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Cine

Crítica de X, un erótico slasher setentero con personalidad pero con asesinatos previsibles

Ti West rescata la fórmula de este subgénero del terror con cierta originalidad, que se pierde un poco en las muertes en sí.

Crítica de X, un erótico slasher setentero con personalidad pero con asesinatos previsibles

Son jóvenes, guapos y con ganas de divertirse. En el género de terror slasher, los protagonistas suelen acudir a un campamento o a un lugar de retiro, con la mala fortuna de que siempre se encuentran con un asesino en serie. X, el nuevo filme de Ti West, recupera esa fórmula y la retuerce para brindar al espectador un punto de vista algo más original en su planteamiento. Sí, jóvenes y guapos, pero el objetivo principal es grabar una película porno.

La camioneta avanza lentamente hacia el corazón del Estados Unidos más profundo, donde viven dos ancianos junto a un lago custodiado por caimanes. Nada más llamar a la residencia de campo, Howard, la persona que les ha alquilado la casa de invitados, los recibe con su escopeta presta —en sentido literal, que nadie imagine una cochinada figurada—. Tras un intercambio de palabras, algún que otro malentendido y una advertencia (no molestar a su mujer), el grupo de actores y de cineastas se aloja en la cabaña y comienza a filmar las escenas de sexo.

Grabando una porno en la cabaña de dos ancianos asesinos

A las puertas de los años ochenta, la película explora la libertad sexual que algunos jóvenes de la época deseaban disfrutar. Lo hace con un toque de comedia muy marcado, que se plasma en los diálogos y en los mismos personajes: Wayne (Martin Henderson), un playboy de libro, es el productor de la película porno. Su novia Maxime participa como actriz protagonista junto a Bobby-Lynne (Brittany Snow), algo que en un principio no es bien por parte de Lorraine (Jenna Ortega), ayudante y novia del director. Aunque parece tener dudas, al final toma una decisión sorprendente, que afecta directamente al destino de RJ (Owen Campbell).

RJ resulta divertido asimismo porque quiere filmar una cinta pornográfica original, le preocupa el guion a pesar de ser tan absurdo e innecesario como el de cualquier cinta de este tipo. Nadie ve una porno por la trama.

Esta premisa tan original se apoya en un estilo visual muy potente, que destaca por su iluminación de colores rojizos. Una fantástica Mia Goth interpreta a dos personajes que a simple vista parecen antagónicos: la joven Maxine y la anciana Pearl, dos generaciones completamente diferentes, pero ¿tan distintas en realidad?

Una película porno en el campo.
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Una película porno en el campo.

La representación de la juventud y de la vejez

Desde el principio se traza un paralelismo entre ambos personajes. La anciana ve reflejado su yo anterior en el rostro de la muchacha, la chica que un día fue: bailarina, bella, llena de vida, una estrella. Los años han transcurrido y los achaques de la vejez han borrado cualquier atisbo de su identidad anterior. Ti West aprovecha para reflexionar sobre el sexo durante la vejez, inexistente en esta pareja de ancianos por los problemas de salud y el deterioro de sus cuerpos. Antes hermosos, ahora surcados por las arrugas, irreconocibles. Al mismo tiempo, profundiza en temas tan recurrentes como el sueño americano o la necesidad de triunfar en un mundo que busca a "personas especiales" continuamente.

Los dos viejos saben lo que hacen y no tienen buenas intenciones. Han atraído a estos jóvenes (y a otros antes que ellos) y los han engañado. Bajo el manto de la oscuridad, perpetran despiadados asesinatos. ¿Quién va a desconfiar de dos viejos indefensos? Hasta Jackson, que presume continuamente de sus habilidades como soldado (“un marine siempre es un marine”), no es capaz de ver venir lo que le va a ocurrir. Desprecia a Howard porque este fue soldado "hace muchos años" y paga las consecuencias.

Pearl y Maxime.
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Pearl y Maxime.

Sangrienta, llena de gore y con momentos de brillantez, a X le faltan asesinatos más originales. La mayoría de ellos son previsibles, lo que en una película de este género es una especie de pecado. Y para pecado, los que resuenan a través de la voz de un predicador que sale de fondo en la televisión. Simboliza en cierto modo la represión hacia el sexo, encorsetado y temido por razones morales y religiosas. Además, en este filme es algo más que un simple elemento de contexto.

X es la primera película de una nueva saga de terror. Consulta aquí la cartelera de esta semana.