Análisis de Final Fantasy XIV: Dawntrail, una nueva e ilusionante aventura

Final Fantasy XIV: Dawntrail es la quinta expansión del popular MMORPG de Square Enix, uno de los títulos más populares de la compañía y que cuenta con la destacada figura de Naoki Yoshida a cargo del juego con Creative Studio III. Una nueva aventura que nos sumerge en el comienzo de una saga tras la finalización de lo que se construyó a lo largo de diez años desde A Realm Reborn y hasta Endwalker, y que en el caso de Dawntrail nos llena de optimismo ante el futuro de una de las obras más grandes de la historia del videojuego.

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Tural, un nuevo continente por explorar y conocido en Eorzea como el Nuevo Mundo, se inspira enormemente en el continente americano. A lo largo de nuestra aventura pasaremos por espesas junglas, cordilleras que nos recordarán a los Andes y zonas de enorme misticismo en lo más profundo de todo un continente por descubrir que se sitúa al otro lado del océano Indigo. Nuevos personajes, razas, enemigos y lugares de todo tipo irán apareciendo conforme avancemos en una historia y un desarrollo que nos llevará hasta un nivel 100 que ofrece contenido exigente en su endgame con raids como The Arcadion que llegó dos semanas tras el lanzamiento oficial del juego.

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Un nuevo comienzo

Final Fantasy XIV destaca en muchos puntos, pero la historia que nos presenta el juego es posiblemente el más destacado de todos. La música está a un nivel altísimo, la jugabilidad es agradable, así como su entorno, escenarios y toda la magia de la saga Final Fantasy y lo que nos recuerda a ella dentro del juego, pero por encima de todo está la historia. Dawntrail marca un nuevo comienzo, tras un final apoteósico en Endwalker de la saga de Hydaelyn y Doziark, una nueva aventura arranca y el jugador se encuentra con un ritmo al que no estaba acostumbrado.

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Una década de contenido había llegado a su fin, las dudas ante lo que estaba por llegar existían, y aunque Dawntrail no sea una de las mejores expansiones del juego por lo que nos cuenta, si que comienza a instaurar unos cimientos prometedores. Su inicio lento y reflexivo puede recordar a muchos jugadores a A Realm Reborn, el milagro que salvó a Final Fantasy XIV, y que supuso el inicio de la gran aventura que finalizó en la pasada expansión. De forma distinta, con muchos personajes conocidos, y otros que estamos por conocer, pero la sensación de aventura y descubrimiento está ahí desde el inicio, con un segundo tramo de la historia que mejora en ritmo y añade momentos de enorme dramatismo y emoción, pero que en comparación al primer tramo termina demasiado rápido.

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En Final Fantasy XIV un nombre destaca por encima de todos: Wuk Lamat. Podemos considerarlo como el protagonista de la expansión, por encima de nosotros, y es que la importancia de este personaje es total y no ha dejado a nadie indiferente, generando todo tipo de sensaciones. La decisión de que Dawntrail se construyese en torno a Wuk Lamat puede no haber sido la mejor decisión, y es que comenzar a construir una enorme historia en torno a un personaje que hace recordar al protagonista prototípico de un manga shonen pesa en Dawntrail.

El principal problema con Wuk Lamat es el exceso de tiempo que ocupa en la expansión, restando a otros personajes e incluso situando al héroe por detrás, y todo esto con un desarrollo de personaje mínimo de principio a fin de que con menos tiempo en pantalla hubiese resultado mucho más agradable y querido para la mayoría de jugadores. A su favor, un espíritu alegre y dinámico, junto a la posibilidad de manejarlo eventualmente dejando grandes momentos dentro de la historia principal.

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Dinamismo jugable

Final Fantasy XIV: Dawntrail presenta dos nuevas clases. El Viper es perfecto para aquellos que buscan un enorme dinamismo, siendo una clase que destaca por su velocidad y en la que los combos son determinantes; por otra parte, el Pictomancer es una de las clases más originales del juego hasta la fecha, desarrollando nuestro poder con base en el arte y creaciones de enorme poder que se muestran con animaciones de enorme belleza.

Como es habitual en cada expansión, el resto de clases presentan cambios y nuevas habilidades conforme vamos subiendo de nivel, un hecho al que se le ha unido la simplificación de algunas habilidades y el objetivo de que las hotbars se reduzcan así como el gran número de iconos que en ellas aparecen. Una forma de seguir acercando a nuevo público a un juego que continúa siendo uno de los grandes referentes del MMORPG, al mismo tiempo que no se olvidan de los jugadores de siempre.

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Eorzea más vivo que nunca

Dawntrail y Final Fantasy XIV en su conjunto reciben mejoras gráficas que se notan especialmente en la iluminación, aunque también en las texturas del juego y la apariencia de los personajes. Todas estas se perciben notablemente en las nuevas zonas, mientras que el resto del juego también mejoró gracias a un lavado de cara necesario, y es que aunque el juego no se viese mal ni mucho menos, ahora luce mucho más. Esto se percibe especialmente gracias al clima, y es que si hay niebla o una tormenta, en el momento que en ese mismo área tengamos un cielo despejado y un sol brillante nos daremos cuenta de las significativas mejoras gráficas que ha recibido el MMORPG.

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Las mazmorras y trials de Dawntrail son algunas de las más divertidas que ha tenido Final Fantasy XIV en toda su historia, con mecánicas retantes que, al mismo tiempo, el juego te explica de forma sutil para que podamos superar lo que las mazmorras nos van proponiendo. Esto último no significa que todo sea más sencillo, y es que más bien al contrario, el jugador no siente simplemente la necesidad de realizarlo como una obligación esperando a que estas terminen, y es que estaremos deseando avanzar en la historia para seguir descubriendo más contenido que requerirá de todos nuestros sentidos para superarlos. Batallas imponentes contra enemigos colosales y de gran diseño, con unas raids que prometen enormemente en un endgame que irá creciendo a lo largo del tiempo de vida de la expansión.

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Soken se vende solo

La banda sonora de Dawntrail es de nuevo uno de los puntos más destacados de Final Fantasy XIV. No es ninguna exageración decir que la saga presenta en cada uno de sus juegos, ya sean principales, expansiones o spin-offs, música a un nivel sobresaliente, siendo un enorme punto de entrada a la franquicia y uno de los grandes motivos de su éxito. Expansión tras expansión, Final Fantasy XIV no se queda atrás, y los inicios del juego con Nobuo Uematsu dieron paso a un Masayoshi Soken que desde Heavensward en adelante no ha hecho más que lucirse y demostrar su enorme talento junto a un repertorio que parece infinito.

La figura de Soken llegó al público general gracias a Final Fantasy XVI, pero los fanáticos de la saga y el MMORPG conocían de sobras lo que podía dar de sí. De nuevo en Dawntrail vuelve a lucirse, presentando todo tipo de ritmos y versiones que casan a la perfección con la aventura y todo aquello que se nos está mostrando, pasando de los sonidos más aventureros y cercanos a la naturaleza que nos rodea a ritmos cyberpunk o una bossa nova que es puro verano. Soken lo ha vuelto a hacer, un valor seguro y uno de los puntos más destacados e importantes de Final Fantasy XIV, Creative Studio III y Square Enix.

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