Tekken 8

Review

Análisis de Tekken 8, el Torneo del Puño de Hierro vuelve más fuerte que nunca

Analizamos la última entrega de la longeva franquicia de lucha capitaneada por Katsuhiro Harada, exclusiva de consolas de nueva generación y PC.

Lo bueno se hace esperar y la espera ya casi ha terminado. Tekken 8 (Bandai Namco Studios) después de una excelente campaña de marketing donde Bandai Namco Entertainment ha ido alimentando progresivamente nuestro interés por el juego, sale este 26 de enero en PC Windows, Xbox Series X|S y PlayStation 5. Ya habíamos probado la beta online el pasado octubre y en diciembre os hablamos de sus modos offline. Hoy os traemos el análisis de la experiencia completa y confirmamos: el Puño de Hierro golpea más fuerte que nunca.

Sabor a next gen

Era 1994 cuando Tekken revolucionó los juegos de lucha. No era el primer título del género en 3D —ese honor corresponde a Virtua Fighter—, pero sí causó un impacto en la industria por ofrecer un sistema de combate muy intuitivo, con cuatro botones asociados a las extremidades y la introducción de los ataques medios, que se sumaban a los altos y bajos, lo cual ampliaba el abanico de posibilidades en el combate. Fue con Tekken 3 que la saga alcanzó uno de sus mayores logros y estableció un hito en la tecnología videolúdica.

A lo largo de los años, la saga de Katsuhiro Harada se ha erigido como un referente en los fighting games y en un titán que demuestra las posibilidades técnicas de cada generación. Tekken 8, desde su primer anuncio en el State of Play de Sony el pasado septiembre de 2022, ha mantenido vivo el interés de los jugadores con una campaña continua donde ha ido desvelando su roster paulatinamente, con personajes ya conocidos y nuevas introducciones.

Las expectativas estaban altas ante un juego que tenía la determinación de salir exclusivamente en la novena generación de consolas, para consolidarse de nuevo como una guía sobre cómo exprimir la tecnología actual. Tekken 8 no sólo vuelve a conseguirlo, sino que hace toda una declaración de intenciones en cómo debe concebirse y presentarse un fighting game.

La épica del combate

Katsuhiro Harada, productor de Tekken 8, tenía muy presente los objetivos de Tekken 8: ofrecer espectacularidad en sus combates tanto a nivel jugable como audiovisual, y perfeccionar un sistema que incentivara a los jugadores a tomar estrategias más agresivas. A nivel artístico, esta nueva entrega ya nos había dejado con la boca abierta en las anteriores betas y en la misma demo. La calidad de los gráficos, el preciosismo de sus detalles y texturas y su animación cinematográfica nos dejan muy claro que nos encontramos en una novena generación de consolas donde no existe la timidez a la hora de exprimir sus posibilidades.

Cada encuentro es un intercambio épico, donde la cámara subraya los momentos de Rage Art y Heart Burst, y donde la saga ha encontrado un ritmo muy equilibrado y dinámico, sin marear al jugador. Destacamos también la continuidad de la misma narrativa: si el suelo se resquebraja en una ronda, éste permanece dañado en la siguiente; si un personaje pierde un objeto —como las gafas de Nina Williams—, se mantendrá sin él hasta que acabe la batalla. La banda sonora termina de redondear la experiencia aportando un clima apoteósico, con temas diferenciados para cada escenario y otros tantos que marcan la ancestral rivalidad de los Mishima.

Ya habíamos comentado anteriormente cómo el mando con retroalimentación háptica de PlayStation 5 acaba de poner el broche de oro en la experiencia, subrayando los golpes que conectan y marcando la resistencia del enemigo cuando bloquea. Mientras percibimos en las mismas manos el transcurso de la pelea, sentimos la satisfacción y la momentánea frustración según cada momento.

Misión Arcade, el aprendizaje mejor ludificado

Bandai Namco es consciente del momento actual que viven la cultura de fighting games. En los últimos años, el género está aspirando a abrirse a nuevos públicos al mismo tiempo que premia la lealtad de sus seguidores más acérrimos. Esto crea un reto difícil: ofrecer un sistema en el que todo el mundo se sienta bienvenido y que, al mismo tiempo, no aburra a los más experimentados. Asimismo, se plantea otro escollo: crear un tutorial atractivo que cubra todos los aspectos y pormenores de las mecánicas y que no sature de textos a los jugadores.

