Análisis de Nintendo World Championships: NES Edition, el nuevo party game que celebra lo retro

No se puede negar que Nintendo siempre mira al videojuego desde una perspectiva diferente al resto de compañías. Sus conceptos jugables logran hacer vibrar a la industria como parte de su filosofía de desarrollo. Los japoneses, al igual que el Real Madrid, tienen algo a su favor: la historia. Su enorme trayectoria de éxitos y marcas les permite convertir la nostalgia en un elemento fresco que funciona incluso en el ritmo en el que vivimos hoy.

De ahí nacen propuestas como Nintendo World Championships: NES Edition. Las competiciones locales que celebraba la empresa alrededor de sus títulos se han transformado en un recopilatorio que vuelve a sacar tu ‘yo’ de cuando el videojuego vivía desligado de internet. De cuando la marca de la cruceta estaba tatuada en nuestros pulgares y el boca a boca era la única ayuda que teníamos para superar los niveles más difíciles. Estamos ante una celebración del videojuego retro para todas las generaciones, ya sea quienes la vivieron o quienes quieren saber a qué jugaban sus padres.

Una divertida manera de revivir los grandes éxitos de NES

Nintendo World Championships: NES Edition se asienta sobre los cimientos de algunas secciones de 13 títulos clásicos de la consola. La compañía extrae pequeñas escenas para reformularlas en pruebas de velocidad que te hacen sentir como los speedrunners más prolíficos de internet. Algunos ocupan apenas unos segundos, como lograr el primer champiñón de Super Mario Bros; en otros, en cambio, te llevan a completar un nivel completo en el mínimo tiempo posible.

Los juegos elegidos son una buena representación de los grandes colosos de NES. Encontramos Super Mario Bros, Super Mario Bros 2, Super Mario Bros 2: Lost Levels, Super Mario Bros 3, The Legend of Zelda, Zelda II: The Adventure of Link, Donkey Kong, Kirby’s Adventure, Metroid, Kid Icarus, Ice Climber, Excitebike y Balloon Fight. Cada juego plasma un número de pruebas que conforman el catálogo de más de 150 retos disponibles de lanzamiento.

Todos se engloban dentro del modo Speedrun, que es la vertiente básica y que poco a poco nos pone a tono sobre lo que debemos hacer a medida que escalamos en dificultad. Porque no todas las pruebas tienen el mismo listón de desafío. Comenzaremos en normal y a medida que vamos desbloqueando nuevas iremos escalando a difícil, as... Nuestros resultados se miden en una escala que va desde B, el más bajo, hasta la S, que indica que hemos batido el máximo récord dentro del juego. Por en medio aparecen cinco niveles más de puntuación para aportar mayor precisión de la situación de tu mejor tiempo frente a los marcados por la máquina.

Pica muchísimo. Si cuando jugamos una entrega de Civilization decimos siempre lo de “jugar un turno más”, aquí siempre te invitan a repetirlo para poder rascar décimas al reloj. Porque al final la diferencia entre una S o una A++ se encuentra en apenas 0,02 segundos. Toda la permanencia en el modo Speedrun es una inversión para cuando damos el salto al resto de modos a través de internet, donde tienes que poner en práctica tu conocimiento en cualquiera de los juegos incorporados. Por no hablar de los desafíos legendarios, que te pedirán darlo todo en escenarios concretos como los momentos más difíciles de todo el juego. En ellos aparecen consejos plasmados como si fuesen manuales originales. Un auténtico detallazo.

El campeonato de tu vida, ahora online

La estructura del campeonato que da vida a la idea del videojuego se traslada al ámbito online en dos torneos bien diferenciados. La modalidad principal se encuentra en campeonato mundial, en el que los jugadores tienen que marcar su mejor tiempo en cinco desafíos que van cambiando según la edición. La idea de este modo es que plasmes tu mejor run para luego ver cómo has quedado en un marcador mundial. Los resultados se van guardando para que lleves un historial de participaciones.

Es curiosa la idea de que puedas ver el número de participantes del campeonato en conjunto y de manera individual por cada desafío. Elegir tu fecha de nacimiento al comienzo del juego influye en este modo. Por separado de la tabla mundial podrás conocer en qué lugar has quedado entre quienes hayáis nacido en ese año. Es una manera curiosa de ver cómo las diferentes generaciones plasman unos resultados u otros. Cada edición tiene una franja límite de tiempo para poder participar, así que debes ser asiduo al juego para no perderte ninguno.

La segunda modalidad en línea es campeonato de supervivencia, que en la práctica es una cadena de tres desafíos divididos por rondas. Si logras entrar entre los cuatro más rápido del primer desafío pasas a la segunda, y si en la siguiente quedas entre los dos mejores llegarás al duelo final. Al contrario que en la anterior, aquí los desafíos aparecen en orden aleatorio, así que puede que el que se te de mejor no sea el primero al que accedas. El problema que encontramos aquí es que el resto de jugadores que aparecen son fantasmas, es decir, récords de otros usuarios que se han cargado en la nube.

No hay ni una sola vertiente que permita competir con otros jugadores en tiempo real online. Es una pena que no puedas reunir a varios amigos y montar una fiesta alrededor del juego cada uno en su casa, pero unidos por el chat de voz. El modo social queda relegado al multijugador local, en el que hasta ocho jugadores pueden jugar en una misma Nintendo Switch. Aquí puedes elegir jugar a desafíos individuales (todos los incluidos están desbloqueados) o competir en pequeños torneos temáticos que agrupan varios, con puntuaciones al término de cada una y ronda final. Es un vicio y el nuevo party game del verano.

Este análisis se ha realizado con una copia proporcionada por Nintendo