Just Dance 2022, análisis. Más precisión, mejores bailoteos

Cada año, esperamos una nueva entrega de esa saga que nos apasiona. Es inconcebible pasar un año más sin FIFA, sin Call of Duty y, por supuesto, sin Just Dance. En plena campaña navideña, esperamos con anticipación una nueva entrega más de este título musical con el que convertimos nuestro salón en una fiesta de baile. Han sido más de 10 años en los que hemos disfrutado de fiestas caseras al son de nuestras canciones favoritas, de descubrir géneros que no pensábamos que nos gustaran y artistas a los que después hemos ido a seguir la pista en Spotify. Asimismo, Just Dance nos ha salvado la cordura en tiempos dementes de pandemia y lo sigue haciendo ante unas Navidades inciertas. Así, Just Dance 2022, de Ubisoft, nos saca a bailar en PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series, Google Stadia y Nintendo Switch. Y, si bien ha sabido seguir el ritmo en ciertos aspectos, en otros da un pequeño traspiés.

Just Dance se marca un bis

Just Dance 2022 se presenta de forma muy continuista y esto no es malo si la fórmula funciona. Después de todo, su núcleo radica en una propuesta poco habitual en el medio: un juego musical en el que se nos invita a bailar por el simple placer de hacerlo, mientras nos incentiva a autosuperarnos para recrear cada coreografía de la forma más fidedigna posible. En la pista de baile todo el mundo es bienvenido, al margen de su experiencia en los videojuegos. Al menos, la filosofía siempre ha sido ésta desde aquel primer lanzamiento en la familiar Wii. Pero, en la última generación, el sistema de juego choca con esta máxima, como comprobaremos más adelante.

Así, Just Dance 2022 llega sin grandes cambios, con un sistema de navegación muy intuitivo que nos lleva al modo Kids, al propio Just Dance o al Quick Play que ya habían incorporado en la versión anterior, con la reproducción aleatoria de canciones. Y, como es tradicional, en el juego principal accedemos a diferentes canciones, playlists prefabricadas o a las nuestras creadas. También podremos personalizar la tarjeta de baile y participar en el World Dance Floor, el torneo mundial entre todos los bailarines del mundo y que funciona de la misma manera usual. Los jugadores deberán bailar tres canciones y entrarán en una clasificación según la puntuación conseguida. La estética también continúa siendo la marca de la casa: decoraciones psicodélicas, con esbeltos bailarines de rasgos no definidos para que nos podamos identificar, y vídeos divertidos con coreografías originales para cada canción. Muchas de las piezas hacen un claro homenaje al videoclip original, como Chandelier (Sia).

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Bailar es fácil

La mecánica se mantiene al igual que los Just Dance predecesores: se nos pone un instructor a quien debemos imitar con nuestro cuerpo, y en la parte inferior veremos una silueta de los siguientes pasos que ejecutaremos, acompañada de la letra de la canción que va apareciendo estilo karaoke. Sobre cada instructor estará nuestro nombre y puntuación, que iremos aumentando según consigamos hacer los pases. Según nuestra precisión, se nos puntuará desde “ok”, a “perfect”, y con una X si nos hemos equivocado del todo o si no se nos ha detectado el movimiento. El resultado final se calificará de 0-5 estrellas, que de ser superadas alcanzaremos las categorías de SuperStar y MegaStar. Si deseamos, podemos activar el modo Sweat, en el que el contador se convierte en las calorías que estamos quemando con la danza.

En el repertorio encontraremos canciones de diversas dificultades, si bien los movimientos son muy sencillos de realizar, así como mantener el ritmo de cada tema. Tal vez, los temas más difíciles son los que requieren una mayor energía, rapidez de reflejos y coordinación. En ocasiones, podremos desbloquear versiones alternativas de cada canción si alcanzamos cierta puntuación o si la bailamos un número concreto de veces, lo cual nos ofrece un nuevo reto mientras aporta frescura a la partida. Y, como es habitual, la sección Kids está compuesta de canciones infantiles con coreografías adaptadas a los más pequeños de la casa, con la puntuación reducida a “haha” y “wow” para crear siempre una sensación positiva en la que no existen los errores.

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Y, en efecto, tras cada sesión de Just Dance es imposible no sentirse bien. Después de todo, se trata de un ejercicio sencillo y aeróbico en el que liberamos endorfinas y nos hace sentir mejor, mientras alimentamos una sensación de autosuperación asequible para todo el mundo. No es necesario estar en una forma digna de héroe olímpico, y en nuestra fiesta podemos tener un máximo de 6 bailarines en total, lo cual hará la sesión más divertida. Además, con cada canción iremos ganando mojo que canjear por títulos, avatares, pegatinas y fondos aleatorios.

Un mal paso hacia la nueva generación

Antes de decidir si Just Dance 2022 es un juego que deseamos en nuestra ludoteca, debemos tener en cuenta de que es necesario tener una habitación más o menos amplia para poder jugar en condiciones. Asimismo, debemos tener en cuenta la plataforma para la que vamos a bailar y es aquí donde, un año más tarde, permanece el mismo problema que en la edición del año pasado: si optamos por PlayStation 5, sólo podemos bailar con el móvil en la mano y la aplicación Just Dance Controller. Como decíamos al principio del presente análisis, esta opción deja fuera a gran parte del público y plantea diversas incertidumbres: ¿es seguro darle un móvil a un niño pequeño para usarlo como periférico de baile? Además, resulta incómodo bailar con el móvil durante una sesión prolongada y sorprende que a estas alturas no se hayan implementado en la nueva generación la compatibilidad con la cámara HD de PlayStation. Por otro lado, sí hemos percibido una notable mejora de la precisión con Just Dance Controller con respecto al año pasado.

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Por último, queda hablar de la selección de canciones, en la que accedemos a un repertorio de 40 temas que abarca una gran diversidad de géneros, entre las cuales hay excelentes elecciones. Tenemos como la pegadiza PopStar de las KDA, Chandelier de SIA, Judas de Lady Gaga y también clásicos del dance noventero como Free From Desire de Gala y Smalltown Boy (Bronski Beat), clásico del synthpop. Y, como se nos prometió en su presentación, encontramos la divertida Nails, Hair, Hips, Heels, de Todrick Hall.

No obstante, cuando llevamos un buen rato bailando, es imposible no arrugar la nariz ante la censura en la letra de algunos temas que hagan insinuaciones eróticas. El absurdo llega cuando nos encontramos canciones como Despacito, que de por sí habla de sexo, con partes silenciadas, mientras que cualquier persona mínimamente avispada sabe leer entre líneas.

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Por otro lado, Just Dance 2022 puede quedarse corto si somos de los que van a usar el juego a diario para bailar. Si deseamos acceder a un mayor y vasto menú de canciones, podemos optar por la suscripción de Just Dance Unlimited, donde disfrutaremos de todos los temas de los Just Dance anteriores, junto con algunas nuevas incorporaciones exclusivas. Con todo, la selección con la que se presenta esta nueva edición es más que satisfactoria y acorde a todo tipo de gustos. Como cada año, viviremos un juego muy disfrutable que no sólo servirá para alegrar las fiestas familiares en unas Navidades extrañas, sino como un título diario con el cual mantenernos en forma de forma divertida.

Este juego se ha analizado en su versión para PS5.