Throne and Liberty

El heredero de Lineage II

Análisis de Throne and Liberty, un espectacular MMORPG que viene a darlo todo

NCSoft junto a Amazon publican el heredero espiritual de Lineage III prometiendo frenéticos combates PvP, gran contenido PvE, traducción al español y todo sin soltar un duro.

Para los amantes de los MMORPG clásicos hay varios títulos que han marcado su vida como jugador. Uno de ellos es Lineage II, un colosal título de NCSoft que todavía sigue al pie del cañón y congregando a miles de jugadores en sus diferentes servidores oficiales. Su principal atractivo, además del vasto mundo que uno puede explorar allí, son sus batallas contra otros jugadores, consideradas a veces como las mejores del género.

Dado el gran éxito que tuvo en el mercado Lineage II, la compañía no dudó en continuar su legado con una tercera parte. Si bien su desarrollo comenzó bien temprano, el proyecto no terminó de refinarse nunca, cambiando varias veces de rumbo hasta conseguir lo que tenemos ahora entre manos; Throne and Liberty.

13 años de historia

La historia de Throne and Liberty, o mejor dicho Lineage III, comenzó a gestarse alrededor de 2011. En noviembre de aquél año en el marco del evento coreano de videojuegos G-Star, NCSoft presentó al sucesor de su juego de más éxito. Si bien ya solo la mención del título despertó el interés de toda la comunidad de jugadores, los desarrolladores presentaron una continuación totalmente diferente a la propuesta original, alejándose del típico MMORPG y acercándolo más a un action RPG de tipo Diablo con héroes predefinidos. Se llamó Lineage Eternal.

Así era Lineage III, renombrado a Lineage Eternal.

Esta idea inicial sobrevoló las cabezas de los desarrolladores durante bastantes años, incluso ofreciendo pruebas de acceso beta a jugadores para dejar a punto el videojuego para su lanzamiento. Sin embargo y a pesar de que se seguía avanzando en su desarrollo, en 2016 el proyecto se desechó para rehacerse bajo el nombre de Project TL, enfocado ahora sí en un tipo de MMORPG convencional acorde con lo que todo el mundo espera del género.

Throne and Liberty es el trabajo de 13 años de NCSoft por darle una continuación a una de sus sagas más legendarias y, si bien no lleva el nombre en su título, comparte muchas cosas que hizo grande a Lineage I y Lineage II. De hecho, si nos paramos a estudiar todas las decisiones del equipo, no hay tantas diferencias como uno pudiera creer con respecto a L2.

¿Qué es Throne and Liberty?

Si todo esto os suena a chino debéis saber que Throne and Liberty es un videojuego de rol masivo online en el que, tras haceros un avatar a vuestro antojo con miles de opciones de personalización a tu alcance —incluso la posibilidad de añadir tu foto al videojuego para que la IA te replique en pantalla—, se abre ante el jugador un gigantesco mundo que debéis explorar mientras completáis misiones de historia, secundarias y dejáis vuestra huella en el título.

Se trata de un juego gratuito, disponible en Steam y localizado al castellano tanto en menús como en textos, pero no en voces. Esto quiere decir que la población ahora mismo es enorme, con miles de jugadores conectando a diario y pululando por Solisium, el mundo en el que se ambienta Throne and Liberty. Además también podemos encontrarlo en Xbox Series X|S y PlayStation 5, con juego cruzado disponible para ambas plataformas.

Está desarrollado bajo Unreal Engine 4, un motor gráfico que ha demostrado en cientos de ocasiones sus buenas maneras a la hora de realizar videojuegos y que aquí, NCSoft, le ha dado una vuelta de tuerca demostrando que lo imposible se vuelve posible. Le dedicaremos un merecido espacio a todo esto más adelante, ahora, hablemos de cómo es el título.

Throne and Liberty, como MMORPG, tiene todo aquello que un jugador habitual del género espera encontrar. Tiene una historia con principio y final —aunque ampliable con actualizaciones, cómo no—, submisiones, logros, mazmorras, eventos, raids, monturas, secretos, skins, PvP, asedios y mucho más. Realmente nadie cercano al género echará en falta algunos de los ingredientes habituales de este tipo de juegos. Bueno, quizás el housing.

