Dead Island 2

  • PlataformaXBOPS4PC7.8XBS7.8PS57.8
  • GéneroAcción, Aventura
  • DesarrolladorDambuster Studios
  • Lanzamiento28/04/2023
  • TextoEspañol
  • VocesInglés
  • EditorDeep Silver

Análisis

Dead Island 2, análisis. Diversión en estado puro

Analizamos Dead Island 2, la esperada secuela de la saga de Techland que ahora cae en manos de los creadores de Homefront: The Revolution.

Jugar a Dead Island 2 es una pequeña montaña rusa de emociones. Durante las primeras horas, como decíamos en nuestras impresiones finales, es como abrir una cápsula del tiempo. El trabajo de Dambuster Studios ha sido afianzar la base ya vista en el éxito original de Techland y adaptarlo a las corrientes actuales desde un punto de vista conservador. Conocen muy bien su ambición: no se les va de las manos la medida del mundo, sus recursos y cómo abordar el enfrentamiento contra los muertos vivientes.

Pasan seis, doce, dieciocho horas… el contador de PlayStation 5 marca ya la veintena y sigues viajando entre actividad y actividad sin dejar un solo enemigo en pie. Sin darte cuenta terminas atrapado en un bucle jugable tremendamente adictivo. Funciona sobre todo por la escala, medida para que la inversión de tiempo no caiga por momentos en saco roto. Nos hubiera encantado que fuese algo más allá, pero lo logrado es suficiente para dejar al jugador satisfecho. ¿Qué más se puede pedir?

La ciudad de las estrellas, tu nuevo apocalipsis zombi

Los zombis regresan más de una década después para dar el salto desde la paradisíaca isla de Banoi a Los Ángeles, bautizada como Hell-A por el baño de terror que azota desde Santa Mónica hasta Bell-Air, pasando por su complejo sistema de alcantarillado y el tan famoso paseo de la fama. Como decíamos, el equipo ha afrontado la escala de una manera inteligente.

La historia nos llevará a conocer estrellas de la gran pantalla, que ahora se codean con el pueblo en busca de sobrevivir.

Se prescinde de un mundo abierto sin barreras para pasar a una ciudad dividida en diez distritos que se pueden visitar tanto de día como de noche. La mayoría se distribuyen por una proporción pequeña, pero la profundidad parte de la cantidad de interiores que ofrecen. No es lo mismo pasear por Hollywood Boulevard, que apenas toman varios pasillos dirigidos hacia la acción del ritmo narrativo, que por Beverly Hills, donde visitar los chalés de algunas de las estrellas más famosas de la gran pantalla.

Todo se percibe a tu alcance. Secundarias, lugares de aparición de enemigos especiales y otros puntos de interés apenas conviven a unos metros de distancia. Esto permite que la experiencia mantenga un ritmo alto; siempre tienes la sensación de que has avanzado en cada sesión, ya sea por una recompensa o por el avance de una cadena de misiones.

Por el contrario, algunos escenarios se sienten vacíos. Aunque la mayoría de las situaciones de combate están equilibradas, estampas míticas como Venice Beach pierden fuerza al ver apenas cinco enemigos en pantalla. En este mismo mapa también hay lugares de transición que parecen camuflar tiempos de carga lastrados por la anterior generación. Hay bastantes momentos donde el mundo parece vacío, lo que choca con el contexto que intenta narrar.

Progreso: desde tu mazo

Al comenzar la partida te enfrentarás a la gran decisión que definirá parte de tu experiencia: elegir al Matazombis que controlarás. Cada uno está enfocado para un estilo de juego concreto, con estadísticas y habilidades innatas que podrás aprovechar según tus preferencias. Quedémonos con esas habilidades, que aparecen en forma de cartas y dan forma al sistema de progreso que utiliza Dead Island 2.

El título se despoja de los recurrentes árboles de habilidad para dar paso a un sistema flexible. Durante el progreso irás descubriendo cartas que estarán ligadas a acciones y bonificaciones pasivas entre cuatro aspectos: Destrezas, Supervivencia, Asesinato y Numen. Tomamos como ejemplo la primera. Si en anteriores ocasiones podíamos esquivar, bloquear y dar patadas al mismo tiempo, ahora tendremos que elegir qué acciones queremos utilizar en cada momento.

