Un portátil para el salón de tu casa ¿la consola que estabas buscando?
Con las consolas de nueva generación y los más actuales GPUs siendo difíciles de encontrar, te proponemos una alternativa.
Se acerca la fecha clave de los regalos de fin de año, tanto Papa Noel como los Reyes Magos están ultimando la lista de la compra y qué duda cabe duda de que los videojuegos van a ser una parte destacada de la misma. Pero ni siquiera los poderes navideños pueden ignorar los efectos de la situación geopolítica actual, con problemas en las cadenas de suministros y la escasez de materia primas básicas para crear microchips. Eso implica que no todos podrán comprar una consola de nueva generación en estos momentos. El PC puede ser una fantástica alternativa, pero el compatible atraviesa problemas añadidos de suministro a los que ya hay, con algunas tarjetas gráficas prácticamente imposibles de conseguir por su uso en esa “fiebre del oro” en lo que se han convertido las criptomonedas.
Por supuesto, nada es imposible, pero sí puede ser caro y quizás haya una alternativa a un precio más moderado. Hubo un tiempo en el que se desaconsejaba comprar portátiles para jugar: más caros, menos potentes y con limitadas posibilidades de actualización de hardware; sólo se convertían en una alternativa cuando se viajaba bastante. Hoy en día, sin embargo, hay una amplia gama de portátiles para jugar en el mercado en diferentes rangos de presupuestos y prestaciones. Con esto en mente, es posible plantearse el ejercicio de comprar una de estas máquinas exclusivamente como sistema para jugar en el salón de nuestra casa. Olvidémonos de la disposición típica de un ordenador, con su silla dedicada, su monitor, su torre y demás; pensemos en este portátil como si fuera una consola que ocupe un lugar discreto en el salón de nuestra casa, conectada a nuestro televisor y con un mando inalámbrico para jugar en nuestro sillón. Ese es el ejercicio que queremos desarrollar aquí, una forma diferente y quizás interesante para algunos de plantear la compra de una nueva máquina para los siguientes años.
¿Qué comprar?
La consideración de qué equipo comprar sobrepasa las intenciones de este texto, la oferta es variada. Un portátil de gama alta puede superar en prestaciones a las consolas actuales y mantenerse a un nivel alto durante bastante tiempo, pero su precio estará ampliamente por encima. Consideraciones como autonomía, tamaño o peso son también importantes según el contexto, pero para el caso concreto que nos estamos planteando no es algo tan importante si la idea es mantenerlo fijo en una sala de estar y sólo moverlo para traslados o viajes largos.
Para este texto tenemos a nuestra disposición un Asus TUF Gaming F15 FX506HCB-HN200 de 15,6 pulgadas equipado con un CPU Intel Core i5-11400H, 16GB de RAM, 512GB de disco duro SSD y una gráfica Nvidia RTX 3050. Este equipo fue uno de los más populares en el pasado Black Friday por una considerable rebaja que lo colocaba cerca de los 800€, que es un precio extremadamente competitivo para sus prestaciones. Como decimos, la elección de equipo no es determinante para el propósito de este texto, pero esta configuración nos permite encarar el objetivo con confianza. Además, su diseño compacto y robusto, su tamaño pequeño y su excelente pantalla nos permite plantearnos usarlo cómodamente como portátil y moverlo por diferentes localizaciones de la casa si no queremos o no podemos usar la sala de estar en ese momento, aunque la idea es dejarlo fijo conectado a un televisor.
Sistema Operativo ¿Windows sí o no?
Una particularidad de este y otros equipos es que no incorpora sistema operativo de serie. Cualquier tienda, online o física, te ofrecerá la posibilidad de instalar Windows si no te sientes con confianza, pero eso añadirá más de 100€ a la cuenta entre el S.O. y la instalación. Hay cada vez más alternativas libres y gratuitas al sistema de Microsoft gracias a Linux, predominante en numerosos ámbitos de la informática y con una facilidad de instalación, manejo y prestaciones que nada tiene que envidiar a la alternativa cerrada del gigante americano. Una opción sobre el papel sería SteamOS, una distribución Debian creada por Valve que es la base de su iniciativa con las Steam Machine. Esto te permitiría un sistema que arrancaría de serie en el formato Big Picture de Steam y te permitiría controlarlo todo con el pad de serie, como si fuera una consola; el problema es que SteamOS hace bastante tiempo que no se actualiza y Valve está trabajando en otra solución que habilitará primero en sus Steam Deck antes de llevarlo a ordenadores, así que está algo desfasada.
Alternativas más puesta al día podría ser distribuciones de Linux como Drauger o Garuda, está última basada en Arch Linux que son los mismos cimientos en los que está trabajando Steam para “su” futuro sistema operativo; estas alternativas te permitirán instalar fácilmente Steam, GOG y otras alternativas de juego, pudiendo disfrutar de una enorme librería que hace unos años hubiera sido un sueño para los usuarios de sistema operativo libre. Pero hay que tener en cuenta que no todo es compatible y de cara a Linux es mejor ir hoy por hoy con tarjetas gráficas AMD que tienen mejor soporte de drivers que los que ofrece Nvidia en este SO. Dadas las circunstancias, optamos por ir a lo fácil e instalar Windows 10 para aprovechar al máximo las prestaciones de nuestra 3050 y tener acceso al catálogo completo de Steam. También nos interesa ello para instalar una de las ofertas más sólidas de juego en PC como es el PC Game Pass, una opción que en Linux sólo tendríamos disponible para jugar mediante streaming, con las ventajas y desventajas que eso supone (con todo, insistimos en que Linux es una alternativa mucho más sólida hoy en día para jugar que lo que era hace un tiempo y seguirá mejorando).
