Análisis de Sea of Stars, una carta de amor al JRPG de siempre

Hay estudios que tienen un talento innato y Sabotage Studio es uno de ellos. Hace cinco años, en cuanto vimos The Messenger, fuimos víctima de un flechazo gracias a la manera en que combinaba elementos clásicos con otros más modernos en un excelso plataformas de acción con un ligero toque metroidvania y ahora, en pleno 2023, nos invitan a disfrutar de Sea of Stars, un JRPG que lo tiene todo para enamorar a los fans de la vertiente más añeja del género.

Estamos ante un título del que podríamos decir mucho de su apartado visual, pero es que creemos que sería absurdo, ya que basta con ver un par de capturas para saber que estamos ante uno de los juegos más bonitos del año. Así que vamos a centrarnos en los aspectos que determinan si está a la altura de las expectativas: historia, sistema de combate, exploración, contenidos... ¿De verdad es tan bueno como parece?

Dame una J, dame una R...

¡JRPG! Suena bien, ¿verdad? Los amantes del género suelen quejarse de que no son muchos los títulos así que hay en el mercado, al menos en lo que al concepto clásico se refiere, ese en el que exploramos un mapamundi, visitamos ciudades, accedemos a todo tipo de entornos interiores, buscamos secretos y libramos mil y un combates que, tal y como estáis pensando ahora mismo, se suceden mediante turnos clásicos.

Sea of Stars es un JRPG tradicional de pura cepa en el que, más allá de celebrar que en pleno 2023 sigamos viendo juegos así, hay mucha tela que cortar, comenzando por la historia. Vale, no os vamos a engañar: la premisa del juego es realmente interesante, pero no escapa de tópicos y de entre todas las cosas que nos han gustado —que son muchas—, lo cierto es que la historia no está entre las que más destaca.

Básicamente, en un mundo en el que el sol y la luna tienen más importancia aún que el nuestro, un antiguo mal latente aguarda el momento de materializarse y condenar a sus habitantes y nosotros, una pareja de guerreros del solsticio capaces de dominar la magia solar y lunar, debemos evitarlo. Podemos elegir entre Zale (sol) y Valere (luna), pero la historia no sufre cambios en función de nuestra elección y a la hora de luchar terminamos dando órdenes a ambos por igual. Como decimos, la historia es algo previsible y no es de esos guiones que dejan huella, pero es lo suficientemente interesante como para mantenernos enganchados.

La exploración es uno de los elementos que más nos han gustado, pues el juego trae de vuelta todas esas cosas que eran habituales en el género durante la década de los noventa. En más de una ocasión nos ha pasado eso de entrar a una casa, hablar con un par de NPC y ver un cofre sobre una repisa al que no podemos llegar, pero percibimos que hay un modo oculto de acceder, echar un vistazo a los alrededores y comprobar que nos falta alguna llave, herramienta o habilidad para poder hacerlo.

Lo mismo sucede con el diseño de niveles, muy vertical y pensado para que escalemos, saltemos o nos dejemos caer desde las alturas para llegar a localizaciones inaccesibles de otro modo. Además, hay bastantes puzle de entorno: empujar pilares para crear puentes, hacer que el tiempo avance y activar mecanismos especiales que desbloquean nuevos caminos, buscar un objeto clave con el que podemos entrar en lugares secretos... En algún que otro momento nos ha recordado al mítico Alundra, salvando las distancias.

Sea of Stars es un JRPG muy generoso en contenidos y además de emprender un viaje repleto de épica y lugares de ensueño, a menudo nos invita a volver a zonas ya exploradas en las que sabemos que no pudimos verlo todo durante nuestra primera visita. Porque el mundo del juego se divide en mazmorras, ciudades y zonas de paso que conectan varias ubicaciones a las que podemos acceder a través de uno de los mapamundi más bonitos que hemos visto.

