Triangle Strategy, Impresiones. Tras la sombra de los grandes SRPG

Un aspecto que destaca inmediatamente de Triangle Strategy es la seriedad de los personajes y del mundo que los rodea, la sobriedad de los diálogos y la naturaleza poco festiva del mundo en el que nos encontramos. Desde el primer momento que arrancamos el juego y se presenta el contexto geopolítico del mismo, nos queda claro que no nos encontramos ante una historia que se tome a la ligera a sí misma: guerra, conflicto entre naciones y una tensa paz que pende de un hilo entrenos tres poderes principales del continente de Norzelia, tres estados que dominan tres respectivos recursos vitales para la sociedad: sal, hierro y transporte fluvial. Quien domine los tres tendrá un poder ilimitado y es por ello que hay quien ambiciona hacerlo a través de la conquista, semilla de conflictos históricos cuyas cicatrices son profundas en la sociedad.

Al comienzo del juego estamos en un periodo de calma; la llamada guerra de saltiron dejó a las tres naciones al borde del colapso y se hizo necesario tejer una tregua en la que los protagonistas son parte de los hilos. Serenoa Wolffort, heredero de una de las principales clases nobles del reino de Glenbrook, contrae matrimonio con Frederica Aesfrost, hermana del Archiduque de Aesfrost; un matrimonio político con el que crear puentes entre casas rivales. Mandatorios de los tres reinos se reúnen además para organizar un torneo con el que limar asperezas de una manera más civilizada que en el campo de batalla. Hay brotes de esperanza que, por supuesto, no durarán; tal es la naturaleza humana.

A los hombros de gigantes

Al empezar a jugar a Triangle Strategy es imposible no pensar en dos grandes referentes del SRPG y sus lazos con este juego: Tactics Ogre y Final Fantasy Tactics. Artdink, decano estudio japonés, colabora aquí con Square Enix en este desarrollo tal y como hizo en su día con Square cuando desarrolló la versión del clásico de Quest para la Playstation original. El productor de Triangle Strategy, Tomoya Asano, además de su conocido papel en Bravely Default, también fue director de planificación con el desarrollo de la versión de PSP de Final Fantasy Tactics. El tono general de historia y diálogos recuerda a estos dos y se hace evidente que la idea es crear una historia de más calado e intensidad dramática que los más recientes Octopath o Bravely Default 2.

Ampliar

A la hora de ponernos en el campo de batalla, destaca la vertiente táctica del juego. El posicionamiento de nuestras unidades, el turno en el que se mueven y el terreno son elementos absolutamente vitales para ganar la partida. Los ataques por detrás cuentan como críticos automáticos; si atacamos con un compañero a las espaldas del contrario, éste recibirá ataque por partida doble; los ataques desde altura hacen más dado y hay armas que pueden dañar a varios enemigos, además de habilidades y poderes mágicos con los que castigar áreas enteras e incluso dejar efectos secundarios en los mismos (zonas incendiadas que dañan a todo el que pase, suelos congelados… ). Ya desde el primer combate nos damos cuenta de que los errores en el posicionamiento o en la toma de decisiones se castigan con dureza, especialmente cuando permitimos que nos tomen la espalda.

El peso de las decisiones

Ampliar

Otro aspecto que destaca es la toma de decisiones en la historia. Serenoa tendrá que elegir frecuentemente entres tres líneas de diálogos y eso tendrá efectos a priori importantes en el desarrollo de la historia y en la relación con nuestros compañeros. En tráilers ya se ha podido apreciar que este es un aspecto importante en el juego de Square Enix y será interesante ver cómo lo han ejecutado y hasta qué punto llegan las ramificaciones y consecuencias de las mismas. La promesa es que serán de calado y sobre promesa será examinado. Importante también será el tema de las relaciones personales entre los miembros del grupo, cada uno con una agenda y unas convicciones que pueden incluso ponerlos contra nosotros si no están de acuerdo con nuestra línea de actuación. Esto promete ser un elemento crucial en cómo está diseñado todo el entramado de las decisiones.

Sobre el aspecto visual, volvemos a ver la fórmula de Octopath, que está haciendo fortuna a la hora de revitalizar el look clásico del JRPG de 16 bits a formatos modernos. La pixelación de personajes y escenarios contrasta con la definición de efectos como el agua, la luz y los hechizos, en una fusión entre 2D y 3D que se antoja como un bienvenido compromiso neoclásico. Es un juego que parece lucir mejor en modo portátil que en formato grande, lo cual tampoco va mal siendo el tipo de juego que es, aunque nos reservamos la opinión para cuando sea el momento del análisis.

Ampliar

Por lo demás, Triangle Strategy apunta a juego largo, deliberado y con cierto grado de complejidad que se puede permitir al dirigirse a un público más especializado. Sobre el papel se apuntan a las 50 horas, con una considerable rejugabilidad fruto de los distintos niveles de dificultad y de las decisiones que se pueden tomar. Habrá que estar atentos a aspectos como la evolución de nuestros personajes y unidades, así como a los distintos retos tácticos que nos plantearán de cara a mantener el interés y que la campaña no se convierta en un paseo militar. Lo visto hasta ahora nos hace albergar esperanzas de que estemos ante un SRPG de prestigio que pueda aguantar la comparativa con los gigantes a los que recuerda, y eso no sería gesta pequeña.