Elyon, análisis PC. Lo nuevo de los creadores de TERA

Krafton, antigua Bluehole Studio (TERA), lanza por fin al mercado occidental su nuevo mmorpg llamado Elyon. Anteriormente conocido como Ascent: Infinite Realm, el título ha pasado por varios bancos de pruebas para adaptarse a nuestro mercado, eliminando un montón de objetos de pago y ayudas de los que tanto solemos quejarnos los europeos.

Por el camino, entre que llegaba y no, la compañía que publica el videojuego en nuestro país, Kakao Games, ha tenido a bien traducir Elyon a nuestro idioma, un punto a favor para el título que junto a su carácter F2P puede llamar poderosamente la atención a los amantes del género mmorpg. ¿Merecerá la pena?

Vulpin vs Ontari

Elyon es un mmorpg que hace uso de las manidas facciones, en este caso los Vulpin y los Ontari, para crear un clima de guerra que mueva el eje central de la narrativa. Sin embargo en este anteriormente conocido Ascent: Infinite Realm, una tercera facción enemiga de ambas, los Apóstoles Oscuros, entra en acción para poner patas arriba la enemistad de ambas culturas y el mundo que les rodea.

El videojuego se lanzó hace más de un año en Corea, país donde se ha desarrollado. Como buen mmorpg coreano, la espectacularidad en los escenarios y combates está a la orden del día, pero también el “chinofarmeo” como comúnmente se suele decir en la jerga del género. O lo que es lo mismo, repetir acciones una detrás de otra —ya sea matando enemigos o repitiéndo mecánicas aburridas— para poder avanzar en el videojuego.

La primera noticia que teníamos de él data de 2017, y entró en beta poco después de mostrarse al público en la feria G-Star de Corea del Sur. Es decir, además de llevar ya un año en el mercado de forma oficial, Elyon lleva ya un largo tiempo en manos del consumidor. Gracias a este tipo de movimientos, las compañías se aseguran que todo está a gusto del usuario por lo que por ejemplo, echando la vista atrás, toda la interfaz ha sido mejorada con respecto a lo que mostraron en los inicios. Habilidades, contenido, mercado, objetos y un montón de características más, han corrido la misma suerte.

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Elyon cuenta con seis clases —Mutilador, Campeador, Elementalista, Místico, Asesino y Artillero— que podemos manejar con una de las cuatro razas disponibles; Humano, Elfo, Orco y Fera, una suerte de seres antropomórficos que se asemejan a los gatos, mapaches o perros entre otros. Una vez elegida nuestra raza y clase favorita y personalizada con un completo editor de personajes, nuestro héroe saldrá a un bastante sorprendente mapa tutorial donde se nos explica lo básico para movernos, atacar y completar misiones.

Una vez terminado el tutorial, atravesaremos un portal en el que todavía nos irán enseñando múltiples características del juego hasta llegar al nivel 35, solo que ahora lo haremos desde un mundo algo más abierto. De hecho el juego se toma su tiempo en detallarnos cada icono o menú de la interfaz, por lo que realmente para disfrutar de Elyon en su plenitud se requieren de bastantes horas de juego y poder sintetizar rápidamente todo lo que se nos explica.

Experiencia asiática

Ser un mmorpg coreano tiene sus pros y sus contras. El mundo en el que nos movemos por Elyon está repleto de lugares fantásticos y bellos, gigantes en muchos casos, pero como es habitual la mayoría es paja. Nada más llegar a mundo abierto avanzaremos rápido entre poblado y poblado sin apenas haber visto ni un 10% de lo que vas dejando atrás. Todo está lleno de enemigos, de lugares que explorar, pero de cero interés para el jugador. Tampoco hay nada que te invite a explorar por lo que es un mundo abierto “falso”.

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El sistema de combate en Elyon es de apuntado y no de fijación de enemigo, es decir, debemos de asestar los golpes allá donde apuntemos con la mirilla. Es algo similar a lo que ocurre en el otro juego de la compañía, TERA, solo que aquí es demasiado errático. En ocasiones te solapas al enemigo —e incluso puede que te hayas puesto a su espalda— y la habilidad le impacta de todas formas. No es muy fiable y necesita de cierto aprendizaje pero aún y con sus fallos, una vez que lo dominas no debería de causar demasiados quebraderos de cabeza.

Hay decenas de habilidades por aprender en cada clase y todas ellas pueden mejorarse con runas o subiéndolas de nivel. Es importante conocerlas a fondo porque el combate se sustenta bajo un sistema de combos que tienen mayor o menor efecto según las que hayamos activado en nuestra barra de habilidades. Dichas acciones cuentan con algo muy peculiar y que hacen a Elyon algo diferente, y es que pueden tener hasta tres modificadores extras dependiendo de cómo mejoremos nuestro equipo. ¿Recordáis cómo se activaban las habilidades de soporte en Final Fantasy IX? Para activar estos modificadores se requiere lo mismo, engarzar runas a nuestro equipo. Y claro está, este tipo de objetos (hay varios) son escasos y siempre se requieren en gran número.

Aquí entramos en un terreno que gusta mucho a los jugadores asiáticos y que hemos visto en juegos como Black Desert Online; la mejora de equipo/habilidades/gemas/runas/insertaaquícualquiercosa. Para poder mejorar nuestro personaje es necesario un farmeo intenso de X objeto, mezclarlos y rezar para que mejore dependiendo de qué es lo que queremos mejorar. Además puede ocurrir que una misma pieza de equipo tenga estadísticas diferentes por lo que conseguir la mejor equipación puede llegar a ser una tarea árdua.

