A LEGO Star Wars: La Saga Skywalker le vendría bien solo un poquito más de desafío

Los juegos difíciles me cuestan porque no soy precisamente virtuoso a los mandos, lo reconozco. No tuve paciencia con Returnal y puede que abandone Elden Ring si me frustro con algún jefe. El tema de la dificultad se ha debatido largo y tendido, tanto en los medios de comunicación como entre los propios jugadores, pero creo que es interesante volver a sacarlo a la palestra con LEGO Star Wars: La Saga Skywalker. Como otros títulos de TT Games nos encontramos ante un producto sin reto alguno. Por supuesto, no es cuestión de pedir el Dark Souls de los LEGO, pero sí de que al menos tenga un mínimo de dificultad. Solo un poquito.

Comprendo que se trata de un juego familiar destinado a un público amplio, también infantil, pero incluso los niños pueden valorar positivamente que el viaje por la galaxia muy, muy lejana no sea un simple paseo. El único coste de la muerte es perder algunas monedas, pues el personaje reaparece al momento, incluso en las batallas contra jefes finales.

El estudio ha implementado novedades en el sistema de combate que invitan a experimentar con las mecánicas, pese a que ninguna de ellas sea demasiado compleja. Que nadie espere un sistema de combos profundo porque no lo va a encontrar, pero no pienso que ese sea el problema principal. Es la sensación de que puedes superar todos los obstáculos casi con los ojos cerrados, sin pensar en nada (y sin ser sensible a la Fuerza). Se trata de un enfoque que encaja mejor en los juegos puramente narrativos, pero cuando se diseñan puzles, combates y plataformas es necesario ir un poco más allá.

TT Games ha añadido un sistema de progresión que permite mejorar las habilidades de los personajes e incluso aumentar su salud. Sin embargo, a medida que completaba el modo historia me he dado cuenta de que es totalmente inútil. No importa si no dedicas un segundo al árbol de habilidades, ya que el resultado no varía, lo superas igual con o sin mejoras. Entonces, ¿para qué diseñar un sistema de progresión que al final no repercute en la jugabilidad ni en el devenir de la partida? Parece casi un añadido cosmético.

Algo parecido ocurre con los puzles. Si bien he encontrado alguna idea atractiva cuando se combinan las habilidades de varios protagonistas, el juego reitera hasta la saciedad los mismos rompecabezas facilongos, patrones que se repiten una y otra vez sin cambios. Las opciones de desactivar el autoapuntado o la regeneración de vida son bienvenidas, pero no suficientes.

No es cuestión de hacerlo difícil, no es lo que defiendo. Existe un espacio para las experiencias jugables más sencillas, como este LEGO Star Wars: La Saga Skywalker. Con todo, una cosa es que sea fácil y otra que no ofrezca nada de desafío. Bajo mi punto de vista, hubiera sido mejor juego solo con un poquito más reto.

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