The Last of Us: Parte I
- PlataformaPS58.5PC4.5
- GéneroAcción, Aventura
- DesarrolladorNaughty Dog
- Lanzamiento02/09/2022 (PS5)28/03/2023 (PC)
- VocesEspañol
- EditorSony Interactive Entertainment
Análisis
The Last of Us Parte 1, análisis PC. Una penitencia inesperada
El port de Iron Galaxy de uno de los estandartes de PlayStation para PC está lejos de lo que debería ser el aterrizaje de The Last of Us a ordenadores.
The Last of Us ha estado en boca de todos en este 2023 gracias a la serie de HBO Max, que ha sabido captar la esencia del videojuego original de hace una década y ha atrapado tanto a los fans de la saga como a los amantes de las series de corte posapocalíptico. Parecía el plan perfecto. La serie gusta mucho, está hecho con mimo y el lanzamiento de Parte 1 para PC tiene el impulso soñado tras años anhelando la licencia en ordenadores. Pero el aterrizaje del remake creado originalmente para PS5 ha sido tormentoso. Porque una cosa es que los usuarios tengamos ganas por jugar y rejugar la historia tras el show protagonizado por Pedro Pascal y Bella Ramsey y la otra, bien diferente, es que esas ganas la desarrolladora o la editora las haya convertido en prisas para sacar algo que no estaba apto.
Y ese es el principal problema de The Last of Us Parte 1 en PC. Que el juego, simple y llanamente, no está listo para publicarse en este estado. El port presenta una serie de problemas graves a nivel estructural que hacen que la inmensa mayoría de usuarios no puedan disfrutar de un juego que ha sido machacado en las valoraciones de Steam. La optimización brilla por su ausencia, los bugs están presentes y los ordenadores sufren para ofrecer algo digno, a la altura del nombre.
Hemos estado con The Last of Us Parte 1 con dos PC (también lo hemos intentado con Steam Deck, pero de eso ya hablaremos) y la conclusión es que no se debería haber estrenado el buque insignia de Naughty Dog en compatibles de esta manera nunca, jamás. Los reportes sobre los errores, bugs y crasheos campan a sus anchas por Internet y seguramente ya los habréis leído. Pero nosotros nos centraremos en lo que hemos vivido durante una semana de análisis, que es el tiempo normal y corriente que habríamos dedicado a un juego de este estilo (campaña de unas diez horas) para sacar el texto. Han llegado algunos parches y vendrán más, pero lo que hay ahora sigue sin ser suficiente. Algunos dirán que es culpa de Iron Galaxy, que ya tienen un historial discutible a la hora de hacer conversiones a PC. Y es cierto, pero también lo es que alguien decidió encargarle el trabajo a ellos y no a otros que han demostrado ser más eficientes.
The Last of Us en PC, Parte 1: un PC potente que no puede con él
La primera toma de contacto y seguramente la más tortuosa ha sido con un PC que podría estar en la parte media hacia arriba de las configuraciones, con una gráfica que ha sido alabada por su rendimiento en todos lados. Una RTX 3070 Ti con 32 gigas de RAM y un i9-9900k. Un PC que nos ha permitido disfrutar de otros ports de Sony de nivel, desde Spider-Man hasta Miles Morales o God of War, pero que no es suficiente para el trabajo de Iron Galaxy. Destacar que ya hablamos de un PC netamente superior a las especificaciones recomendadas...
Tras la instalación de más de 75 gigas, el juego arranca con una advertencia: espera que se carguen los shaders. Abajo a la derecha ves un porcentaje que avanza lentamente, y que esperas que haga un subidón repentino. Para nada. En nuestro caso estuvimos más de 45 minutos esperando que cargasen dichos sombreados, pero pacientemente esperamos porque ya leímos que sin eso, mejor ni probar el juego. Así que dicho y hecho. Tras dicha penitencia -será cosa de Semana Santa-, pudimos arrancar el título. Pero lo peor estaba por venir.
