Análisis de Sonic Racing CrossWorlds, un videojuego para volver a emocionarnos por Sonic

Mario carreritas, Crash carreritas, Bob Esponja carreritas… si hay un género que se prodiga a pasearse por las mejores franquicias de los videojuegos es el de conducir vehículos en alocadas pistas llenas de objetos para fastidiar al contrario. Incluso Hello Kitty tiene varios títulos de conducción en los que pilota diferentes karts. Sonic no es ajeno a quemar goma en el asfalto y tras varias entregas en el pasado, vuelve a la palestra con su mejor capítulo.

Sonic Racing CrossWorlds es una maravilla. Sin rodeos. SEGA ha apostado fuerte en un videojuego que ya solo con su coletilla, CrossWorlds, nos llenó de ilusión en su anuncio en los Game Awards de diciembre de 2024. Habían dudas, claro, pero aquí estamos para despejarlas.

Una deliciosa locura

Sonic y velocidad son uno mismo. El erizo azul se promocionaba en la consola Mega Drive como uno de los personajes más rápidos del videojuego y no era baladí. La velocidad de su protagonista corriendo entre los dieciséis bits de la máquina de SEGA era endiablada y una gozada, todo sea dicho. Es por esto que no nos extraña ver al famoso equidna en títulos de carreras.

La historia de Sonic y su relación con el asfalto comenzó en 1991 y su huevo de pascua en el arcade Rad Mobile. Ese mismo año llegó a los recreativos japoneses Waku Waku Sonic Patrol Car, un curioso videojuego en el que Sonic patrullaba las calles como policía. Después de protagonizar un arcade de disparos con Cosmo Fighter comenzaría su periplo en serio en el género de la conducción, primero con sendos juegos de Sonic Drift, varias entregas de Sonic Riders —aunque los vehículos que se usaban eran aerodeslizadores— y más tarde la saga Sonic Racing.

Hay algunos más aquí y allá en donde el erizo azul hace gala de su potencial talento tanto corriendo como utilizando vehículos, pero lo que está claro es que ver a Sonic competir no viene de ahora. La evolución de la saga Sonic Racing con su último título lanzado en 2019 ha pegado un cambio enorme con CrossWorlds y esto es lo que vamos a debatir ahora.

Sonic Racing CrossWorlds es un videojuego de carreras a bordo de vehículos que se adaptan a todo tipo de escenarios donde además cada uno de ellos cambia en el transcurso de la partida. Esto quiere decir que a lo largo de los —por ahora— 24 circuitos disponibles a lo largo de las diferentes categorías competitivas, a mitad de carrera aparecen dos anillos dimensionales que permiten acceder instantáneamente a otro circuito de los disponibles —llegado el momento— o a quince adicionales llamados CrossWorlds. Uno de estos anillos desvela qué circuito nos espera al entrar por su portal, el otro solo se muestra cuando lo cruzamos. Esta característica es sin duda el cambio más radical con respecto anteriores títulos pero hay mucho más.

Contenido a cascoporro

El título cuenta con cinco categorías que se diferencian entre sí por la velocidad de los vehículos y la posibilidad de correr las pistas disponibles en modo inverso. A su vez, en cada categoría contamos con diez copas a batir con cuatro circuitos en cada una de ellas. Eso sí, dos de estas copas en la actualidad no están disponibles hasta que se active el pase de temporada. De las cuatro carreras que debemos completar para alzarnos con la victoria en cada copa, tres son en circuitos únicos mientras que en la cuarta se combinan las tres pistas haciendo uso de los portales dimensionales.

Si hablamos de números vemos que necesitamos cuarenta carreras para completar una categoría y, a su vez, en cada copa tenemos que batir a un rival. Dicho rival tiene una inteligencia artificial a los mandos del vehículo superior a la de cualquier otro contrincante y en ocasiones nos pondrá las cosas difíciles incluso en el nivel más bajo de dificultad.