A diferencia de otros referentes aquí no hay razas o clases seleccionables, solo existen los humanos a disposición del jugador y una escueta variedad de armas a escoger. Sin embargo, podemos escoger dos de estas armas y combinarlas para crear una gran variedad de clases que recogen los típicos roles de tanque, daño por segundo y curanderos. Unas irán mejor para hacer misiones por el mundo, otras para enfrentarse a grandes desafíos y otras, por supuesto, para batir en duelo a otros jugadores.

Como buen juego coreano que es la mejora del personaje roza lo extremo, pudiendo incrementar las características de nuestro héroe en decenas de apartados que pueden llegar a agobiar al jugador. Desde las propias estadísticas básicas del personaje, a mejorar el equipo, las habilidades o diferentes árboles de talentos relacionados con las armas o los hechizos. Más allá de eso, también podemos mejorar el personaje en otros contenidos del juego, como recolectando diferentes monturas/transformaciones o mascotas acompañantes, aquí llamados Amitois.

Mentalidad coreana

Lograr que un personaje esté lo suficientemente equipado como para superar cualquier obstáculo sin problemas llevará cientos de horas de juego. Muchas muertes de enemigos y búsqueda incansable de objetos —lo que se conoce en el argot MMORPG como grindear y farmear—, una buena ración de suerte a la hora de aumentar el nivel de nuestro equipo y desafíos de gran dificultad. Fácil no será, desde luego.

Sin embargo y a diferencia de Lineage II, gracias al sistema de misiones bastante guiadas, recompensas y cooperación entre jugadores cualquier usuario puede disfrutar de Throne and Liberty sin sentir la presión de la muerte en cada esquina o de creer que no va a llegar a ver el ansiado cartel de The End. Se trata pues de un juego que, con algo de esfuerzo, puede llegar a disfrutarse con comodidad.

El juego cuenta con mazmorras en solitario, públicas, instanciadas, jefes de mundo, jefes de clan, de PvP, eventos cooperativos, eventos donde los jugadores se vuelven enemigos, raids y otros más divertidos como el de subirse a lomos de la emblemática ballena voladora que seguro habéis visto en algún tráiler del videojuego. Y si no, adjuntamos imagen a continuación.

Por el contrario, si llegáis a Throne and Liberty por su historia, dejadnos contaros que de nuevo, sigue siendo un videojuego coreano. ¿Qué quiere decir esto? Pues que cuenta con una historia atropellada donde se da por sentado que el jugador sabe sobre su universo por adelantado, con saltos en el guión, trama mal narrada y vacíos que te dejan del revés. También hay misiones anodinas sin sentido donde la única excusa es ir aquí o allá sin sustancia alguna.

Hay contenido para completar a mansalva. Además de las susodichas misiones, submisiones y todo lo nombrado dos párrafos arriba, tenemos varios apartados que debemos rellenar para recibir numerosas recompensas, como el libro de litografías o el códice. También hay un escueto pero funcional sistema de fabricación de equipo así como de cocina y, como no, una profesión centrada en la pesca con un minijuego de captura que está llevando por la calle de la amargura a los jugadores.

Este problema con la pesca —algo difícil de dominar— no solo se da en esta actividad si no en todas las mecánicas del videojuego. Sabemos que nos repetimos pero estamos jugando a un título coreano y, de nuevo, aquí se explica lo mínimo. Una simple misión que nos envía a visitar la casa de nuestra mascota genera actualmente decenas de miles de visitas en cualquier vídeo de YouTube que nos explique cómo se hace. La solución es tan fácil como pinchar en el avatar del Amitoi —aunque el minimapa te muestre otra ubicación—, pero el videojuego no lo explica. Así, con todo.

Es mucho más accesible que Lineage II u otros MMORPG clásicos, claro, pero las pocas explicaciones y la intrincada interfaz que posee el videojuego no lo pone nada fácil a los poco duchos en el género. Cuesta dominar y hace falta empaparse de páginas externas y tutoriales para llegar a ello y, aún así, sentiréis que estáis perdidos en cualquier momento.

La masificación, su loable punto positivo

Si bien lo hemos comentado días atrás aquí en MeriStation, Throne and Liberty hace las cosas muy bien en el apartado tecnológico, una parte fundamental en un juego de este género. El título es capaz de mostrar en pantalla a miles de jugadores con un rendimiento que puede que no llegue en todo momento a 60fps, pero sí rinde bastante mejor que otros más conocidos con diez o veinte personas en el monitor, sobre todo si tenemos en cuenta que en el aspecto gráfico estamos ante un juego casi cinematográfico.

