Final Fantasy XIII, una celebración de su banda sonora
En el décimo aniversario del lanzamiento de la decimotercera entrega, nos quedamos con el aspecto del juego que más consenso despierta
El pasado 17 de diciembre se recordaba el nacimiento de Final Fantasy XIII en Japón con diversas piezas en la prensa internacional y algunos hilos en foros de todo el mundo. Se dice que el tiempo lima las asperezas y no son pocos los juegos que han encontrado en el paso de los años una reivindicación de su calidad y sus ideas, pero lo cierto es que ese momento no parece haber llegado para el juego dirigido por Motoru Toriyama, que aunque cuenta con una minoría de defensores, sigue despertando rechazo, incomprensión o indiferencia entre una parte considerable de los fans de la saga.
Pero no estamos aquí para hablar del juego, sino que queremos homenajear al aspecto del mismo que no despierta duda, uno de los triunfos más contundentes del juego: la banda sonora que brillantemente compuso Masashi Hamauzu prácticamente en solitario y por primera vez como responsable de llevar la batuta de un Final Fantasy principal -en Final Fantasy X participó bajo el liderazgo del histórico Nobuo Uematsu, junto a Junya Nakano, y antes de eso fue el compositor principal del spin off Dirge of Cerberus-. Hamauzu estuvo todo un año componiendo, con la enorme responsabilidad de dar alma a un proyecto que buscaba ser un punto de inflexión para la saga y convertirse en una especie de punto de inflexión que marcara el camino a seguir para Square Enix en una nueva era.
El compositor sabía de ese espíritu que alimentaba el desarrollo, pero no hizo ningún esfuerzo consciente de hacer algo rompedor con la tradición, sino que se limitó a observar el mundo que se le había dado y a crear la banda sonora que creía acorde de acuerdo a sus propias sensibilidades y a lo que pensaba que necesitaba cada momento. Precisamente, el primer tema que compuso fue el muy celebrado "Blinded by Light", uno de los temas más alabados y recordados de de Final Fantasy XIII, pero cuando lo compuso no sabía gran cosa del juego, sólo tenía algunos retazos de que se trataba de un mundo a caballo entre la fantasía y la ciencia ficción, por lo que imaginó esos primeros acordes en base a eso, ayudando a forjar su identidad más temprana.
Una banda sonora total
La banda sonora es ecléctica y enormemente variada, con multitud de registros, aunque en ella se pueden distinguir dos almas reconocibles, las propias de Cocoon y Pulse, dos partes muy diferenciadas a todos los niveles que exigían ritmos distintos. Hamauzu sabía que era un juego largo y por tanto sentía que necesitaba de imbuir a la banda sonora de variedad para no “aburrir” al jugador, aunque sin perder una cierta consistencia que hilara todo. En esa búsqueda no dudó en atreverse con toda clase de sonidos, desde el trabajo orquestal que forma la columna principal de la experiencia musical del título, a toda clase de temas que dan color a tramas, escenarios y personajes. Por ejemplo, para Sazh ideó temas cercanos al jazz y al blues como su tema principal, o “Daddy’s Got the Blues”, aunque precisamente en estos casos concretos pidió ayuda a su amigo Toru Tabei para los arreglos, por ser un estilo de música con el que estaba menos familiarizado. Son las excepciones al hercúleo trabajo de levantar las más de cuatro horas de música que atesora el proyecto.
Hay numerosos aspectos que podríamos destacar de la banda sonora. Los temas que compuso para la Orquesta Filarmónica Nacional de Varsovia, bajo la batuta de Yoshihisa Hirano, son bellísimos y complejos, muy técnicos (buen ejemplo es el tema principal de Fang, un habitual en los conciertos de Final Fantasy que se celebran en todo el mundo). Lo rompedor, sin llegar nunca a lo estridente, de temas como “Defiers of Fate” y su combinación de sintetizadores con orquesta. O el hermoso trabajo coral de “Ragnarok”, que no tiene la enorme potencia del Hymn of the Fayth que compuso junto a Uematsu en Final Fantasy X, pero que es un tema fantástico por derecho propio.
Es posible que la banda sonora de Final Fantasy XIII no resuene tanto en el tiempo como la de otras entregas de la saga más populares y con temas más emblemáticos por la conexión emocional que representan, pero en este décimo aniversario, queremos contribuir con nuestro grano de arena para que no se pierda un trabajo que sólo se puede calificar de sobresaliente y que merece ser valorado, apreciado y recordado por los fans de la saga y de la buena música.
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