Crítica de Bullet Train, un viaje irreverente, adrenalítico y explosivo en el Japón moderno
La nueva película de acción protagonizada por Brad Pitt reúne a varios asesinos a sueldo en un tren del que es muy complicado bajarse.
Más de 450 kilómetros separan a Tokio de Kioto, un viaje que no se hace tan largo en shinkansen, el tren bala que recorre las vías como un rayo en plena tormenta. Bullet Train, la nueva película de acción y comedia dirigida por David Leitch, narra el periplo de varios asesinos a sueldo con sus respectivas misiones, todos ellos a bordo del mismo tren. Protagonizado por Brad Pitt y hasta por Bad Bunny, el filme es un disparatado caos tan divertido como irreverente.
El hijo de Kimura (Andrew Koji) sufre un intento de asesinato y la chispa de la venganza prende. El hombre se sube en el tren bala con la intención de acacabar con el que ha intentado perpetrar la matanza. Al mismo tiempo, los “gemelos” Lemon y Tangerine (Brian Tyree Henry y Aaron Taylor Johnson) deben proteger al hijo de un importante mafioso, así como llevarle un maletín cargado de dinero.
Es precisamente ese maletín el que ansía Mariquita (Brad Pitt), cuya misión es robarlo antes de llegar al destino. Puede que Prince (Joey King) parezca una joven inocente, pero detrás de las apariencias y de los colores rositas se esconde una auténtica asesina.
Aquí nadie se baja del tren (de la locura)
Las historias de todos estos protagonistas se van hilando poco a poco y confluyen, siempre desde una perspectiva humorística llena de situaciones absurdas y rocambolescas. Casi toda la película transcurre dentro del tren bala, que va realizando paradas de un minuto de forma periódica. Y a pesar de los intentos por bajarse aquí y allá, siempre ocurre algo inesperado que lo evita, como cuando llega El Lobo, nada más y nada menos que Bad Bunny. Todo está conectado de una u otra forma mediante un entramado de relaciones cada vez más absurdo e inverosímil.
Se recrea en esa inverosimilitud consciente a través de secuencias impresionantes que se desfloran como los cerezos japoneses: los objetos vuelan de un lado para otro, cual flores, al igual que los espadazos, los balazos y los puñetazos. Bullet Train es un producto de acción despampanante en su estética, pero con ciertos excesos que crean desbarajustes en el ritmo ya de por si vertiginoso. Tampoco el humor está siempre afilado, pese a que provoca la carcajada en varios momentos concretos.
Bullet Train proporciona dos horas de entretenimiento sin filigranas sesudas, un rato de cine que no te va a dejar ninguna impronta, pero que al menos te hará olvidar por un momento los problemas del día a día.
La película se estrena el 5 de agosto solo en salas de cine.