ArcheAge

No han sido pocos los MMORPG que durante los últimos años han intentado hacerse un hueco en el mercado imitando la fórmula de World of Warcraft, el masivo más exitoso de todos los tiempos. Sin embargo, no han sido tantos los que han intentado ofrecer algo distinto al consumidor, y por eso es de agradecer que Trion se haya atrevido a traernos a occidente Archeage, un juego de origen coreano con grandes influencias de históricos 'sandbox' como Ultima Online o Star Wars Galaxies. ¿Será capaz de hacerse hueco en un género tan saturado de clones?

Es difícil ver hoy en día un nuevo MMORPG que apueste por conceptos tan olvidados en el género como el 'housing', la guerra entre clanes, el control de territorio o la economía. Solo a Eve Online (y en menor medida Darkfall o Age of Wushu) parecen funcionarle unas mecánicas y sistemas que, con el tiempo, parecen atraer únicamente ya a veteranos y experimentados del género. A los denominados 'hardcore'. El mercado ha cambiado, y las masas parecen encontrarse mucho más cómodas en propuestas más directas y accesibles como las de los 'themepark'. Por eso sorprende, a día de hoy, el lanzamiento de un juego como Archeage.

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Y es que si bien es cierto que Archeage hereda muchas de las ideas de juegos 'tipo-WoW' también lo es que en su 'end-game' nos encontramos una estructura mucho menos lineal de lo que estamos acostumbrados. Hasta llegar a nivel 50, la experiencia de juego no dista mucho de un 'themepark': aceptamos misiones (cuyos objetivos no distan demasiado de los clásicos "mata X, recoge Y y habla con Z"), las completamos y obtenemos como recompensa experiencia, equipo y dinero mientras progresamos hasta alcanzar el nivel máximo. Ninguna novedad a priori por aquí.

Por otro lado, y de un modo similar a como lo hace RIFT, en Archeage podemos escoger 3 clases de entra las 10 que hay disponibles para personalizar a nuestro héroe. En ese sentido, se pueden crear personajes de lo más variopintos, pues no hay restricciones a la hora de mezclar clases, tipos de arma y tipos de armadura. ¿Quieres jugar con un asesino que usa arma a dos manos y viste armadura de placas? Sin problema. ¿O prefieres un tanke que, además, pueda ejecutar hechizos dañinos o curativos? También puedes hacerlo. Pese a que la forma de progresar no es novedosa (se realiza mediante los clásicos árboles de talentos), el resultado ofrece muchas más posibilidades y libertad que en otros MMORPG.

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Sin embargo, ya durante este camino se nos van presentando mecánicas que difieren mucho con los juegos de ese tipo. Archeage presenta un basto (enorme) mundo abierto sin tiempos de carga entre zonas en el que podemos construir una casa, cuidar un huerto o navegar por los mares con nuestro propio barco. Y es ahí donde entra en escena la naturaleza 'sandbox' del título de Trion: nadie nos obliga a realizar nada de esto como requisito para obtener un fin, sino que se presenta como el propio fin. ¿Quieres ser un comerciante? Puedes dedicarte a cultivar en tu terreno y vender los bienes en las zonas más peligrosas para obtener la mayor recompensa posible. ¿Lo que te gusta es luchar? Pues puedes recorrer el mundo a tus anchas en busca de enemigos con los que hacer PVP. ¿Prefieres construir y gestionar tu propia casa o incluso un castillo para todos los miembros de tu clan? Archeage te ofrece las herramientas necesarias para ello.

Archeage huye de la clásica fórmula para el 'end-game' consistente en completar una mazmorra para conseguir equipo y así poder completar una nueva mazmorra más difícil para conseguir equipo de más calidad, hasta el infinito. Como todo 'sandbox' que se precie, ofrece las herramientas, y son los jugadores los que deciden qué hacer con ellas. En ese sentido, estamos ante un título valiente, pues como decíamos, no son muchos los masivos online que se atreven con propuestas donde es el jugador el que debe decidir qué es lo que quiere hacer dentro del juego y con qué se quiere divertir.

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Un universo plasmado mediante un buen uso del CryEngine 3, capaz de gestionar tanto amplios escenarios como detallados modelados tanto para los personajes y las armaduras como para los diferentes elementos que dan vida al mundo. Archeage raya a buen nivel tanto a nivel técnico como artístico, y es capaz de representar en pantalla multitudinarias batallas por tierra o mar sin resentirse al aglomerar a decenas de jugadores. Destacables también son las animaciones, únicas para cada habilidad, y solo podemos achacarle lo 'vacías' que son algunas zonas en comparación con otras. 

Es importante remarcar que, por su propia naturaleza 'sandbox', Archeage no es un MMORPG para todo el mundo. A diferencia de los 'themepark', este tipo de juego pocas veces ofrece recompensas de forma inmediata, ni ofrece ayudas para que la experiencia del jugador sea siempre positiva. Construir una casa es proceso largo y laborioso, al igual que plantar árboles para extraer madera (el crecimiento de plantas y fauna puede durar horas), el transporte de mercancías de un lado a otro es lento y arriesgado... y como tiende a pasar en este tipo de juegos, son capaces de ofrecer lo mejor (por lo emocionante) y lo peor (por lo tedioso) del género. Lo que a priori iba a ser una plácida tarde en búsqueda de tesoros en el mar puede acabar involucrándote en una batalla épica entre diversos cuyo desenlace termine contigo entre rejas, o puede que durante horas lo único que hagas sea transportar bienes de un continente a otro sin llevarte ningún sobresalto durante el proceso. Archeage es un juego para pacientes. Olvidaros de él si lo que queréis es estar recibiendo armas y armaduras épicas cada media hora.

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No obstante, Archeage también presenta algunos problemas que no podemos pasar por alto. Por lo general, los 'sandbox' no ofrecen un progreso tan guiado como lo hace Archeage durante los 50 niveles. Creemos que toda esa libertad que ofrece en el 'end-game' llega demasiado tarde. Algunos abandonarán antes el juego, al creer que no está jugando a nada distinto de lo que ha visto anteriormente, sin haber visto las posibilidades ofrece realmente el juego una vez alcanzado el nivel máximo. Por otra parte, el modelo de negocio -a priori Free to play- nos parece demasiado agresivo ya no solo para los no quieran pagar ni un euro por jugar, sino también para los que sí tienen previsto pagar mensualmente una cuota. Absolutamente todas las acciones que realizamos en el juego nos exigen que dispongamos de 'labor points', que se regeneran con el tiempo. Como podéis imaginar, la tienda de micropagos que hay en el juego ofrece fórmulas para acelerar la ganancia de los mismos, algo que no nos parece coherente para un juego de estas características.