La falta de optimización hace que tengas una primera sorpresa a la hora de mirar la configuración. El juego te alerta que su consumo de VRAM es tan exagerado que primero nos recomendaba trastear para jugarlo a duras penas en alto, aunque en otras partidas directamente ni en medio estábamos a salvo del uso que necesitaba el juego. Empezamos toqueteando en alto para poder disfrutar del juego. Y sus contratiempos.
Durante los primeros compases ya ves que alguna cosa no está funcionando del todo bien. Vemos algunas texturas que no están a la calidad esperada, que tardan en cargar o directamente no lo hacen. El cabello de los protagonistas iniciales, como el propio Joel o su hija, tiene un detalle lamentable, claramente como si algo no estuviera haciendo su trabajo. Y eso se ve también en las cinemáticas, en acabados como las cejas (de eso ya se han visto muchos memes) y otros contratiempos. El colofón se lo lleva cuando sufrimos el primer crasheo antes de la primera hora de juego. Al arrancar de nuevo, se nos pide entrar en modo seguro, y eso hacemos. El resultado es que a Joel el pelo se le vuelve totalmente blanco, como si estuviéramos diez años adelante en el tiempo, las texturas siguen estando lejos del nivel deseado y sufrimos algunos problemas de framerate y de stuttering.
Podríamos decir que el problema es que hemos sido avariciosos y que no tenemos máquina para jugar entre Medio y Alto, así que pasamos a la configuración media, donde el apartado gráfico se resiente de manera notable. Pero los errores siguen presentes. Además de los problemas visuales evidentes que hemos comentado, el framerate sigue sufriendo en cambios de localizaciones (cuando sales de una zona cerrada a una más abierta) y los crasheos van apareciendo. A la media hora, otro. A los 40 minutos, el tercero. Y así sucesivamente, todo con reinicios en los que iniciar el juego supone una pantalla de carga de más de un minuto y el rendimiento se va alterando de forma aleatoria: a veces vemos a Joel bien definido y acorde a como se creó en el remake y en otras, totalmente desfigurado.
El juego tiene una cantidad ingente de parámetros que se pueden toquetear: ajustes geométricos, texturas, iluminación, reflejos, sombreados, efectos posteriores… Muy completo, pero sin utilidad. Por mucho que toquemos, que rebajemos detalles, acabamos en la misma situación: crasheo y vuelta a empezar. Si probamos la configuración optimizada desde GeForce Experience, no tardaremos ni 10′ en sufrir un cuelgue a pesar de buscar mejor rendimiento con tecnología DLSS. Ha sido tormentoso, porque no se puede disfrutar de forma normal de una sesión de juego, con el añadido de algunos problemas de sincronización vertical cuando decidíamos probar en “modo seguro” tras el enésimo reinicio. Si esto pasa con esta máquina, ¿qué debe pasar con cualquier otra de la misma gama hacia abajo?
The Last of Us en PC, Parte 2: con una bestia que domine el juego por aplastamiento
Solo hemos podido jugar sin problemas graves a The Last of Us Parte 1 con una bestia parda que simplemente, por aplastamiento, puede dominar la falta grave de optimización de la que hace gala el juego. Con un portátil Razer Blade 18 que calza una RTX 4090 de 16 Gigas GDDR6 VRAM, un intel core de 13 generación i9-13980 y 64 Gigas de RAM DDR5, entonces sí: el juego para PC se luce y se muestra imponente (solo faltaría). Todo en Ultra, con el uso de VRAM en el 82% y con un nivel de detalle impresionante. No hay nada que no parezca de cine. Escenarios, personajes, animaciones, iluminación, sombras, reflejos en tiempo real, una calidad de profundidad de campo sorprendente…
Según las estadísticas de Steam, menos del 0,2% tiene una 4090 y menos del 1% juega con la serie 40 de Nvidia, sin contar los otros componentes de esta bestia parda. Así que es evidente que el problema lo tiene el juego y su alarmante falta de optimización. En este estado hemos podido jugar más de tres horas sin interrupciones y sin ningún crasheo, pero eso no quiere decir que hayamos estado exentos de problemas.