Los combates, la joya de la corona

No se puede hablar de un JRPG sin dedicar unas líneas a explicar cómo es su sistema de combate, y el de Sea of Stars nos ha parecido realmente fantástico. Porque el secreto reside en que más allá de la apuesta por los turnos de toda la vida, se añaden varias mecánicas que dan una vuelta de tuerca a la fórmula. No penséis que es suficiente con seleccionar al enemigo, pulsar el botón de atacar y lanzar hechizos o gestionar la curación de los personajes del grupo, porque hay mucho más.

Por un lado tenemos los valores numéricos, llamados Candados que aparecen sobre nuestro adversario, un elemento muy importante que no debemos perder de vista en ningún momento. Se trata de un indicador que nos avisa de que está preparando un golpe muy poderoso que debemos intentar frenar a toda cosa. ¿Cómo? Pues muy sencillo: centrando nuestros ataques en dicho rival. La gracia está en que no siempre contamos con una cantidad de acciones suficiente o con los poderes elementales necesarios para romper su proceso de carga, por lo que resulta indispensable gestionar cada turno pensando siempre en anticiparnos a los movimientos de los enemigos.

Por otro y no menos importante, nos encontramos con un sistema interactivo que nos recuerda a Super Mario RPG y Paper Mario, ya que tenemos la posibilidad de influir en tiempo real en el resultado de prácticamente todas las acciones que se realizan en combate, tanto las nuestras como las del enemigo. Cuando asestamos un golpe normal, pulsando el botón de acción en el momento justo haremos que el ataque sea doble. Cuando llegue la hora de recibir un golpe, si somos capaces de medir el timming observando las animaciones del oponente conseguiremos reducir el daño recibido. Además, en el caso de algunos hechizos y habilidades incluso nos toca participar en minijuegos que nos permiten potenciar su poder si hacemos las cosas bien.

También nos ha gustado la necesidad de gestionar “la magia que no es magia”, representada por una serie de orbes que podemos absorber para potenciar nuestros golpes normales e infligir más daño de lo normal, algo muy útil cuando no tenemos PM (puntos mágicos) y nuestro enemigo tiene una defensa elevada. Cuando asestamos un golpe estándar, el rival deja caer unas pequeñas esfera de luz y en el siguiente turno, nuestro compañero puede hacerse con ella si apretamos el gatillo. A partir de ahí comenzará a brillar y sabremos que su próxima acción será más poderosa de lo normal. De nuevo, tenemos que pensar si es mejor usarlas o dejarlas en el suelo para otro turno en función de las circunstancias del combate. En definitiva, la suma de todas estas mecánicas da lugar a un fantástico sistema de combate.

Casi todo es bueno, pero...

Sea of Stars nos parece una de las grandes sorpresas de 2023, pero no es perfecto y difícilmente dejará esa huella imborrable que nos dejaron obras como Chrono Trigger o Golden Sun. Sin ir más lejos, la historia no está a la altura del resto de apartados, ya que se antoja un tanto previsible, abusa de tópicos y no tiene ni el desarrollo, ni los personajes que todos recordamos de todos esos nombres que aparecen cuando nos sentamos a elaborar nuestra lista de JRPG favoritos. Tampoco podemos decir que sea floja, pero no cuenta con argumentos suficientes para mirar de tú a tú a los pesos pesados del género.

Por otro lado, hay dos elementos más por los que debemos dar un tirón de orejas a Sabotage Studio: la traducción al español y la distribución de puntos de guardado. En lo que a los textos se refiere, hay errores graves y no creemos que sean fruto del trabajo de una persona, sino de algún tipo de herramienta automática, ya que hemos visto párrafos enteros en los que los tiempos verbales se mezclan sin lógica alguna. Por último, si hacemos mención a los puntos de guardado es porque no siempre están bien repartidos; a veces hay dos muy cercanos entre sí, mientras que en otras secciones más largas y exigentes brillan por su ausencia. No es algo especialmente molesto, pero se podría haber medido mejor.