The Mageseeker: a League of Legends Story, análisis

De la mano de Digital Sun (Moonlighter) hemos podido adentrarnos en una nueva aventura que publica Riot Forge: un juego de acción 2D con estética pixel art y que se enmarca dentro del universo expandido de League of Legends. Hemos invertido casi 17 horas en completar el 100% de lo que el título ofrece, repartiendo cadenazos a diestro y siniestro, absorbiendo y usando magias de todos los colores y también hemos echado un vistazo a la complicada situación política de Demacia… casi nada. The Mageseeker resonará especialmente con los seguidores del lore del universo de League of Legends porque su trama es interesante y es cánon, pero puede disfrutarse a la perfección si el famoso moba de Riot Games nos resulta indiferente.

Sylas de Dregbourne

Encarcelado de manera injusta cuando apenas era un adolescente por un error involuntario, Sylas escapa de su prisión 15 años después tras robarle los poderes a una inocente Luxanna Crownguard, miembro de la élite demaciana que se había apiadado de su situación. Hermana de Garen, capitán de la guardia y amiga personal del regente Jarvan IV, queda expuesta por su condición de maga ante las severas e intolerantes políticas anti magia de Demacia y se ve obligada a huir. Sylas, a caballo entre hacer lo correcto y hacer lo necesario para sobrevivir, escapa dejando en llamas la ciudad y empieza a armar una revolución con la esperanza de cambiar la visión que el pueblo tiene sobre los magos, pero especialmente movido por la sed de venganza contra todos aquellos que tantos años atrás lo condenaron a morir en vida.

Sylas es un mago, pero no uno corriente. Es un mago capaz de absorber los poderes de los demás para luego usarlos a su conveniencia. Esto es así en League of Legends y la manera en la que se ha llevado al juego casi es la mecánica principal sobre la que se apoya The Mageseeker. Hay un esfuerzo notable y verdaderamente bien conseguido por parte de Digital Sun de captar la esencia de los múltiples personajes del “lore” del juego y trasladarlos a la pantalla. Es una fantasía ver lo bien que se ha llevado este apartado en el sentido en que todas las habilidades de los campeones que vemos en pantalla son perfectamente coherentes con lo que ya conocemos, en la línea de lo que vimos en Ruined King, por ejemplo.

Estructurado como una aventura en 2D, iremos ejecutando misiones de forma completamente lineal desde el principio hasta el final, donde habitualmente habrá un jefe o una serie de oleadas de dificultad creciente. El título ofrece mínima exploración al jugador y muy poca penalización por morir debido a la abundancia de puntos de control, pero durante los momentos de combate hay bastante intensidad. Está muy claro cuando el juego espera de nosotros una pelea porque el personaje casi siempre llega a una arena diseñada a tal efecto, al estilo de como hacen Doom o Bayonetta. Pero también es cierto que el juego contiene un montón de estas arenas, tanto en las misiones obligatorias como secundarias, y lo único que hace es remezclar el tipo y la cantidad de enemigos en pantalla, dejando cierta sensación de cansancio en el transcurso de las pantallas más largas. Especialmente en el contenido opcional, que nada añade a la historia excepto la aparición estelar de un secundario de prestigio al final, repetiremos incluso el mismo jefe durante muchas de esas campañas cambiando a lo mejor el patrón de sus ataques pero nada más o el número de enemigos que aparecerán.

Combate al estilo puzzle

El combate en Mageseeker utiliza un sistema de piedra-papel-tijera que funciona de forma bastante inteligente. Mejorado al máximo, Sylas puede equipar un máximo de 4 hechizos de forma simultánea y usarlos cuando tenga maná; sin embargo, puede robar los hechizos de los enemigos con los que se encuentre y casi siempre tiene un adversario que es débil contra ese elemento y puede usarlo contra él. Esta es la forma en la básicamente nos desenvolvemos en el juego: robamos, lanzamos, esquivamos, combos de melee (que son en general fuertes contra casi todos los enemigos), repetimos. A veces maniobrar exactamente al lugar donde queremos ir o adquirir la magia que en verdad necesitamos resulta un poco tosco, la verdad. Y hay también bastantes combos que podemos hacer dependiendo de cómo vayamos equipados pero será muy frecuente vernos danzando de lado a lado de la pantalla robando y lanzando hechizos sin a veces saber exactamente qué está pasando y por qué o limitarnos a lo que sabemos que funciona sin necesidad de ir más allá.

Pero en cambio los jefes son harina de otro costal. Sin ser extremadamente difíciles ni mucho menos, lo hemos pasado genial peleando contra esos personajes que tantas veces hemos visto en tantas partidas de League of Legends. Se ha conseguido crear combates interesantes, con mecánicas que sinergian estupendamente con las del protagonista, y que requieren de nosotros algo más que aporrear botones sin sentido. Y a medida que los rivales crecen de poder, también nosotros mejoramos a Sylas y el campamento desde donde trama su venganza. Hay personajes con los que hablar, coleccionables que recoger y en general una sensación de progresión en la historia que se traslada a todos los elementos que nos llegan desde la pantalla.

Hay cerca de 30 hechizos que, una vez aprendidos, podremos llevarnos con nosotros en cada misión e ir cambiando al vuelo en cada checkpoint de la misma. Es posible crear una estrategia previa sabiendo qué debilidades abundarán en cada misión pero normalmente el juego tiene tendencia a ponerte todo lo que necesitas en cada momento sin necesidad de haber hecho los deberes. Suelen salir magos de fuego con hielo, para que tú mismo les busques las cosquillas, y similar. En cierto sentido es una lástima que nos quede la sensación de que se ha desperdiciado la posibilidad de necesitar equiparse correctamente para garantizar el éxito de los encuentros; hay por lo menos la mitad de magias que nunca llegamos a equipar de forma permanente porque nunca fue necesario hacerlo, la verdad.

La estética píxel art puede no gustar a todo el mundo pero en the Mageseeker tiene su encanto; el título se mueve suave, apenas hemos encontrado problemas de rendimiento, y las habilidades lucen fenomenal. Desde los bosques a las prisiones, laboratorios o la misma capital, luce todo más que bien incluso con la escala de algunos encuentros Punto de mención aparte merecen los encuentros con los jefes, que suelen ser con múltiples fases, y con animaciones espectaculares que no suelen verse a este nivel con píxel art. Además se encuentra aderezado con una estupendísima banda sonora que da todavía más color a lo que nos entra por los ojos. Ojalá hubiera voz sobre todos los diálogos más allá de algunos a modo testimonial porque hubiera embellecido más el conjunto, pero por lo menos está disponible en un montón de idiomas (también en castellano) y cuando hay voces son los actores originales que les dan voz en League of Legends. Chapeau.