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Batman contra Ra´s al Ghul. El villano por excelencia de Bruce Wayne
Un veterano Neal Adams retoma a uno de sus personajes más emblemáticos en una miniserie en la que aún se ve algún destello del genio que fue.
Allá por los 70 un joven Neal Adams creaba junto a Dennis O’Neil uno de los villanos más fascinantes del universo Batman, Ra´s al Ghul (Batman 232, junio 1971). El médico de origen árabe y con ascendentes chinos encarnaba en una sola figura los dos grandes miedos de la sociedad norteamericana de entonces: el emergente terrorismo árabe y la amenaza comunista.
Fue una creación que profetizaba los problemas que ahora mismo presenta la Tierra: superpoblación, sobreexplotación de los recursos naturales, extinción de especies y contaminación de los hábitats salvajes. El hombre se había convertido en un virus para el planeta y la solución era una extinción parcial de la raza humana, esta ideología ecoterrorista que mezclaba nihilismo e idealismo fascinó a Nolan y sirvió de base para la primera película de su trilogía sobre Batman (Batman Beings, 2005).
Uno de los grandes malos del cómic
El personaje de Ra´s al Ghul siguió creciendo bajo los lápices de Adams hasta convertirse en el principal antagonista de Batman, incluso por encima del Joker, y en uno de los diez mejores villanos de la historia del cómic. El médico, que se presenta como un ser casi inmortal y cuya edad es indefinida, aunque hace referencias vividas en la Peste Negra (1347), es el líder de la Liga de los Asesinos. Su relación con Batman es ambivalente, siente admiración por el detective a la vez que desprecio por su estricto código moral. Además, tienen una relación familiar ya que una de las hijas de Ra´s al Ghul, Talia, es la madre del hijo de Batman (Damian Wayne, Batman 655).
En 2019 Adams recuperaba con casi ochenta años su creación más famosa en una miniserie de 6 números cuya publicación sufrió una interrupción en el número 4 a causa de la pandemia, Batman contra Ra´s al Ghul se situaba cronológicamente justo después de Tierra de Nadie, en una Gotham sacudida por ataques terroristas y en la que el villano se ofrecía como la solución a los problemas de la ciudad.
Línea argumental complicada
La obra presenta una trama confusa en la que los personajes son introducidos de una manera abrupta y con saltos argumentales de difícil justificación. Se dan incluso situaciones en las que la continuidad de la acción no queda resuelta y se tiene la sensación de que falta material. Por las viñetas desfilan personajes familiares del ecosistema Batman; pero ninguno, salvo Deadman, tiene un peso real en la historia. Es una obra que, aunque independiente, necesita de cierto conocimiento previo para entender qué está pasando y por qué. Y aún así las piezas no encajan como deben.
Es algo curioso porque Adams fue uno de los grandes renovadores de la narrativa en los 70 construyendo un puente hacia un cómic más adulto. Frank Miller no oculta que su Batman bebe del que fue forjando Adams durante años y en los que fue moldeando al superhéroe hacia un justiciero más oscuro.
La historia, que comienza con dos páginas magistrales, va perdiendo fuelle a medida que se introducen nuevos factores que emborronan el cuadro general. En ningún momento, Ra´s al Ghul consigue mostrarse como el villano fascinante, inteligente y todopoderoso de antaño. Es probable que el lenguaje de los cómics haya evolucionado mucho desde los 70 y que estamos exigiendo más de lo que debiéramos a esta miniserie, pero este trabajo está muy lejos de las grandes obras de Adams (Superman vs Muhammad Ali, Batman: Odyssey, Green Lantern-Green Arrow, Deadman, Avengers: La Guerra Kree-Skrull, Monstruos…).
Dibujante portentoso
Donde sí sigue mostrando un talento descomunal es en el dibujo, Neil Adams es una de las grandes figuras del cómic en este apartado. Su estilo realista, heredero de Gil Kane y que destaca por un dominio absoluto de la anatomía, sigue estando ahí. Es verdad que ya las viñetas no tienen la cantidad de detalles que presentaban en su época dorada, pero siguen mostrando una fuerza y un virtuosismo que está muy encima de la gran mayoría de los dibujantes actuales. Adams es también un maestro del encuadre y eso también se puede encontrar en las páginas de este cómic. Además, se hace cargo de la tinta y el color.
La edición en tapa dura de ECC incluye las seis portadas que el mismo Adams realizó para cada entrega y es un auténtico lujo porque se trata de uno de los mejores ilustradores en este aspecto.