Una de las grandes características de Throne and Liberty son sus eventos tanto PvE como PvP, y os podemos asegurar que la etiqueta de videojuego de rol online masivo la cumple con creces. Da igual qué evento se esté disputando en una hora u otra, la cantidad de jugadores que acudirán a él será bestial. Además salvo aquellos que consisten en batir al jefe de turno —sin apenas mecánicas, solo daño puro y duro, también conocidos como “piñatas”—, la variedad de estos eventos es más que loable e incluye tanto momentos trágicos como de humor. Y no solo vosotros seréis los protagonistas si no que también implica al resto de jugadores con una pequeña competición de por medio.

Esta masificación no solo se ve en estas actividades si no también a lo largo y ancho del mundo de Solisium, siendo las ciudades o puntos estratégicos algunos de los más concurridos. Como ya dijimos en el anterior artículo, el juego está diseñado para centrarse en zonas claves donde los jugadores tienen que pasar sí o sí, lo que implica que da igual a qué hora estés jugando, siempre encontrarás decenas de personas haciendo sus quehaceres.

Si además sois fanáticos del PvP podéis encontrar en Throne and Liberty bastantes opciones para disfrutar de él. Uno de los contenidos más demandados son los asaltos a ciudadelas, donde centenares de jugadores luchan sin escrúpulos en el campo de batalla tratando de conquistar el territorio con la ayuda de la climatología —gracias a una habilidad especial muy limitada—, el terreno, las metamorfosis o la ayuda de poderosas criaturas.

Son eventos extremadamente masificados y muy frenéticos donde NCSoft ha puesto toda la carne en el asador y que ha mejorado considerablemente con respecto a Lineage II. Por ejemplo, entre tanto jolgorio de espadas y hechicería en la batalla, podemos distinguir fácilmente a nuestros compañeros para poder trazar un plan o prestar nuestra ayuda a un compañero. Pequeños detalles con respecto a otros juegos que inclinan la balanza a su favor.

Throne and Liberty también tiene peros

Obviando la nula información que el juego nos provee y la cantidad ingente de horas que debemos emplear en él para tener el personaje perfecto, algo habitual en este género, Throne and Liberty también cuenta con algunos puntos negativos. Puede que para algunos lectores no lo sean pero es importante recalcar que no todos los jugadores tienen el mismo estilo de juego.

Con esta frase nos referimos a aquellos que quieran jugar de manera sosegada pues Throne and Liberty obliga al usuario a ser miembro de un clan. Mucho del contenido del juego y opciones requieren unirse a un gremio para poder obtener estadísticas para nuestro personaje y suculentos beneficios por participar en actividades con el resto de sus integrantes, y para conseguir tales extras el gremio debe de crecer.

Esto, per se, no es un problema si no una gran herramienta de socialización, pero el problema llega cuando el límite de miembros es escaso —70 en la actualidad—, los mejores beneficios se consiguen a un nivel de clan alto y los eventos añaden competición entre clanes. ¿Qué ocurre? Que si no aportas al clan, seguramente seas expulsado del mismo. El que os escribe lo ha sufrido dos veces —y con clanes casuales sin ninguna intención de, lo que denominan ahora, “tryhardear”— y de buena tinta sabemos que ha ocurrido a una decena o más de amigos y compañeros.

Incluso los primeros días de acceso anticipado se podía leer en el chat de mundo los habituales dramas de “me han expulsado del gremio por no jugar un día” o el típico “me han usado para robarme equipo”. O clanes que el primer día de acceso anticipado estaban llenos y a los pocos días reclutaban más miembros porque, los que habían reclutado en días previos al lanzamiento, no rendían como esperaban. Es decir, jugar durante una decena de horas al día. Y no lo decimos por decir, hay clanes que entre sus requisitos se encuentra el de jugar 10 horas diarias y realizar por el camino misiones de gremio, una auténtica burrada.

A todo esto hay que sumarle la característica de ser un juego con fuerte componente PvP. No es un punto negativo como tal, más bien lo contrario, pero han habido muchas quejas al respecto el comportamiento de muchos jugadores en diferentes mapas y eventos del juego. En los jefes de mundo o eventos con PvP muchos clanes se dedican a molestar a otros jugadores en lugar de centrarse en el objetivo provocando la ira de, seguramente eso sí, curiosos del título.

No todo lo descrito es malo, por suerte siempre hay espacios de luz y color —clanes— donde poder conocer a nuevas amistades y progresar en paz, pero nos ha sorprendido ver cómo el videojuego ha transformado a miles de jugadores agradables en feroces competidores donde el todo vale es la regla. Nos ha dado auténtico miedo.

