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La Casa del Dragón en el episodio 8, un gesto de paz que antecede la guerra

Los Targaryen se juntan de nuevo en Desembarco del Rey ante un moribundo rey Viserys, que trata de unir a la familia.

La Casa del Dragón en el episodio 8, un gesto de paz que antecede la guerra

El episodio 8 de La Casa del Dragón continúa esbozando una guerra a punto de estallar, pero que se mantiene en duermevela hasta la muerte del rey Viserys Targaryen. El personaje, interpretado por Paddy Considine, hace un último esfuerzo para limar las hostilidades entre los miembros de su propia familia, dividida en dos bandos distintos: los partidarios de la princesa Rhaenyra y los de la reina Alicent. En las siguientes líneas habrá destripes del episodio más reciente.

Viserys se encuentra en el ocaso de su vida. Desde que Rhaenyra abandonó Desembarco del Rey para vivir en Rocadragón, la salud del soberano ha empeorado hasta límites insospechados. Su piel está recubierta de costras y de heridas, le falta un ojo y tiene el rostro demacrado. Ya apenas se puede mover sin ayuda y el dolor es prácticamente insoportable. Por eso le administran leche de amapola, un medicamento que le embota el cerebro.

Una cena para una reconciliación imposible

Han pasado unos años desde que Rhaenyra se desposó con su tío Daemon Targaryen. La muerte de su anterior marido, Laenor Velaryon, sigue estando bajo sospecha: la princesa Rhaenys Targaryen, su madre, cree que el matrimonio urdió el asesino. En cualquier caso, la heredera al Trono de Hierro regresa a casa y descubre que al rey no le queda mucho tiempo de vida.

Las hostilidades entre ambas facciones son evidentes, incluso entre los hijos de la princesa y de la reina. La sucesión está en juego, por lo que todos los implicados intentan forjar a la desesperada alianzas que les permitan afianzar su posición. Mientras tanto, Viserys reúne a los Targaryen en una cena familiar: les implora unión, que no se dividan ni se destruyan entre sí. Por un momento, esa oferta de paz parece calar, hasta el punto de que Rhaenyra y Alicent apaciguan su disputa.

Este último gesto del rey Viserys es loable, pero la guerra por la sucesión es inevitable. La única incógnita es cuándo exactamente, aunque dado el estado del monarca, será más pronto que tarde. Y solo quedan dos episodios para cerrar la temporada...