Tekken 8 consigue solventar todas estas cuestiones y sale airoso del desafío. Por ello, continúa con una fórmula efectiva que aúna el tradicionalismo con la dosis justa de innovación. Así, el sistema de combate es el mismo de siempre: un botón por extremidad, golpes altos, medios y bajos y los mismos inputs para los movimientos y combos de cada personaje. También vuelve la salud recuperable y el Rage Art, el cual ya vimos en la entrega anterior y que consistía en un ataque definitivo disponible cuando nos queda poca salud. Y se suma una nueva mecánica que aporta frescura y potencia la agresividad de los combates: el sistema Heat. Este consiste en un estado temporal durante el cual se magnifican las características de los personajes, y permite el acceso a movimientos especiales únicos y a un dash con el que arremeter y enlazar otros movimientos. Al activarse sólo una vez por ronda, debemos pensar muy bien cuándo gastarlo y aprovecharlo.

Al principio, puede abrumar asomarse a un sistema como el de Tekken 8, sobre todo si es nuestra primera vez o hace mucho que no nos asomamos a la saga. Y no es de extrañar: el juego despliega un amplio abanico de situaciones que requieren estrategias diferentes: combos para el wall-break, otros para conectar un agarre, otros movimientos para enlazar con el side-step y cadenas de varios combos unidos.

Durante las anteriores sesiones de beta online, tuvimos la impresión de que Tekken 8 estaba absolutamente dirigido a profesionales pero, tras probar el juego completo, apreciamos que también abre una invitadora puerta de entrada a los jugadores novicios. Y esto no sólo lo consigue con el estilo especial, que simplifica los combos; o su escueto tutorial inicial, que cubre el funcionamiento básico.

Así, llega Misión Arcade, un modo diseñado para la introducción al sistema de Tekken, que incorpora un tutorial escalonado e integrado en una historia simple, alegre y con final predecible y disfrutable, y que reivindica el lado más positivo de la comunidad de los fighting games. Aquí nos crearemos un avatar a nuestro gusto, que evocará el estilo de los Mii, si bien algo más refinado, y nos reuniremos con nuestro amigo Max, que nos introducirá al mundo de Tekken 8. Junto con él, nos embarcaremos en un viaje en el que recorreremos los salones recreativos del territorio, donde debemos derrotar a nuevos rivales mientras nuestro mentor nos enseña los fundamentos del juego en mayor profundidad. Paralelamente, Max ofrece desafíos secundarios alternativos que podemos cumplir durante nuestro combate: combos concretos, hacer al menos dos agarres, etc.

Esta aventura puede completarse en una tarde si seguimos directamente la misión principal, pero está pensada para que nos entretengamos el tiempo que deseemos perfeccionando técnicas y partes del tutorial. De manera complementaria, en el menú principal también tenemos los clásicos modo entrenamiento, desafíos de combos para cada personaje y repeticiones de combates anteriores.

El drama familiar de los Mishima

Por supuesto, no puede haber Tekken sin su Modo Historia, esta vez titulado El Despertar de la Oscuridad. El drama familiar de los Mishima nos brinda una nueva entrega y, para quienes hayan perdido el hilo, pueden acceder a un resumen de lo acontecido en los anteriores títulos. Este nuevo episodio abre con un Jin Kazama que se enfrenta a un Kazuya que domina su parte demoníaca y, tras un intenso con devastadoras consecuencias, el hijo cae derrotado. El propio Kazuya, desde su visión supremacista del mundo, organiza una nueva edición del Torneo del Puño de Hierro para designar el heredero de la empresa Mishima Zaibatsu. Por su lado, Jin deberá recomponerse para ir al campeonato y tener una nueva oportunidad de pararle los pies a su padre.

