Wreckfest, análisis Switch. Toda la diversión de la destrucción en un buen port

Nintendo Switch sigue empeñada en recibir títulos que han llegado a las principales plataformas estos últimos años con ports más o menos afortunados tanto en su apartado técnico como en el formato elegido, versiones en la nube aparte. Y Wreckfest, lo último de los fineses Bugbear Entertainment -creadores de la celebrada saga FlatOut- junto a THQ Nordic que llegaba a PC y consolas (PS4 y Xbox One) en 2018 y 2019, respectivamente -con un reciente parche gráfico para la nueva generación-, es el último ejemplo de ello. Tanto es así, que este alocado y frenético juego de carreras arcade que tan buenas sensaciones dejó en su momento, irrumpe ahora con fuerza en Switch con un port muy completo -en realidad, calcado al resto de versiones en términos de contenido- que tan solo se queda por debajo en lo técnico, tal y como suele suceder debido al hardware más limitado de la híbrida de Nintendo, aunque también con la posibilidad de llevarnos el “nuevo Destruction Derby” allí donde queramos en formato portátil. Veamos en qué términos llega Wreckfest a Nintendo Switch en nuestro análisis y si vale realmente la pena para los jugadores de la consola.

¡Quema ruedas y aplasta metal!

En este análisis vamos a centrarnos en las características propias de este port de Wreckfest para Nintendo Switch; aquellos que quieran entrar más en profundidad en lo que ofrece este videojuego de carreras arcade con velocidad, locura y destrucción por doquier pueden consultar nuestro análisis original a través del siguiente enlace. Eso sí, repasemos de forma breve qué tiene por ofrecer este alocado videojuego de quemar rueda y aplastar metal que llega ahora a la híbrida de la Gran N.

Wreckfest es diversión directa, sin más pretensiones que ponernos al volante de auténticas chatarras de cuatro ruedas -y otros vehículos de lo más hilarantes- y dar lo mejor de nosotros mismos como pilotos a través de diferentes pruebas, ya sean carreras en circuitos cerrados -unos con diferentes recorridos, otros en forma de 8- de tierra y asfalto -incluso mixtos- o desafíos de destrucción en las que el último en “pie” gana. De por medio tendremos diferentes tipos de vehículos, desde robustos muscle car a los más ligeros coches europeos y japoneses, además de vehículos especiales como cortacéspedes, cosechadoras, autobuses o sofás motorizados, por citar solo algunos. Una auténtica locura que nos brindará momentos verdaderamente sorprendentes e inesperados. Todo para tratar de llegar a la meta de una pieza en la mejor posición posible.

A todo ello debemos sumar un modo campaña bastante extenso -ampliable a través de dos DLC disponibles en la eShop con más campeonatos y vehículos, a 14,99 euros y 12,99 euros-, carreras únicas, modo desafío o un multijugador para hasta 16 pilotos a través de Nintendo Switch Online. Las funciones en línea funcionan sin problemas y no presentan errores de lag o cierres inesperados, siempre y cuando tengamos buena conexión en Switch. Y tal y como sucede con la versión original, tampoco ofrece multijugador local a pantalla partida, una verdadera lástima en una propuesta que lo demanda a gritos. Sea como fuere, Wreckfest ofrece el suficiente contenido como para tenernos ocupados una buena temporada.

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Pero, ¿cómo luce Wreckfest en Nintendo Switch? Empecemos por su resolución y rendimiento. Y es que tal y como sucede en tantos otros títulos de Switch, en modo dock alcanza los 1080p, mientras que en portátil se queda en los 720p de su pantalla, en ambos casos a 30 fps. Algo que no sorprende y se mantiene en la línea de otros ports. Y como no podía ser de otra manera, Wreckfest sufre de varios recortes gráficos respecto al resto de versiones, una situación que ya vivimos recientemente con el port de WRC 10 para Switch y que se acentuaba más aún en modo portátil.

En este caso se aprecian texturas algo más planas y una iluminación menos realista, así como menos partículas y otros efectos visuales presentes en las versiones anteriores y una distancia de dibujado menor. Aun así, el juego luce bastante bien y, lo que es más importante, se mueve mejor, sin bajadas estrepitosas de rendimiento, dando pie a disfrutar plenamente de las físicas de los coches, en realidad, uno de los elementos más destacables de Wreckfest.

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Y a pesar de la posibilidad de llevarnos el juego donde queramos, Wreckfest luce mucho mejor en modo dock; además, los textos se muestran en un tamaño demasiado reducido en modo portátil y muchos de ellos casi no se pueden leer. Por otro lado, los gatillos de Switch -tanto de los Joy-Con como del mando Pro-, no dan tanto juego a la hora de manejar el gas, ya que no tienen recorrido. Por último, y como es habitual en este tipo de ports, las pantallas de carga son más largas que en el resto de plataformas. Por lo demás, Wreckfest en Switch ofrece la misma experiencia, totalmente traducido al castellano, con la misma banda sonora y los mismos contenidos y modos de juego.