… Cuanto más se usen las profesiones más aumentarán las habilidades que dependan de ellas.

Gráficos y control

A nivel gráfico estamos ante un título correcto, sin más, los escenarios de los combates son sencillos pero efectivos y el mapa general permite una buena identificación de los lugares, que es lo primordial. En cuanto al control, es bastante sencillo tras unas horas de partida, pero se echa en falta un tutorial que explique un poco cómo funciona todo. Las partidas son un ensayo y error y no es raro que toque reiniciar la aventura más de una vez por llegar a un punto muerto, casi siempre estos tienen que ver con la falta de oro o de comida.

Conclusión

Wartales es un interesante juego táctico por turnos ambientado en una Edad Media hostil que está marcado por la necesidad de conseguir de manera recurrente oro y alimento. Esto se convierte en la mayor dificultad, por encima incluso de la que ofrecen los combates. Estos son divertidos, tácticos y con muchas opciones debido a la amplia variedad de unidades y armamento.

Lo mejor

  • Realista hasta extremos enfermizos.
  • Los combates son muy entretenidos.
  • Las dos opciones de afrontar la partida.

Lo peor

  • Curva de aprendizaje elevada
  • La ausencia de una historia le hace perder épica.
  • Escasez de oro y comida.
7.8

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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