En El Despertar de la Oscuridad, Jin vivirá un periplo que sigue las pautas del viaje del héroe, de cómo después de su caída resurge aun más fuerte y con mayor gloria. A lo largo de una historia sencilla y efectiva, se tratarán de manera muy emotiva temas como la amistad o la autoaceptación. Asimismo, este Modo Historia es una buena oportunidad para ir probando personajes de un generosísimo roster de 32 luchadores. Por supuesto, no estarán todos los que son, pero sí algunos de ellos. En los compases finales, además, viviremos algunas sorpresas que aportarán cierta originalidad a la narrativa de un juego de lucha 1 VS 1 y el final es, cuanto menos, la guinda de un duelo que alcanza proporciones cósmicas.

Si queremos profundizar en el reparto de luchadores, tenemos los episodios de personaje, donde seguimos la historia personal de cada uno de ellos como participantes del Torneo del Puño de Hierro, donde hallarán a su propio némesis y donde no faltará el humor. A nivel narrativo, este modo es menos elaborado que el de la Historia Principal, si bien descubrimos escenas finales muy curiosas e introducciones exclusivas al inicio de cada combate. No obstante, sentimos que las tramas de algunos personajes están mejor cuidadas que otras. Y, por supuesto, podemos acceder al modo arcade clásico, con 8 combates que culminan con un jefe final.

En cuanto al propio elenco, destacamos lo jugoso que es un plantel de 32 personajes, cada uno de ellos con sus diferentes estilos y características y donde será sencillo encontrar nuestro main ideal. Aquí encontramos grandes conocidos de la saga, con regresos muy esperados como el de Jun Kazama y tres nuevas incorporaciones: Reina, Azucena, Victor y Jack-8 —la nueva versión del conocido modelo de la línea de androides de la corporación G—. De estos cuatro, destacamos a la misma Reina, cuya personalidad misteriosa e intimidante rompe con el ya agotado estereotipo de muchacha dulce y delicada. Azucena aporta una nota de color con su alegría, si bien su obsesión por el café puede llegar a ser cargante y Victor, elegante y frío, tiene que encontrar su propio brillo entre el carisma apabullante de los personajes que ya conocemos. En cuanto a Jack-8, su personalidad mecánica es la misma de sus predecesores.

Un nuevo estadio de madurez

A nivel de diseño, Tekken 8 se ha encaminado a un estilo más maduro que entregas anteriores, sin renunciar al atractivo y vistosidad de sus luchadores, los cuales se adscriben bajo diferentes fantasías de poder. En redes sociales, la obra de Bandai Namco ha sido criticada por el estancamiento de diseño en sus personajes femeninos, si bien en el roster masculino sí hallamos diferentes personajes de distintas franjas de edad, rasgos y corporalidades, dentro del ideal de fuerza masculina. No obstante, aunque las mujeres en Tekken siguen oscilando entre el tropo de femme fatale como Nina Williams y la dulzura aniñada de Xiaoyu o Asuka, algunas de ellas se distancian de esa dicotomía, como el caso de Reina; y otras reivindican la bondad como un valor fuerte, como Jun. Tal vez, en los DLC veamos nuevas damas que sigan una línea de diseños más valientes.

Al igual que en entregas anteriores, el juego nos invita a nuestra propia creatividad con la personalización. A medida que progresemos en la partida, desbloquearemos cosméticos para engalanar a nuestro avatar, tarjeta de jugador o los mismos luchadores del Puño de Hierro. Algunas de estas prendas y accesorios sólo pueden conseguirse al superar ciertos desafíos internos, si bien la mayoría pueden adquirirse con la moneda interna del juego. Nuestra imaginación con el editor puede tomar dos sendas que ya conocemos: la de la elegancia o la del humor absurdo.

En un contenido offline más que jugoso y que no relega a Tekken en un par de partidas superficiales. Además de los modos citados, regresa el clásico versus local contra la IA, otro jugador y una exhibición hecha con la CPU. A esto se une el regreso de un modo muy divertido: el Tekken Ball, que ya se había estrenado en Tekken 3. Aquí acudiremos a una playa donde usaremos una pelota para golpear al rival y, si marcamos gol, también reduciremos su salud.

