Gylt, análisis. Un thriller con mensaje

Con la llegada de Google Stadia a finales de 2019 varias fueron las compañías que confiaron en la nueva plataforma de videojuegos en streaming con el lanzamiento de sus títulos en ella, incluso con exclusivos, como es el caso de Gylt, una aventura con tintes de survival horror de los españoles Tequila Works. Ahora, con Stadia ya formando parte de la larga lista de sistemas fallidos dentro de la industria del videojuego, Gylt deja atrás su exclusividad para abrazar el formato multiplataforma, estando ya disponible en los principales sistemas actuales -a excepción de Switch- como son PC (Steam), PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X|S. Veamos cómo le ha sentado a Gylt esta segunda oportunidad sin depender del juego en la nube, con todo lo que ello conlleva a nivel de experiencia de juego.

Un acercamiento al survival horror desde el prisma del acoso

En realidad, no se aprecian diferencias entre Gylt para Stadia y el port lanzando ahora en PC y consolas. Y es que la versión adaptada por Parallel Circles junto a Tequila Works es básicamente la misma de hace casi cuatro años, manteniendo todos y cada uno de sus aspectos intactos, desde su puesta en escena a la trama, pasando por su jugabilidad o el mensaje que trata a lo largo de su guion: el bullying o acoso escolar. La mayor diferencia es que ahora el juego se ejecuta en modo local a través de su respectiva instalación de poco más de 6 GB, en lugar de contar con las facilidades del juego en la nube y sus propios inconvenientes, como las posibles caídas de calidad de vídeo debido a los posibles vaivenes de la conexión a internet o el input lag.

En este sentido, Gylt garantiza ahora la mejor de sus versiones a nivel audiovisual, ya que todos sus contenidos se encuentran en nuestro sistema de forma local. Ahora, las zonas más oscuras se ven a la perfección sin depender de una compresión de vídeo que en ocasiones de hacía notar más de la cuenta. En definitiva, todo son ventajas ejecutando el juego en modo local -como en la versión analizada para PS5- a pesar de los caprichos de su motor gráfico: Unreal Engine. No dejéis de consultar nuestro análisis original de Gylt para conocer detalles más concretos del juego; no obstante, repasemos a continuación las claves de un interesante survival con la accesibilidad por bandera.

Gylt nos pone en la piel de la joven Sally, una chica que está buscando desesperadamente a su prima Emily a través de las estancias de una escuela que parece haber sufrido alguna especia de cataclismo de origen fantasmagórico, en una población ficticia de Maine, Estados Unidos, que bien podría pasar por la Hawkins de Stranger Things. Y es que en muchas ocasiones parece que nos encontremos en el famoso mundo del revés de la ficción de Netflix, aunque el juego se inspira en otros célebres videojuegos del género como puedan ser Silent Hill o Alan Wake, este último, con la mecánica de la linterna como gran reclamo.

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Aunque como decimos, bajo la capa de aventura de horror con estética cartoon subyace un mensaje sobre el acoso escolar que vale la pena destacar, especialmente por cómo logra poner sobre la mesa un problema, por desgracia, tan presente en nuestra sociedad. Por ello y por alguna que otra escena de lo más terrorífica y escabrosa, no se trata de un juego especialmente dirigido a los más pequeños a pesar de su personalidad, más cercana a la animación cinematográfica que a una visión más realista.

A nivel de jugabilidad, Gylt apuesta por una mezcla muy amena de exploración y sigilo con sencillos puzles aquí y allá, siguiendo los cánones del género como la apertura de puertas mediante llaves escondidas o vigiladas por ciertos enemigos o el enfrentamiento o evasión de monstruos, no muy variados, todo hay que decirlo. Eso sí, muchas situaciones se convierten en pequeños desafíos en los que estudiar las rutinas de los enemigos, crear distracciones para poder pasar sin recurrir al combate o pequeños rompecabezas en los que mover ciertos objetos del escenario para abrirnos paso. El desarrollo es bastante ligero, algo en lo que tiene mucho que decir una dificultad más que asequible, especialmente indicada para jugadores no tan experimentados.

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A pesar de todo, el combate no brilla especialmente debido a unos controles algo toscos. El uso de la linterna es esencial para deshacernos de los monstruos que puedan pulular por los pasillos, las estancias o por los alrededores de la escuela, apuntando a sus puntos débiles previa carga de batería, elementos a modo de munición que tendremos que recoger por los escenario junto a los inhaladores de salud. Donde sí funciona mejor Gylt es en los momentos de sigilo y en la exploración y resolución de puzles. A nivel de puesta en escena encontramos un doblaje al castellano correcto y una banda sonora compuesta por Cris Velasco, entre cuyos anteriores trabajos encontramos Borderlands, Darksiders 3 o algunos temas de Bloodborne y Resident Evil 7, además de los primeros God of War; casi nada. Eso sí, la integración de las melodías dinámicas -crudas e inquietantes- no está del todo bien resuelta, así como las secuencias cinemáticas respecto al gameplay. Falta un poco de pulido en este aspecto.