Si bien hay cierta interacción entre nuestro enemigo a batir y el personaje que hayamos escogido para disputar la copa, encontramos aquí el único punto negativo de Sonic Racing CrossWorlds; no hay modo historia. El videojuego suelta al jugador en la pista sin más texto que el de el director de carreras ofreciendo pequeños tutoriales sobre los campeonatos, enemigos a batir y desafíos, pero nada más. Resulta curioso que un videojuego centrado en cambiar de dimensiones con diferentes crossovers a SEGA no se le haya ocurrido crear un hilo conductor dentro del título. Lo hay, pero en la descripción hecha por la compañía y nada más. Hubiera sido la guinda final a un título que incluso sin este detalle es magnífico.

Para superar estos campeonatos tenemos un plantel de corredores apabullante. Un total de 23 reconocidos personajes de la saga Sonic y dos desbloqueables a través de nuestro progreso. Se ha confirmado ya la aparición de otros como Joker de Persona 5, Steve, Alex y Creeper de Minecraft, Patricio y Bob Esponja, Pac-Man y sus odiados enemigos fantasma, Mega Man y muchos más. Por si fuera poco, cada protagonista obtiene una skin diferente al completar cierto reto, incluido Sage de Sonic Frontiers.

Seleccionar uno de ellos para competir es solo el primer paso, después habrá que decidir qué vehículo queremos conducir de entre los 45 disponibles. Hay de dos tipos claramente diferenciados; coches y aerodeslizadores. A su vez, hay diferentes categorías para los mismos que otorgan beneficios a la aceleración, velocidad máxima, control del vehículo u otros.

Por si estas combinaciones fueran pocas podemos crear nuestro propio vehículo con partes que vamos adquirieron a lo largo de nuestro progreso y crear nuestro medio de transporte personalizado en la especialidad que nos apetezca. Por ejemplo el morro del Speedster Lightning de Sonic y la trasera del Road Dragoon de Zavok. Pero además podemos añadirle gadgets a nuestro vehículo para que mejore en ciertas áreas tanto del monoplaza como del circuito. Como que los derrapes llenen más rápido el medidor del turbo, que consigamos más anillos —necesarios para aumentar la velocidad máxima— o que aparezcan frecuentemente ciertos objetos en la pista.

Es una locura explicar todas las posibilidades de Sonic Racing CrossWorlds pero al mismo tiempo da una personalización extrema de cara a competir tanto contra la máquina como en su modo online. El videojuego insta al jugador a crear builds con diferentes personalizaciones dependiendo de la pista que va a correr para sacar el máximo rendimiento a la carrera.

El videojuego cuenta también con un nivel de amistad que mejoramos entregando tickets a los personajes, boletos de los que luego hablaremos. Del mismo modo podemos superar Desafíos que nos recompensan con dicho objeto así como nuevos títulos y otras recompensas. Vamos, que como se deja entrever en nuestro texto, hay diversión para horas si queremos completar el 100% del videojuego.

¡A toda velocidad!

Hecho el repaso general de la mayoría de cosas que tenemos disponible en Sonic Racing CrossWorlds toca hablar de cómo se siente a los mandos. De cómo de veloz es realmente, cómo son las carreras y qué nos vamos a encontrar en ellas. Ya os podemos adelantar que son una locura, tanto en lo que ocurre en pantalla como en términos de velocidad, que posiblemente sea el videojuego de conducción más rápido del género.

Todo comienza con un pequeño medidor de velocidad en el centro de la pantalla con diferentes secciones rojas y verdes. Si logramos acelerar en el momento exacto podemos iniciar la carrera con un leve turbo que nos facilitará las cosas en el inicio aunque, como veremos más adelante, no asegura nada. Si fallamos y pisamos el pedal tarde, caeremos en la sección roja que nos dejará pegados al suelo durante unos segundos.

Nosotros hemos analizado la versión para PlayStation 5 así que aceleramos con el botón X, derrapamos con R2 y lanzamos objetos con el botón L2. Hay un botón de freno también pero pocas veces lo utilizaremos, aquí se viene a derrapar. Hablando de drifting, aquí funciona de diferente manera que aquél que protagoniza el fontanero bigotudo. Es más agresivo, más estratégico y requiere algo más de pericia. Cuesta un poco adaptarse, sobre todo en las fases de agua, pero una vez dominemos esta característica se pueden hacer maravillas bastante precisas.

