MotoGP 23
Review
MotoGP 23, análisis. Motociclismo para todos, sin alardes
Milestone cumple con un muy buen nivel jugable aunque algo parco de contenido para los fans.
No está siendo el presente el mejor mundial de Moto GP para los pilotos españoles, con un Jorge Martín representando la resistencia ante el dominio italiano de Francesco Bagnaia y Marco Bezzecchi, también con moto italiana. Y como no podía ser de otra manera, del país transalpino es también el estudio que en los últimos años ha dominado los videojuegos de motos, Milestone, con su propia IP, Ride y la licencia oficial del mundial de Superbikes y por supuesto, del mundial de motociclismo. De esta forma, MotoGP 23 viene a consolidar esa hegemonía con una entrega que, a pesar de hacer gala de un continuismo más que evidente, llega para satisfacer con creces a todos los fans de estas bestias de dos ruedas.
Uno de los mayores objetivos, de cualquier videojuego que quiera representar una disciplina deportiva, incluidas las de motor, es ser capaz de ser accesible para todo aquel que quiera acercarse a ella por primera vez. Sin embargo, es también el mayor desafío, ya que al mismo tiempo tiene que poder colmar las expectativas de los jugadores que llevan ya años disfrutando de la misma, y MotoGP 23 no es una excepción. ¿Lo ha conseguido?
Hay que decir que no hay que ser excesivamente valiente a la hora de elegir modo de simulación –hay hasta cuatro diferentes-, porque si bien en un juego de coches podemos solventar algún error de conducción, no es tan sencillo en el mundo de las motos. Si apretamos el acelerador demasiado pronto al salir de una curva, o no tomamos una chicane encarando la moto de manera correcta y suave, terminaremos por los suelos irremediablemente –en unas animaciones y físicas bastante erráticas-, perdiendo un tiempo precioso que ya después será casi imposible recuperar.
Por ello, el modo Academia GP es inevitablemente el primer paso que dar por un jugador nuevo, donde podemos comenzar a pulir nuestras habilidades al manillar, pero también por los más veteranos. En base a nuestros resultados –también en una serie de desafíos por sectores en cada uno de los circuitos del campeonato- elegiremos después el grado de ayuda que queremos al comienzo, existiendo uno que es casi absoluto, restringiendo nuestros movimientos casi de manera total. De esta forma vamos incluso a sentir que el juego ni siquiera nos deja acelerar o frenar cuando no toca, y enderezará nuestra moto independientemente de nuestros movimientos al stick analógico.
No es recomendable empezar de esta forma, porque si bien no vamos a sentir la frustración de caernos cada dos por tres –que por otro lado, es lo que conseguiremos si empezamos muy arriba-, el control que tenemos está muy limitado, lo que a su vez limita, valga la redundancia, la sensación de progreso. ¿Cómo vamos a mejorar si apenas tenemos el control? Afortunadamente, las opciones de personalización de ayudas y dificultad es máxima, existiendo la posibilidad de conseguir, con un poquito de paciencia a la hora de navegar por los menús, una experiencia completamente personalizable.
De hecho, si somos capaces de superar una barrera de entrada algo alta, pocos juegos de conducción –en general, no solo de motos-, nos encontraremos con una experiencia realmente satisfactoria, porque desde el punto de vista global, MotoGP 23 es un juego bastante exigente si así se desea. En este sentido, la climatología variable es otra novedad que afecta inherentemente al gameplay, obligándonos a cambiar de estrategia en un momento determinado de la carrera, sobre todo si nos pilla desprevenidos y pensamos que lo tenemos todo controlado.
De esta forma, podemos especificar que en mitad de carrera comience a llover, aunque obviamente la gracia está en que surja como algo inesperado e improvisar sobre la marcha. Igualmente, Milestone ha incluido las carreras flag to flag –curiosamente, solo en algunos circuitos determinados- como otra de las principales novedades, es decir, cambiar de moto sobre la marcha pasando por el paddock, aunque por supuesto podemos arriesgar y continuar con neumáticos de seco para lograr un undercut, una estrategia que no se limita solo a la F1.