Por ejemplo, cuando probamos la zona en la que Joel y Ellie dejan atrás a Tess, en ese enorme ayuntamiento repleto de luces que entran por los ventanales y reflejos por todos lados, el framerate (desbloqueado) se tambalea y empieza a notarse algún problema de rendimiento. Pasa también a continuación, en las zonas más abiertas en las que jugamos acto seguido y donde la tasa de framerate no se comporta de forma uniforme como en espacios más cerrados. Hemos sufrido también stuttering en ciertos momentos, sin ser algo muy molesto pero visible claramente y que demuestra que el portátil que nos ha permitido disfrutar de la calidad gráfica de The Last of Us Parte 1 en PC lo consigue por fuerza bruta pura y dura, no por el buen hacer de la desarrolladora del port.
The Last of Us en PC, Parte 3: Steam Deck, ni lo intentes
Antes de la salida del juego leímos noticias que daban validez a un rumor -no en MeriStation- que el juego podía llegar verificado de salida para Steam Deck. Nada más lejos de la realidad. No solo no está verificado, sino que el título no se puede jugar en la plataforma portátil de Valve porque sufre de crasheos y un rendimiento lamentable, algo totalmente obvio si tenemos en cuenta que con máquinas muchísimo más potentes, el título no está a la altura. Algunos dirán que es normal, que el juego es muy exigente. Seguramente, pero hemos visto adaptaciones muy buenas a Deck, desde los propios ports de Sony de otros juegos a nombres como Cyberpunk 2077. No pedimos jugarlo en las mismas condiciones, pero sí en algunas que sean aptas. Cosa imposible ahora mismo.
The Last of Us en PC, parte 4: un juego imprescindible con una versión indigna
Detrás de todos estos problemas de optimización está un remake de un juego que hizo historia en 2013 como el mejor título de PS3. Una aventura posapocalíptica con mecánicas de sigilo, una narrativa muy poderosa y ciertos elementos de supervivencia que nos dejaron boquiabiertos. Este remake era la puerta de entrada perfecta de la saga a PC, porque traía consigo las mejoras de PS5 con un apartado visual impresionante, algunas mejoras de IA y la misma impactante historia que conocimos hace diez años.
Un título que tiene un enorme potencial y que es un grandísimo juego, al que es verdad que algunas mecánicas le pesan los años si lo comparamos jugablemente con Parte 2, pero que era un caramelo para el usuario de PC que no lo conociera. Y podemos decir que si arreglan a base de parches el juego, será un grandísimo título (porque la base lo es), pero la historia reciente de juegos con problemas nos ha demostrado que no podemos valorar lo que “será”, si no lo que es actualmente. Y es, por encima de todo, un lunar que no debería haberse permitido.
Conclusión
The Last of Us Parte 1 en PC nunca debería haberse publicado en este estado. Sobre el papel, tenemos una de las aventuras más impactantes de la última década en forma de remake bestial a nivel audiovisual, una combinación perfecta para que el usuario de ordenador conozca de primera mano la aventura de Joel y Ellie. Pero en la práctica, estamos ante un título con problemas graves de rendimiento, así como una optimización indigna para una licencia como la que nos ocupa que hace que sea muy difícil de disfrutar en el 95% (o más) de ordenadores. Crasheos contínuos, un consumo de recursos del PC difícilmente justificables, problemas de texturas, stuttering, bugs, framerate tambaleante… solo lo hemos podido jugar bien (con problemas menores) con una 4090, 64 gigas de RAM y un procesador de 13a generación por pura fuerza bruta y no porque se haya hecho un buen trabajo con el port. Una lástima, porque nuestras ganas debido a la serie se han convertido en sus prisas. Y eso rara vez sale bien.
Lo mejor
- Es una de las aventuras más impactantes de la última década y el remake lo hacía mejor en casi todo
- Si tienes un PC desbordante, esquivarás la mayoría de problemas por pura fuerza bruta
Lo peor
- La optimización brilla por su ausencia: crasheos contínuos, consumo ingente de recursos, inestabilidad...
- Bugs, stuttering y texturas que no cargan están a la orden del día
- A pesar de la gran cantidad de opciones de personalización, es casi imposible encontrar la fórmula perfecta para evitar todos los problemas en la mayoria de PC
- Tiempos de carga excesivos y una compilación de shaders inicial de varios minutos
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.