Preparando nuestra máquina.
Dado que la idea es usar el portátil como si fuera una consola, la idea será tenerlo cerrado en algún lugar discreto cerca o debajo de la televisión, conectado a un HDMI. Esto tiene sólo una pequeña contra, aparentemente insignificante pero potencialmente molesta: si tenemos el portátil cerrado no podremos acceder al botón de encendido. La comodidad de la tecnología nos permite hoy en día activar nuestras consolas desde el mismo mando y sería bueno replicar eso en nuestro sistema pero, desafortunadamente, no podemos. Hay opciones desde la bios para despertar a un ordenador usando teclado o ratones conectados, y otras opciones que permitirían encenderlo mandado un “paquete mágico” desde el router, pero no hay una forma de encender el ordenador con un dispositivo inalámbrico, así que deberemos poner nuestro ordenador en una posición en la que sea cómodo encenderlo con el botón.
Más allá de esta pequeña incomodidad, el objetivo es manejarlo todo desde el sofá con un mando inalámbrico, sin tener que recurrir constantemente a teclado o ratón (aunque adquirir unos inalámbricos no vendrían mal para cuando haya que usarlos, especialmente el ratón). La idea es usar mayoritariamente un mando inalámbrico y hoy en día hay muchas y buenas opciones para usar los de consola en un ordenador, tanto si quieres aprovechar uno que ya tienes como si quieres comprar uno específico para el sistema. La opción más cómoda es uno de Microsoft, ya que tiene una compatibilidad por defecto más amplia dentro de Windows y nos ahorraremos pasos intermedios cuando estemos fuera del ecosistema de Steam (que sí está preparado para funcionar con cualquier mando del mercado mayoritario).
Hay algunos pasos previos que deberemos configurar de cara a que nuestra configuración sea óptima. En las opciones de energía hay que asegurarse de que nuestro portátil esté a pleno rendimiento cuando está conectado a la corriente (que lo estará por defecto). Si vamos a tener normalmente la pantalla cerrada, hay que asegurarse de que el equipo no entre en modo sueño cuando se cierra y siga funcionando con normalidad. Una vez hecho eso, conectaremos un cable HDMI de ordenador a televisor, configuraremos la resolución adecuada y nos aseguraremos en opciones de pantalla de que sólo se muestre imagen en el televisor (no sería la primera vez que alguien deja activado la opción de duplicar la imagen mientras está el portátil cerrado y no se da cuenta de que está perdiendo rendimiento porque el ordenador está trabajando el doble sin darse cuenta). El siguiente paso es usar el comando netwizpl para crear una cuenta de usuario en Windows, separada de la de administrador, y desactivar la petición de usuario/contraseña para usuarios. De este modo el ordenador arrancará sin pedirnos clave y no dependeremos del teclado cada vez que lo encendamos (importante hacerlo con una cuenta de usuario y no quitar la contraseña administrador, por un tema básico de seguridad).
Por último hay un paso importante para consolizar nuestro ordenador: instalar Steam, loguearnos en nuestra cuenta o hacer una de cero y en sus opciones de interfaz activar la opción de empezar en modo Big Picture al arrancar el ordenador. De este modo cuando arranquemos, lo haremos directamente a un entorno en el que tendremos control de nuestra librería de juegos con el pad y desde la que podremos arrancar otras aplicaciones y juegos aunque no pertenezcan al entorno de la tienda de Valve. También podremos apagar o poner en suspenso el ordenador cuando terminemos.
A partir de aquí podremos construir nuestra librería de juegos y servicios para arrancarlos a placer desde la comodidad de nuestro sofá. Si quisiéramos poner algún juego no Steam en el servicio, sólo tenemos que ir al menu>Juegos>Añadir un producto que no sea de Steam; saldrá una lista de programas y tendremos la opción de buscar específicamente en el disco duro para buscar el enlace directo del programa que queremos arrancar. Por ejemplo, si quisiéramos arrancar Fortnite, tendríamos que descargar la Epic Store, bajar el juego y asignar un enlace a la librería; de ese modo podríamos arrancarlo con el pad (siempre y cuando nos aseguremos de que Epic Store y Steam se inicien automáticamente cuando arranca el sistema). La única pega de todo esto es que si optamos también por usar la App de Xbox para Game Pass, encontraremos que no hay una forma sencilla de arrancarla desde Steam, por lo que aconsejamos tener un ratón inalámbrico a mano para saltar entre una aplicación a otra (la app de Xbox se puede controlar también con el pad, una vez dentro).
Las posibilidades en un ordenador para jugar son enormes, con un catálogo más rico y extenso que el que se pueda encontrar en cualquier consola. Hay miles de juegos en Steam, GOG o Itchi.o, una ilimitada variedad de juegos gratuitos y F2P en comparación con la consolas. Además de eso tenemos la posibilidad del servicio PC Game Pass, que nos abre un catálogo de más de 100 juegos en rotación por una suscripción. Tenemos servicios de juegos en la nube como Geforce Now, que en su escala más alta y con la adecuada conexión nos permitiría jugar a los títulos más punteros con las mejores prestaciones (4K, 120 FPS, opciones gráficas en Ultra, Ray-Tracing, etc). Dado que ahora mismo encontrar una RTX 3080 es misión imposible, esta puede ser otra alternativa en nuestro portátil-consola. Otras opciones como Stadia de Google, Xbox Cloud Gaming o la futura Luna de Amazon también están disponibles si nos seduce esta posibilidad para exceder las posibilidades de nuestra máquina.