Una de las cosas que más nos ha sorprendido de Sonic Racing CrossWorlds es que da igual qué categoría escojamos, la velocidad es una seña de identidad del videojuego. Incluso en la categoría inferior donde en teoría los vehículos corren más lentos, habrá momentos en los que entre turbos, rampas, derrapes y la acción que ocurre en pantalla será imposible adivinar qué nos depara el circuito unos metros más adelante. Otra cosa no, pero el juego es frenético hasta las raíces. Eso sí, hay diferencia de velocidad entre las diferentes categorías pero no una abismal, solo ligera.

La diferencia sobre la carretera entre los diferentes tipos de coches es palpable pero no parece ser una característica clave para llevar a buen término la carrera. Donde sí se nota es en el comportamiento entre los aerodeslizadores y los vehículos de cuatro ruedas, donde evidentemente las físicas son diferentes. A ello hay que sumar la conducción sobre tierra, mar y aire. La primera no hay mucho que explicar. Conducir sobre el agua es estratégico, básicamente porque se activa una mecánica que al utilizar el botón de derrape se genera un potente salto con turbo y claramente el juego te obliga a jugar con esta característica, haciendo que sea más difícil conducir el bólido. Sin embargo volar es todo lo contrario, una experiencia más relajada con giros suaves y lentos, aunque también debido a ello podemos vernos en una mal situación.

Realmente lo más diferenciador sin duda son los artilugios que añadimos al vehículo para que gane habilidades. Hay varios sets que podemos personalizar para cada ocasión, por ejemplo, dejando uno listo para las fases con más agua, otro para ganar turbo extra si sabemos que hay muchas curvas u otros tipos de situaciones. Nosotros por ejemplo siempre teníamos uno que se basaba en conseguir el primer nivel de turbo (de 3 en total) más rápido, conseguir turbos al coger anillos, probabilidad de que salgan más items en concreto o ampliar el límite de anillos posibles. Hay mil y una combinaciones a probar.

¿Y qué tal los objetos de carrera? Los hay de todo tipo, desde misiles que persiguen al contrario, un King Boom Boo que ataca al primer corredor con géiseres, bombas, shurikens cortantes, turbos y mucho más. El catálogo es enorme y variado lo que consigue que cada partida sea diferente. Incluso yendo primero es posible conseguir bastantes objetos de ataque, al contrario de lo que ocurre con cierto videojuego similar de Nintendo.

Estos objetos aparecen tanto en los circuitos normales como en los CrossWorlds e incluso puede darse que en cierto momento de la carrera se potencien incluyendo en su interior solo los más poderosos del juego. Por otra parte hay momentos de la carrera, al cruzar un portal, que se activan características únicas que se activan pulsando el botón L1, como por ejemplo un Turbo ilimitado. Pero recuerda, no solo a ti, a todos los corredores.

Un juego para muchas horas

Sonic Racing CrossWorlds puede parecer a primera vista que es simple en modos pero la realidad es muy distinta. Ya hemos hablado de su modo principal basado en copas pero también disponemos de multijugador a pantalla partida para hasta cuatro jugadores, un modo online personalizable o competitivo y una serie de minijuegos en equipo muy divertidos para jugar en solitario o con amigos en la misma consola.

El multijugador básicamente te permite jugar partidas con hasta tres amigos más la misma consola en cualquier pista y pudiendo personalizar al máximo dicha carrera. Desde las reglas, vueltas, objetos que pueden salir, portales, velocidad o la dificultad de los adversarios. El modo online cuenta con dos opciones; competición mundial en la que subes de rango con el resto de jugadores —¡y cross-platform!— o un modo en el que puedes personalizar cualquier carrera, jugar con otras diez personas más y despreocuparnos de nuestro ranking.

Por último tenemos lo que llamamos minijuegos por equipos, donde en realidad son carreras con diferentes normas. Tenemos carreras donde gana el equipo que consiga más anillos, otra en la que tenemos que correr cerca de nuestros miembros del grupo, otro en el que en los objetos solo aparecen los más potentes o uno en el que debemos de atacar a los rivales. Además hay cierto interés en pasearse por estos juegos porque al igual que en el modo principal en el que debemos batir a rivales diferentes en cada copa, aquí ocurre lo mismo. Al entrar en este modo de juego se nos presenta un equipo rival al que debemos de batir al menos tres veces. Al hacerlo se nos otorgarán tickets y un desbloqueable, que puede ser un vehículo o incluso la skin del rival. Desde luego, por cosas a desbloquear en CrossWorlds no será.