Si tenemos una carta de bloqueo activada, lo lógico es que el resto de nuestro mazo esté enfocado en dirigir las bonificaciones a momentos donde se realiza la acción. Decíamos que es un sistema flexible porque los cambios se pueden realizar al vuelo, en cuestión de tres clicks. Entras en el menú de habilidades y encontrarás tu mazo activo que alterar con el resto de las cartas en tu mano.

Por motivos argumentales que no desvelaremos, poco después iremos desbloqueando cartas que expandirán el repertorio de lo que puede hacer un ser humano… y hasta ahí podemos leer. Nos referimos al sistema de autófago, un medidor que determina qué beneficios especiales recibiremos según el número de cartas relacionadas con ella, a costa de recibir algunas penalizaciones. Las cartas se desarrollan en paralelo a nuestro nivel de personaje, que aumenta por la experiencia que recibimos al completar actividades y matando enemigos. Cuanto más nivel, más salud tendremos y mejores armas tendremos a nuestro alcance. Las misiones de la campaña no tienen autolevel, por lo que el requisito irá aumentando para que tú decidas si aceptas jugar a mayor dificultad o invertir tiempo en farmear.

Dead Island 2 en combate

El combate de Dead Island 2 se construye sobre el estándar del género en primera persona. Durante la transición ofensiva es el gatillo derecho el que lleva la voz cantante, con el que asestamos golpes con el arma cuerpo a cuerpo de turno. Entre los golpes ligeros y pesados (manteniéndolo) podemos utilizar acciones con el resto del cuerpo. Si corremos y apretamos el stick derecho, daremos una patada con la que saldrán volando quienes la reciban. Y en lo defensivo podremos apartar enemigos a patadas, esquivar o bloquear en función de las cartas que actives.

Una mecánica que funciona de maravilla es el uso de elementos como la electricidad y el fuego. Afectan incluso al escenario, y es que puedes utilizar recursos imaginativos para dar caza a tus perseguidores. Por ejemplo, si encuentras un bidón de gasolina, puedes esparcirla a tu alrededor para que al prender la llama crees zonas con las que poner a tus rivales en llamas. O si están en el agua, arroja electricidad y se electrocutarán. Le sienta realmente bien porque a medida que avanzas te forzará a usar otros recursos con los que aprovechar las vulnerabilidades del enemigo.

Esas vulnerabilidades van ligadas al arquetipo de enemigo. Aunque en la práctica sean pocos los que crean diferencias jugables, no te enfrentas igual a un corredor básico que a un corredor bombero. Al primero puedes arrojarle cualquier cosa, mientras que los segundos son inmunes al fuego, la electricidad y el daño cáustico. Existen veinte variantes de enemigos comunes y once para los llamados “Supervariantes”, que actúan de minijefe por sus habilidades en combate respecto al resto. Funcionan bien, aunque nos hubiera gustado que los enfrentamientos contra los jefes finales fuesen únicos. Al final todos ellos se convierten en enemigos especiales que se suman a las hostilidades repartidas por el mapa.

Abrimos el melón de las armas de fuego. ¿Estás descompensadas? En el corto plazo, no. Aparecen en el ecuador de la campaña principal como un recurso narrativo, pero no desbloquearemos muchos modelos poderosos hasta llegados a su conclusión. Podremos utilizar escopetas, revólveres, pistolas, fusiles semiautomáticos y rifles de asalto. Son de gran ayuda, no cabe duda, pero mejorarlas para equiparar su nivel al nuestro es costoso, por eso cuando llegas al endgame recibes armas que desequilibran la balanza a nuestro favor.

Debemos hacer hincapié en el excelente sistema de desmembramiento. Visualmente es impactante ver cómo los enemigos van moldeándose a medida que reciben daño o sufren de elementos como el ácido. Pero también tiene su influencia jugable. Si viene un grupo de caminante hacia nosotros, podemos romperles las piernas para mitigar su capacidad. Así ocurre con el resto del cuerpo. Si acuchillas mucho su cintura, les romperás el tronco. Mola muchísimo ver sus reacciones en tiempo real por lo gratificante que resulta.

