Trece años de la fantasía más polémica, ¿qué ocurrió con Final Fantasy 13?
El juego de Square Enix, que se lanzó en 2009 para PS3 y Xbox 360, no cumplió con las expectativas de muchos jugadores.
Final Fantasy venía de una larga trayectoria de exclusividad en consolas PlayStation, pero con el paso a la generación de PS3, Xbox 360 y Wii, Square Enix comenzó a perfilar otros planes. En la era incipiente de la alta definición, las compañías se prepararon para dar el salto, aunque a las empresas japonesas les costó amoldarse a esa nueva situación tecnológica. En se contexto, Final Fantasy XIII surgió como una gran esperanza para los seguidores de los JRPG. Trece años después, repasamos los motivos por los que esas expectativas no se cumplieron.
El Nido está a punto de sumirse en la oscuridad perpetua. Es en ese instante cuando Lightning conoce a unos desconocidos y todos terminan señalados como enemigos de la nación. Los propios ciudadanos piden su cabeza y el ejército los persigue, por lo que el grupo emprenderá la huida y tratará de salvar el mundo de la destrucción. Esa es la premisa argumental de una entrega tan cuestionada que hasta algunos personajes (Hope o Snow, por ejemplo) estuvieron en la picota.
Una mitología que se quedó en nada
Fabula Nova Crystallis era la ambiciosa mitología que iba a aglutinar varios títulos de la saga Final Fantasy de manera transversal. Historias y mundos diferentes, pero todos ellos unidos bajo un mismo cordón umilical de dioses y fantasía. Final Fantasy XIII estaba destinado a ser el primero, el producto que iba a abrir la veda a todo lo demás. Sin embargo, diferentes circunstancias dilapidaron ese proyecto.
El tropiezo de Final Fantasy XIII fue la primera piedra en el camino, pero no la única. Final Fantasy Versus XIII, un exclusivo de PS3 dirigido por Tetsuya Nomura, plasmaba un mundo de fantasía oscura. “Una fantasía basada en la realidad”, era definido en los tráileres. A medida que pasó el tiempo, el título fue desapareciendo de los grandes eventos. Años después se reinició y transformó en Final Fantasy XV.
La cancelación de Versus XIII, unido a los problemas de la decimotercera entrega, dañaron irremediablemente a la Fabula Nova Crystallis, aunque las secuelas de Final Fantasy XIII y el juego de PSP Final Fantay Type-0 (antes Agito XIII) maquillaron superficialmente el fracaso del proyecto.
De pasillos y ciudades va la cosa
Fue meme durante años. Square Enix justificó la ausencia de ciudades tradicionales con la excusa de que no podían hacerse, un argumento que quedó en entredicho cuando sus dos secuelas sí las introdujeron: “La linealidad del juego es tal porque representar ciudades como lo hacíamos antes era imposible en una consola HD, demasiado trabajo”.
Hubiera o no constricciones técnicas en el momento en que se desarrolló, tal vez el problema radicara en la estructura jugable elegida, no porque sea mala o buena per se, sino porque planteaba algo muy distinto al de otras entregas de la saga.
Muchos recriminaron a Square Enix que habían dejado atrás la esencia, lo que hace a un Final Fanasy un Final Fantasy. De hecho, la banda sonora no rescata temas clásicos, ni siquiera el mítico Prologue, que sí apareció en Final Fantasy XIII-2 y Lighting Returns: Final Fantasy XIII. Más allá de esto, el juego se construyó como una experiencia excesivamente lineal, sin demasiada exploración y con mucho hincapié en las mazmorras. Se le catalogó de Dungeon Crawler más que de JRPG.
Llegado a un punto, el mundo se abre y Lightning camina por una zona extensa repleta de monstruos, pero era algo similar al Área Silvestre de Pokémon Espada y Escudo, una localización aislada que no encaja con la idea de diseño del resto del juego. La linealidad general le valió críticas arrolladoras, pese a que videojuegos previos como Final Fantasy X tampoco eran precisamente un dechado de libertad.
Cuando Final Fantasy XIII salió a la venta, el debate acerca del sistema tradicional por turnos se hallaba en plena ebullición. El decimotercer episodio optó por un sistema que no dejó atrás los turnos, pero sí los dotó de más agilidad. Lo que nadie puede achacar a la aventura de Lightning, Snow, Seth, Hope y compañía —personajes que, por otra parte, también fueron criticados— es en que gráficamente rendía a un nivel estelar. A pesar de la polarización sobre el juego, lo cierto es que su protagonista (la segunda chica en llevar las riendas de un Final Fantasy tras Terra en Final Fantasy 6) encandiló sobre todo al público japonés durante la época, ganando varias votaciones a mejor personaje femenino de la saga superando a Aeris, Yuna o Tifa.
Toda la saga de Lightning (Final Fantasy XIII, Final Fantasy XIII-2 y Lighting Returns: Final Fantasy XIII) se puede jugar actualmente en PC Steam (atentos a los mods), Gracias a la retrocompatibilidad de Xbox Series One, Xbox Series X y Xbox Series S, los juegos se ven mejor que nunca. Tantos años después, es posible que Lightning y compañía merezcan una segunda oportunidad. ¿Un remáster quizá, Square Enix?
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