Convergence: A League of Legends story, una forma atractiva de expandir el universo de Riot

A través de su sello de publicación Riot Forge, Riot Games sigue expandiendo el “lore” de su popular MOBA. Primero fue el notable RPG por turnos Ruined King en 2021 y este mismo año nos llegó el también interesante The Mageseeker, un juego de acción 2D de los españoles Digital Sun. Hoy le toca el turno a Conv/rgence (o Convergence a partir de ahora), un entretenido y ligero metroidvania que sorprende por la facilidad con la que se deja jugar. Double Stallion es el estudio que firma este nuevo “A League of Legends story” y aunque no aporta ninguna novedad al género que vaya a sentar cátedra, es una propuesta muy divertida que no va a decepcionar a ninguno de los fans del género.

Ekko de Zaun

Una de las principales ventajas de Convergence es que se ubica en las mismas localizaciones que Arcane, con lo que es más fácil que aquellos que no son jugadores de LoL pero sí vieron la serie animada conecten a nivel argumental. Ekko es un brillante inventor adolescente que vive en la ciudad de Zaun, la zona de suburbios bajo la ostentosa Piltover, y aparece brevemente al final de la primera temporada emitida en 2021. Ekko centra sus creaciones en el desplazamiento temporal y, al igual que pasaba con The Mageseeker y su protagonista Sylas, se ha mantenido con bastante fidelidad la premisa fantástica de sus habilidades a la hora de trasladarlas al juego. Los poderes del protagonista (y también los de los otros personajes que hacen apariciones estelares) son coherentes con el universo y con el manejo del personaje en League of Legends.

Segunda primera vez para todo

Convergence tiene la estructura de un metroidvania clásico, tanto en su disposición o en cómo nos movemos por el mapa pero también en el combate. A lo largo de los 7 capítulos o zonas iremos encontrando nuevos enemigos y obstáculos pero también aprenderemos nuevas habilidades con las que hacerles frente. Algunas de esas habilidades podremos utilizarlas luego para revisitar alguna vieja zona y adquirir un objeto o coleccionable hasta entonces inalcanzable. Una notable pero justa curva de dificultad irá complicando cada vez más las cosas a lo largo de las 12-15 horas que puede tardarse en completar el 100%, a medida que aprendemos tanto los patrones de los adversarios como también a aprovechar al máximo a nuestro protagonista.

Ekko es un joven brillante capaz de distorsionar el tiempo a su antojo; si cometemos un error, podemos volver atrás unos segundos y corregir el fallo, por ejemplo. O podemos provocar una zona en la que todo se ralentiza excepto nosotros o incluso atravesar la pantalla a gran velocidad. El combate funciona estupendamente en Convergence, tanto cuando luchamos contra oleadas de enemigos o cuando lo hacemos contra jefes, cuyos patrones no cuesta mucho descubrir gracias a las facilidades que te da el juego con el rebobinado (que no es ilimitado pero genera muchas opciones adicionales). En ocasiones y dependiendo de nuestra forma de jugar es difícil seguirle la pista a todo lo que está pasando en pantalla de manera simultánea y es fácil perder de vista incluso a nuestro personaje, en uno de los pocos inconvenientes que le podemos sacar en este aspecto.

Cada segundo cuenta

Atravesar el mapa de Zaun es una delicia. No solamente a nivel visual, con su apartado gráfico tan bien cuidado y ese colorido con tanta personalidad; también porque las trampas están dispuestas con mucho criterio. Sin la capacidad de rebobinado Convergence sería un título mucho más difícil de batir, pero de esta forma es muy extraño quedarse atascado en un punto porque además los checkpoints son muy amables con el jugador. A medida que vamos adquiriendo habilidades importantes (el doble salto, el dash, etc.) el juego va complicando los trayectos, e incluso el contenido opcional escala acorde con el momento del juego.

Porque una de las características que definen al juego es la fusión del aspecto de plataformeo con la del combate, en especial cuando llegamos al último tramo donde la acción se puede volver frenética. Double Stallion ha sabido encontrar el equilibrio donde no basta con abusar de una habilidad para salir victorioso sino que debemos estar contínuamente en movimiento ralentizando aquellos proyectiles, haciendo parry a aquel ataque o esquivando un golpe imparable. Cuando las cosas salen bien, que es muy a menudo, es un título terriblemente satisfactorio que deja inmejorables sensaciones a los mandos. Y ese aprendizaje no solamente es importante (Ekko tiene apenas 3 puntos de vida antes de morir o dos en su máxima dificultad) sino que la mejoría es muy notoria al acabar el juego. No es que simplemente hagamos más daño, es que el juego nos ha enseñado a jugar.

El tiempo no cura todas las heridas

Durante las horas que pasemos en Zaun hay unos cuantos coleccionables que encontrar pero es relativamente sencillo hacerse con todo y nosotros no hemos tenido problema para completarlo en su totalidad. A pesar de que el guión no va a ganar un Oscar por su originalidad y se le ve venir desde lejos, siempre supone un aliciente suficiente para ir hacia adelante sin demora, aunque la aparición de ciertos personajes parece un poco forzada: The Mageseeker hacía un mejor trabajo aquí para incluir de manera orgánica a otros campeones, mientras que aunque en Convergence se agradecen los cameos, queda un poco raro. Pero es fácil perdonarle estos detalles por el propio carisma de Ekko: un personaje que cae simpático, un héroe clásico de los de toda la vida y con el que cuando terminas el juego acabas queriendo saber más. Ayuda a meterse en ambiente además el hecho de que todas las líneas de diálogo estén dobladas por los actores originales y ese nivel de detalle es un hecho a agradecer.

Una de las cosas que menos nos ha gustado del juego es precisamente en las batallas con los jefes finales; en primer lugar, con dos excepciones, todas ellas se repiten en algún momento del juego. Algunos de los enemigos son personajes ya introducidos previamente en el lore de League of Legends y suponen un guiño para los fans del universo expandido, pero muchos de esos combates son intrascendentes a nivel de dificultad o progreso de la historia. Los más importantes, sin embargo, sí suponen un reto interesante para el jugador y dado que los acontecimientos son canon, todo el encuentro en sí adquiere un peso especial. El título nunca deja de jugar con la temática temporal y hay algún momento emotivo que vivir al respecto, con breves referencias y guiños a películas de ciencia ficción que han tocado el mismo tema. No es un juego que quiera cambiarte la vida, pero sí intenta que pases simplemente un rato mejor.