La exploración de los niveles gira alrededor de la obtención de recursos que invertir en la mesa de trabajo. Todas las armas (incluidas las de fuego) permiten ser modificadas para alterar su comportamiento. Para ello debemos desbloquear planos, que como ocurre con las cartas, se obtienen tanto por la campaña como completando actividades por el mundo. Depende del valor del arma podrás añadir más o menos bonificaciones pasivas, aunque hay una inalterable. Volvemos a los enemigos: no combatirás igual contra todos, por ello conviene tener armas que aplican fuego, electricidad, ácido, sangrado o contundencia para adaptarte al combate. No es un sistema tremendamente elaborado, pero cumple su función.

Los Ángeles, matar zombis mejor en compañía

El cooperativo es un clásico en la saga y no podía faltar en su secuela. Hasta tres jugadores pueden participar en una misma sesión para desatar su propio apocalipsis zombi. Aunque no soporta funciones de juego cruzado, sí lo hace entre generaciones. Los jugadores de PlayStation 5 pueden jugar con los de PlayStation 4, igual que dentro del ecosistema Xbox. Sin embargo, por el momento quienes están en la pasada generación no pueden ser anfitriones de una partida cooperativa, es decir, están limitados a jugar únicamente con un anfitrión en la nueva generación o en el modelo actualizado de su familia (PS4 Pro o Xbox One X). Es un problema conocido por el estudio, que espera poder lanzar una actualización “a principios del verano”.

Nuestra experiencia ha sido positiva. La estabilidad de la partida era buena en todo momento, ya que el título utiliza una solución en la que el anfitrión hace de servidor para el resto del grupo. No podrás unirte a jugadores que están más avanzados en la historia que tú, pero si cumples el requisito podrás sumarte a las que quieras. Es una buena forma de amasar experiencia y lograr nuevas armas. También puedes disfrutar de la historia en compañía, que no se aleja del tópico de convertirnos en el elegido para salvar la humanidad.

Completar la campaña en solitario dependerá del tiempo que inviertas completando actividades secundarias, lo que te equiparará al nivel que demandan las misiones. Nosotros hemos ido casi siempre por debajo del objetivo, lo que nos ha permitido poder completar en 14 horas. Hay algunos picos de dificultad en los que tuvimos que farmear experiencia, pero en líneas generales pudimos completarla sin grandes sobresaltos. Como es lógico, si quieres completar todas las actividades la duración se alarga hasta más de las 30.

La versión a la que hemos tenido acceso corresponde a la de PS5. En ella el juego se ejecuta a 60 imágenes por segundo estables. Apenas algunos momentos de gran estrés te permiten apreciar alguna caída, pero ocurre en contadísimas ocasiones. Visualmente el acabado es el clásico de un juego intergeneracional. No aprovecha las capacidades de la nueva generación, aunque por potencia bruta la resolución es nítida. Se ve bien.

Conclusión

Dead Island 2 es diversión en estado puro. Quedamos satisfechos tras completar la esperada secuela del éxito de Techland, esta vez en manos de Dambuster Studios. Pese a que no nos encontramos con una evolución de la fórmula, el equipo ha dirigido de manera inteligente sus recursos. Nos encontramos con una aventura que funciona, mantiene un buen ritmo y que cumple con los requisitos de los fans del género. Le sienta realmente bien prescindir de un mundo abierto de grandes dimensiones. Los diez distritos de los que se compone son de un tamaño pequeño, lo que elimina paseos innecesarios para llegar a los contenidos. También debemos destacar el uso de elementos como el fuego o el acido durante el combate, que se combinan realmente bien con el excelente sistema de desmembramientos. Le lastra la falta de sorpresas y algunos aspectos que parecen ser arrastrados por la pasada generación, como los pocos enemigos en pantalla repartidos por el escenario.

Lo mejor

  • La escala del juego anima a que el ritmo no baje.
  • El sistema de desmembramiento.
  • La influencia de elementos como el fuego, la electricidad o el ácido en combate.
  • Diversión directa y sin barreras.

Lo peor

  • Pocos enemigos en pantalla. Escenarios como Venice Beach no transmiten un apocalipsis zombi.
  • Faltan sorpresas. La experiencia se mantiene plana de inicio a fin.
7.8

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.

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