El online, la prueba de fuego

Dicho modo también está disponible en el modo online, del que pasaremos a hablar a continuación. En Tekken 8 podemos acceder a partidas rápidas e igualadas (organizadas en sets al mejor de tres) como en la anterior entrega y, como novedad, tenemos el salón de lucha. En esta zona virtual accederemos con nuestro avatar en busca de nuevos contrincantes, chatear con ellos, visitar el modo de personalización o la misma playa para desafiar a otros jugadores a Tekken Ball.

Tekken 8, además, ha dado un golpe en la mesa al salir con crossplay y rollback netcode, algo que se da por sentado y que otros títulos del género no han cumplido. Durante nuestras sesiones, tuvimos algún problema ocasional de conexión, pero por el resto quedamos muy satisfechos. Hemos jugado con personas de Europa, algunas de ellas con conexión WiFi, y las partidas iban tan fluidas como si se dieran en el mismo salón. El emparejamiento respetaba los rangos e iba bastante rápido, teniendo en cuenta que se trataba de una prueba cerrada. Por supuesto, es temprano para establecer un veredicto final, puesto que queda ver la estabilidad y la calidad de la conexión cuando el servidor esté abierto a todos los públicos.

Asimismo, Tekken 8 ofrece una novedad pensada para complementar un aprendizaje que requiere paciencia y tiempo: el Supercombate Fantasmal. A través de este, nos enfrentaremos a una IA que imita nuestro estilo y comportamiento, con lo que nos veremos obligados a salirnos de nuestras estrategias habituales. También podemos enfrentarnos a los fantasmas de otros jugadores, por si aún no nos sentimos preparados para salir al online o por si queremos estudiar a nuestros rivales de antemano.

Tekken 8 demuestra que es posible tener un juego de lucha redondo en todas sus vertientes y desde su día de salida, con un contenido sólido tanto en el offline como en el online. A la vez que cuida a sus fans con un sistema tradicionalista que refresca con sus novedades, ofrece al público casual una asequible rampa de aprendizaje donde el proceso es divertido. Como broche final, queda hablar de su accesibilidad. El tamaño de la fuente de letra ha mejorado, si bien ésta se mantiene en lo límite de lo legible. Otras opciones siguen presentes: la posibilidad de mapear los controles a gusto de cada cual y una excelente localización de textos al castellano. A esto se suma un extra reclamado por el público: opciones de color, filtros y ajustes de brillo para gente con problemas de visión.

El Puño de Hierro ha regresado más contundente que nunca y nos recuerda que Tekken es un puro espectáculo de tortas, pero al que todo es más que bienvenido. De momento, queda ver su evolución a lo largo de los años y en la esfera competitiva. El próximo 26 de enero, estaremos ready for the next battle.

Este juego ha sido analizado en su versión para PS5 con un código proporcionado por Bandai Namco.

Conclusión

Tekken 8 es toda una demostración de cómo debe concebirse y presentarse un juego de lucha: en su primer día de salida, ofrece un generoso roster de 32 personajes, crossplay y rollback netcode. Además de eso, su apartado técnico y su elevada calidad artística hacen que este título se sienta absolutamente next-gen. Consciente del momento que están atravesando los juegos de lucha, el Torneo del Puño de Hierro tiende la mano a jugadores veteranos y novicios. Mantiene un sistema de combate profundo y tradicionalista, con las innovaciones justas como el Heat y el regreso del Rage Art y la barra recuperable. Con la Misión Arcade, el Supercombate Fantasmal, el Modo Historia y los episodios de personaje, no solamente ofrece un generoso contenido offline, sino un sistema de aprendizaje atractivo y bien ludificado para jugadores casual y novicios. El online aún debe pasar su prueba de fuego con los servidores abiertos para todo el mundo, pero por el momento quedamos satisfechos. Con el futuro, quedará ver la prometedora evolución de un juego de lucha que ya ha hecho una declaración de intenciones en los fighting games.

Lo mejor

  • Puro espectáculo técnico y artístico.
  • Un sistema de combate profundo, tradicionalista y con las innovaciones justas.
  • Un roster de salida de 32 personajes.
  • Un generoso contenido offline.
  • Un proceso de aprendizaje ludificado y bien medido.

Lo peor

  • Algunos personajes están mejor tratados narrativamente que otros.
  • El tamaño de la fuente de los menús está en el límite de lo legible
9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.

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