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La mecánica de misiones es bastante básica y se centra prácticamente en una historia principal y en estaciones de comisaría con encargos que completar. La historia, sin llegar a ser una locura, está bien y el hecho de que el videojuego llegue traducido a nuestro idioma ayuda muchísimo a disfrutarla aún más. Lo malo es que Elyon está pensado para que cada pocos tramos —que para avanzar en la historia debas de subir nivel— tengas que llevar a cabo misiones secundarias de la comisaría, que son bastante sosas y aburridas.

Tiene mazmorras para un jugador o cooperativas y no son demasiado difíciles ni extensas en duración, aunque claro está, la cosa se complica cuando requiere ir en grupo y en niveles más avanzados. Además de esto hay jefes de mundo con los que batirse en duelo, eventos de zona y divertidas misiones secundarias que te proponen cosas diferentes a lo que realizas a cada paso. No inventa la rueda pero al menos en esto cumple sobradamente.

Ahora bien, Elyon se desarrolló como un mmorpg para sacar dinero a base de comprar en su tienda online, y aunque es cierto que en la versión occidental solo hay cosméticos y pequeñas ayudas para ajustarse a la mentalidad europea, con el gameplay no ocurre lo mismo. Todo tiene restricciones diarias o semanales, como las misiones del tablero, entrar en mazmorras, despojar equipo, perder experiencia, límite en la recolección/fabricación de objetos y la lista suma y sigue. Si añadimos el tedio de querer mejorar el equipo y que las probabilidades de conseguirlo sean aleatorias —y con penalizaciones—, tenemos como resultado un juego muy limitado. Por no hablar de que si en el intento de mejorar, se rompe el equipo… lo pierdes para siempre, tanto la pieza como las horas invertidas en obtener todo lo necesario.

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Otro de sus puntos negativos es que hasta el nivel cuarenta todo es de color arcoiris. Se avanza muy rápido y en menos de diez horas quizás seamos nivel 40, pero una vez llegas ahí el número de misiones disponibles desciende rápidamente, la cantidad de experiencia que se necesita para subir de nivel aumenta considerablemente y el grindeo (matar sin miramiento a cualquier enemigo durante mucho tiempo) es el pan nuestro de cada día. Y si mueres, la experiencia que se resta de nuestra barra es similar a la conseguida tras varias horas de grindeo. Una locura.

Más problemas

Algo que hemos experimentado en nuestras pruebas y que hemos contrastado con otros jugadores y usuarios de todo el mundo es la cantidad de problemas que tiene el juego tanto en lo jugable como en el programa en sí. El launcher es un desastre que cada vez que se agrega un parche te hace perder mínimo media hora de tiempo ya que comprueba uno a uno los archivos descargados. La instalación del juego puede dar problemas durante y después. La optimización es bastante irregular a pesar de usar el motor gráfico Unreal Engine 3 y algunos creadores de contenido se han quejado de que aún contando con un ordenador potente, apenas pueden emitir en directo o crear vídeos. Es toda una ruleta la misma ejecución de Elyon.

Por otra parte suelen haber varios momentos al día donde hay cierto lag, las texturas de los personajes tardan mucho en cargar y se aprecian caídas de imágenes por segundo en situaciones donde no deberían darse. En lo jugable tenemos una IA de los enemigos bastante estúpida en el 90% de los casos, siendo la restante la de los jefes de mazmorra las únicas salvables. Las animaciones no son nada del otro mundo y algunas fallan demasiado, haciendo el combate aún más extraño de lo que es.

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Luego hay decisiones como la de un sistema de automatización en el que el jugador pesca solo, combate y otras facetas, un botón en el que te lleva automáticamente a la próxima misión o un complicado sistema de runas que está dando más de un problema a la comunidad por lo poco explicado que está en el juego.

La conclusión es que Elyon intenta tomar ideas de muchos otros mmorpg para hacerlo único y no destaca en absolutamente nada. De hecho casi todas sus características son pobres o están mal ejecutadas. Hay demasiadas cosas a tener en cuenta en el caso de que decidáis darle un tiento aunque para desconectar de la vida real cumple, sobre todo porque es gratuito y la tienda virtual solo ofrece cosméticos en su gran mayoría. Eso sí, el título está capado por todas partes y requiere de una gran inversión de horas y paciencia para poder tener el personaje niquelado, pero para llegar hasta ahí primero hay que pasar por demasiados problemas de diseño.

Gráficamente es vistoso —salvo el modelado de personajes— pero sigue siendo obsoleto si lo comparamos con cualquier otro título del género. Además acarrea los problemas típicos de los motores gráficos Unreal, más aún si tenemos en cuenta que utiliza una versión bastante antigua. Los cambios de estancia se notan mucho, sufre ralentizaciones, no está bien optimizado y en ocasiones ni aparecen los enemigos o personajes. No hay pantallas de carga entre escenarios pero sí varias desde el momento en el que inicias el launcher del juego.

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En lo sonoro no destaca demasiado en ningún aspecto y las voces en inglés están interpretadas con desgana. Sin embargo Kakao Games y Bluehole se merecen un gran aplauso por la fantástica traducción que han llevado a cabo a nuestro idioma. Hay alguna falta de ortografía o frase sin sentido, pero en términos generales es una muy buena localización al castellano, que ya es difícil de ver en estos tiempos en un mmorpg.