Un contenido para salir del paso
Cuando se añade contenido tan fantástico como NINE Season 2009 de MotoGP 22, o yendo un poco más lejos en el tiempo, bastante más, aquel dedicado a Valentino Rossi en MotoGP 16, es de destacar, pero también te supone un problema: de alguna manera, te obliga a incluir un modo similar en posteriores entregas, porque si no, deja la sensación de que el contenido va a menos. Es el caso de MotoGP 23, donde no encontramos ningún modo similar para descubrir la historia de la competición, aunque bien es cierto que, como cada temporada, el grueso del juego lo disfrutaremos en el modo Trayectoria. Sin embargo, no deja de ser algo que echamos mucho de menos.
Lo que sí encontramos es, como mencionamos anteriormente, una serie de desafíos en los que los circuitos se dividen en sectores, aunque no van mucho más allá de intentar superar nuestra propia marca en cada uno.
En cuanto al modo Trayectoria, lo más destacable de MotoGP 23, es de justicia decir que este ha mejorado notablemente. En los juegos deportivos hemos descubierto como en los últimos años se implementan incluso elementos de RPG, salvando las distancias, y es que la toma de decisiones se convierte en algo básico a la hora de definir nuestra carrera sobre las dos ruedas. Tras la creación de nuestro piloto con un somero editor –tampoco es lo más vital-, sí tenemos cierta libertad a la hora de moldear nuestro recorrido en las diferentes categorías.
Así, tras una temporada de debut de rigor –en Moto 3, que tampoco hay que emocionarte- en la que ya comenzamos a forjar las primeras rivalidades con rivales o incluso nuestro compañero de equipo, disponemos de total libertad. Sí, podremos incluso fichar directamente por un equipo de MotoGP, aunque el salto no será directamente a Ducati, Yamaha u Honda. Especial importancia cobra aquí el sistema de redes sociales, que es a través del cual forjamos nuestra personalidad y con ella, la gestión de nuestra carrera en el Mundial.
Milestone progresa en lo técnico pero falta el gran salto
Es una constante en la nueva generación, pero la realidad es que los juegos bajo licencia de las competiciones oficiales de motor no terminan de dar el paso adelante que los jugadores empiezan a demandar de PS5 y Xbox Series. No es algo exclusivo de la saga de Milestone, ya que es algo que también echamos de menos en F1 de Codemasters, pero la realidad es que sentimos que no se acaba de explotar el hardware disponible.
Si bien los modelos de las motos rayan a un buen nivel, así como los pilotos –a pesar de las animaciones extrañas cuando terminamos rodando por la arena-, no podemos decir lo mismo de los circuitos. Hay que dejar claro que no todos dan pie a un gran lucimiento, ya que la gran mayoría son escenarios ya prácticamente vacíos en la realidad, y solo unos pocos como el tejano de The Americas permiten ciertos alardes técnicos, aunque no nos encontramos para nada algo que nos vaya a impresionar. Es de justicia decir, eso sí, que cuando las condiciones climáticas son adversas es cuando MotoGP 23 luce fantástico.
Conclusión
Milestone cumple con esta nueva entrega, pero no se atreve a dar un paso definitivo en el aspecto visual o en cuanto a modos de juego. Es de justicia decir que a nivel jugable es completamente competente, con una simulación muy buena que para colmo, podemos personalizar a nuestro gusto y el nivel que nosotros mismos tengamos. Sin embargo, se echan en falta más modos para un jugador basados en pilotos, temporadas o momentos históricos como los que ya ha habido en la franquicia, además de un paso más en lo técnico que ya se antoja necesario.
Lo mejor
- Muy bueno desde la perspectiva de la simulación, plenamente satisfactorio.
- Las novedades más importantes: carreras flag to flag y clima variable.
- Control y dificultad completamente personalizable, cada jugador encontrará su nivel.
Lo peor
- Visualmente no termina de explotar la nueva generación de consolas
- Parco en contenido single player, con los contenidos justos.
- Demasiado continuista respecto a entregas anteriores.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.