Videojuego gratuito con matices

Throne and Liberty es un título F2P donde no es necesario aflojar la pasta, pero la realidad es que esto solo es válido si queremos disfrutarlo por nuestra propia cuenta, con amigos o sin la mínima intención de llegar a ser alguien en Solisium. El título esconde su monetización en pases de temporada y de progreso para el personaje —más información aquí—, en cosméticos, útiles para mejorar el equipo y otras características. Nada diferenciador de otros del catálogo.

Ahora bien, si queremos hacer uso de la subasta del juego hay que abrir la billetera a menos que tengamos el don de la paciencia. Este mercado interno funciona a base de Lucientes, una moneda que se puede adquirir por dinero real en la tienda del juego. Podemos también obtenerla subastando nuestros objetos —aunque NCSoft se queda una comisión de lo que ponemos a la venta— pero de nuevo, como todo en el juego, implica tiempo, “farmeo” y un pequeño estudio de mercado previo. Aún así no quita que el resto de jugadores saque a pasear su VISA o Mastercard y se haga con los objetos más potentes del juego utilizando dinero real, por lo que si te planteas entrar en combate con otros jugadores muy posiblemente acabes comiendo tierra.

Lo mismo ocurrirá en mazmorras o contenido de grupo. Puede —y ya ocurre, creernos— que si no tienes buen equipo o al menos el deseado por el resto de elitistas, acabes fuera de la incursión porque no has conseguido lo mejor de lo mejor. De nuevo, si vais a jugarlo con amigos, este no será un problema, pero si no… es posible que os afecte.

Hay un aspecto negativo más a añadir a la ecuación que choca bastante con respecto al resto de opciones en el mercado y es su combate. En Throne and Liberty es mucho más estático, con tiempos de recarga de habilidades algo más prolongados de lo habitual y un sistema en general algo extraño.

Hay dos opciones en este apartado, la de apuntado libre o la de bloquear el objetivo —tab target—. Tanto la una como la otra se manejan de forma extraña y sobre todo en la segunda, con movimientos que desplazan a tu personaje, la cámara te deja vendido a la mínima. Si además sois de jugador cuerpo a cuerpo vais a tener que acostumbraros al combate de Throne and Liberty porque, o te pones a escaso medio metro del enemigo o el personaje no ataca. El hitbox —el área de colisión del enemigo— es extremadamente reducido por lo que obliga al jugador a estar encima del adversario o, directamente, el personaje se queda inmóvil.

Por último no podemos dejar de hacer mención al crafting o fabricación de objetos. Salvo la cocina el resto de profesiones, ahora mismo, están en tierra de nadie. Los objetos más preciados requieren de materiales y un componente que se extrae de la pieza que quieres fabricar. Es decir, si queréis crear un Casco de cuernos, te pedirán un componente creado con un Casco de cuernos y otros materiales. ¿Por qué para fabricar un casco necesito destruir el mismo casco que quiero obtener? Solo puede haber una razón: convertirlo en material porque no necesitas ese objeto y venderlo en la casa de subastas para que alguien con poca paciencia lo compre y, de paso, llenar las arcas de NCSoft. Si además sumamos que uno de los objetos que nos pide en la fabricación de equipo de calidad azul no existe en el juego en la actualidad nos deja la sensación de que este sistema de juego se ha modificado para nuestra versión a correprisas.

¿Merece la pena Throne and Liberty?

Que hayamos comentado algunos aspectos negativos no tiene por qué influir en vuestra decisión sobre jugar a Throne and Liberty o no, de hecho os animamos a que lo hagáis. Al ser un juego gratuito con bellos escenarios, un atractivo contenido y un gran futuro por delante es una opción de lo más recomendable en lo que a actualidad del género se refiere.

Al principio del análisis hablábamos sobre su semejanza con Lineage II y realmente hay mucho de él en Throne and Liberty. Conserva los eventos multitudinarios, un buen combate PvP a gran escala, asedios, misiones de “grindeo”, fuerte cooperación con el resto de miembros del clan, mecánicas como las famosas “soulshots o spiritshots”, la mejora del equipo y el combate.

Sin embargo el nuevo juego de NCSoft ha reducido la exigencia sobre manera para que cualquiera pueda disfrutar del juego sin tener que lidiar con cientos de horas para mejorar al personaje. ¿Es necesario para tener buen equipo? Sí. ¿Es necesario para disfrutarlo en casi toda su totalidad? No. En este caso las exigencias han disminuido, el tiempo empleado en subir al nivel es casi mínimo y la entrada a los diferentes eventos llega antes, entre otras características.

