Crítica She-Hulk 1x02: la Fiscalía contra el universo Marvel (y los marvelitas)
La nueva serie de Marvel para Disney+ asienta su controvertido humor con un episodio dos que nos permite empezar a pillar el tono y estilo de She-Hulk.
Pensamos que se trataba de una mera (y divertida) provocación puntual, pero el cinismo y la frivolidad de Jen Walters parecen haber llegado para quedarse. Y cuando su guillotina no es tan forzada (los nervios del piloto, ya se sabe) y no apunta a una cara amable (la de Hulk), lo cierto es que empieza a ser hasta disfrutable eso de ver a She-Hulk rebanando cabezas.
Esta no vez no es el pescuezo de Bruce Banner el que está bajo el acero, sino el de mucha más gente. Vuelan los cuchillos, las bromas y las puyas. Todos quedan expuestos. Los que aún debaten si el personaje debiera llamarse Hulka, She-Hulk o Hulk a secas. Los que siguen defendiendo a los “multimillonarios huerfanitos” de Marvel como si les fuera la vida en ello. Los que todavía catalogan a las mujeres de potables y descartan a las mismas en entrevistas de trabajo debido a la posibilidad de embarazo. ¡Incluso a Stan Lee y John Buscema les deben estar pitando los oídos allá donde estén!
Porque el segundo episodio de She-Hulk sigue exponiendo lo ridículo del UCM y de quienes crearon una heroína femenina que no puede existir “sin ser un derivado de Hulk”. Pero lo hace sin mala baba y sin esa intención de ofender, ridiculizar y destruir que muchos le atribuyen. Al contrario, busca que no nos lo tomemos tan en serio y siempre desde el cariño y respeto a ese mismo universo (para muestra las referencias ocultas y esa maravillosa broma de Mark Ruffalo sobre Edward Norton, “ahora soy una persona distinta, literalmente).
Empezamos a pillar el tono y a ello también ayuda que este segundo episodio no se centre en caricaturizar, sino en materia legal. El humor y nuestra fascinación también entran por ahí, por ver a superhéroes haciendo de abogados de supervillanos. Una fabulosa metáfora de lo que Hollywood lleva haciendo con Estados Unidos desde hace un siglo y que resume a las mil maravillas Emil Blonsky con su discurso sobre creerse el bueno porque lo dice el gobierno y terminar siendo el malo. Queremos más Abominación. Queremos más Tim Roth.
Sin tampoco brillar en nada y siendo de lo más liviana, She-Hulk 1x02 cierra con otro final autoconclusivo que nos impide distinguir hacia dónde va. Y sin embargo, esta vez no nos importa tanto. Buena señal. Nos vemos tras el episodio tres.