Sobre los tickets, son una especie de moneda que nos permite comprar mejoras para el vehículo —gadgets—, objetos de personalización para el coche (pegatinas, piezas, claxons, auras y más), repetir carreras si por algún casual no estamos contentos con el resultado o para regalárselos a uno de los personajes disponibles en el juego y así subir su amistad. Eso sí, prepárate para conseguir tickets por miles ya que ciertas personalizaciones cuestan 2000 unidades de esta “moneda”.

Uno de los Sonic más bonitos

La nueva entrega del erizo azúl sobre vehículos no solo apabulla en contenido y planteamiento, también lo hace en lo audiovisual. Estamos ante uno de los títulos de Sonic más bonitos que jamás hayamos visto. Ya solo por el diseño de los circuitos y su apartado artístico le debemos más que un aplauso a los creativos de Sonic Racing CrossWorlds; es una auténtica maravilla.

Los escenarios están plagados de detalles donde no cabe un alfiler más, la dirección artística es digna de mención, el diseño de los circuitos es excepcional —con un montón de rutas secundarias, incluso invisibles— y la cantidad de guiños a otros juegos de la franquicia y de SEGA se cuentan por decenas. Si a ello le sumamos que técnicamente impresiona, tenemos un apartado visual de escándalo.

El videojuego funciona a 60fps por segundo totalmente estables, incluso cuando se lía parda y la pantalla está tan llena de efectos especiales que es imposible ver la pista. Solo hemos tenido ligeros bajones en la tasa de frames al cruzar un portal, pero apenas dura uno o dos segundos y no interrumpe en absoluto la jugabilidad. Además no ocurre siempre, solo en algunos casos. Esta fluidez y calidad técnica se traslada sin problemas también al modo multijugador con pantalla partida, por lo que podéis estar tranquilos; todo funciona de igual manera.

Agua realista, diferentes proyecciones de luces y sombras, extensa vegetación animada, seres de gran tamaño merodeando por las pistas, público animando, reflejos realistas, charcos, detalles animados en los vehículos, chispas, humo, explosiones, un espectáculo de luces y colores en la competición y otra decena de detalles técnicos más que impresionan en circuitos extremadamente grandes a lo que se suma la complejidad de cambiarlo todo en segundos al cruzar un portal.

Hay escenarios de Sonic Adventure, Heroes, Colors, Unleashed, Secret Rings, Frontiers, Sonic & Knuckles, Riders, Superstars y otros juegos de Sonic. En el futuro llegarán de Minecraft, Pac-Man, Mega Man o las Tortugas Ninja. De hecho son tantos los circuitos y tan bien diseñados que estaremos varias horas jugando sin repetir ninguno de ellos, hay una generosa cifra de ellos.

El apartado musical es otra de las joyas de Sonic Racing CrossWorlds. Muchas de ellas están inspiradas en temas musicales de juegos atrás mencionados y otras tantas de otros títulos que no están pero sí pertenecen a Sonic. Todas han sido rediseñadas para que suenen con mucho guitarreo, instrumentos poco convencionales o incluso coros y ópera. El soundtrack no tiene desperdicio ninguno y añade un plus más que positivo al frenetismo que se viven en las carreras. Por si fuera poco, estas cambian de tempo cuando cruzamos un portal o queda poco para que termine la carrera por lo que son, en cierto modo, reactivas a lo que ocurre en el asfalto.

El título llega totalmente localizado —y estupendamente— a nuestro idioma, tanto textos como voces. Una de las características que más nos ha llamado la atención es que por primera vez en mucho tiempo en la franquicia de Sonic no nos van a dar ganas de acuchillar a cualquiera de los protagonistas por repetirnos una y otra vez sus diálogos. Estas conversaciones entre nuestro piloto escogido y el rival se dan al inicio de la carrera, mediante y al finalizar, son muy amenas. Ambos rivales tienen pequeños piques si uno u otro les juegan una mala pasada, incluso si rebasamos al rival, y por ende se dicen de todo. Son diálogos naturales, nada forzados y muy bien ejecutados por los actores y actrices de voz. Junto con la jugabilidad, la música y la emoción de las carreras, el cuarteto que apuntilla las voces es muy convincente.

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