Mantiene el enorme mundo por visitar, las grandes mazmorras públicas —aunque en un número mucho menor—, la camaradería y mucho más. El título se las apaña para darle un lavado de cara a la franquicia de la que nació sin dejar de separarse de la misma, por lo que mantiene muy bien el espíritu de Lineage II pero con la tecnología actual.

Throne and Liberty es muy divertido, ofrece contenido accesible a todo el público, tiene eventos cooperativos muy disfrutones, una curva de niveles muy agradecida y un sistema de equipamiento mejorable pero generoso al mismo tiempo. Eso sí, potenciarlo puede costar bastante. Y como os hemos dicho, el estar traducido al castellano ayuda mucho a que el jugador le dedique más tiempo que de otro modo no lo haría.

Solisium es un espectáculo

Unreal Engine 4 es el corazón de Throne and Liberty, uno vitaminado y pulido que es puro espectáculo visual. Los escenarios son enormes, sin pantallas de carga, llenos hasta la bandera de detalles, con una iluminación bestial y con un diseño artístico de los que hacen historia. Solisium es alucinante.

En el mercado hay videojuegos muy buenos en este sentido, como World of Warcraft con su peculiar estilo artístico, Final Fantasy XIV con su estética japonesa y The Elder Scrolls Online de tipo más occidental, pero Throne and Liberty va mucho más allá de todos estos. Y lo impresionante no es el músculo que presenta en pantalla, es lo bien que se mueve en ordenadores.

Ya no solo es que visualmente luzca como un juego de otro calibre, es que NCSoft se las ha ingeniado para añadir a la ecuación a miles de jugadores sin comprometer en exceso el motor del videojuego. Es difícil lograr un rendimiento perfecto en estas condiciones, por supuesto, pero sí hemos mantenido una tasa de 35-40fps en eventos multitudinarios de más de 1000 personas en campo abierto lleno de elementos gráficos como pétalos, hierba, flores, enemigos, globos en el aire y un jefe gigante atacándonos, cosa que con el mismo ordenador no hemos logrado en una raid de World of Warcraft: The War Within con 25 personas en una zona instanciada. Lo que ha logrado la compañía coreana es magia, brujería, vudú o como queráis llamarlo. Y lo mejor de todo es que funciona con ordenadores modestos sin afectar negativamente a la belleza visual de Throne and Liberty ya que requiere mínimo de un procesador i5 de sexta generación, 8 GB de RAM y una GTX960.

El apartado sonoro no está nada mal, quizás un punto por debajo de su predecesor pero no por ello falto de épicas melodías. También es cierto que la cantidad de jugadores por el mundo, el frenetismo del combate y otras situaciones hace que la banda sonora pase un poco desapercibida pero nada que no arregle la personalización de los diferentes elementos sonoros.

Por cierto, si queréis dejar a vuestro gusto el juego hay buenas noticias. El menú de ajustes es tan extenso que de por sí solo merecería un artículo aparte. Es posible configurar cualquier opción imaginable aunque tantas son las elecciones que puede abrumar a cualquiera. De serie viene con accesos directos un tanto extraño, eso sí, y es posible que tengáis que dedicarle un buen rato a dejarlo a vuestro gusto.

Conclusión

Throne and Liberty es un juego gratuito que merece la pena probar. Su traducción al castellano, constantes actualizaciones a futuro, toneladas de contenido para todo tipo de jugadores y la posibilidad de hacer grandes amigos lo convierten en un título que puede ofrecer centenares de horas sin soltar un céntimo. En pantalla se muestra espectacular en todo momento y el frenetismo en cada evento aporta un toque diferenciador que lo hace único. Existen otros juegos similares en este sentido pero ninguno tan a lo grande como Throne and Liberty. Sin embargo, la subasta puede frenar a los jugadores tanto a la hora de adquirir objetos o equipo así como para completar algunos desafíos.

Lo mejor

  • Gráficamente impresionante.
  • Traducido en textos al castellano.
  • Totalmente gratuito con pagos opcionales.
  • Mas accesible que sus antecesores.

Lo peor

  • La historia deja un poco que desear.
  • Apenas explican el funcionamiento del juego o lo hacen mal.
  • Puede ser extremadamente competitivo y tóxico.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.

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