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Adiós, maestro

Koichi Sugiyama, el "gran jefe" de la música de videojuegos y alma de Dragon Quest

Fallece a los 90 años el legendario compositor que nos brindó algunos de los temas más recordados e influyentes de la historia del videojuego

Koichi Sugiyama nació en Tokio, un 11 de abril de 1931 y en un hogar en el que estuvo rodeado de música desde su infancia, algo que dirigiría sus pasos hasta graduarse con honores en la universidad de Tokio y adentrarse en el mundo de la televisión como paso previo a concentrarse en la composición y dirección sinfónica a partir del 68. Cuando su camino se cruzó con el de Enix en los 80, él era ya una figura famosa en su país natal, con una notable producción a sus espaldas que abarcaba series, películas y canciones populares. No había en aquel entonces ni en Japón, ni en ninguna otra parte del mundo, una figura tan reconocida que se interesase por las limitadas capacidades musicales del videojuego.

De hecho, en la sede de una humilde Enix pre-Dragon Quest, sorprendió muchísimo recibir un cuestionario firmado por un compositor tan famoso, pero lo cierto es que Sugiyama era un gran aficionado a uno de los títulos del estudio: Morita Shogi, basado en el famoso juego de tablero conocido informalmente como el "ajedrez japonés". Miembros de la familia de Sugiyama mandaron el cuestionario al estudio sin que éste lo supiera y desde el estudio se animaron a contactarle directamente para sondear su disponibilidad a componer música para sus títulos, a lo que él aceptó.

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Empezaría en 1985 con un título llamado World Golf para ordenador, pero tardaría poco en sentar los cimientos de su legado en el videojuego con el primer Dragon Quest para Famicom, para el que compuso ocho temas que forman el alma, el corazón y la esencia de lo que es la saga y los recuerdos que la misma provocan en millones de jugadores. Esos ocho temas (Opening, Castle, Town, Field, Dungeon, Battle, Final Battle, and Ending) han sido versionados, expandidos, adaptados o reinterpretados, pero siempre han estado presentes de alguna forma en todas las versiones de la saga hasta la fecha, convirtiéndose en una imborrable seña de identidad.

Aunque todos icónicos, Overture es el más famoso y reconocible, un tema que es historia de los videojuegos por su impacto y vinculación con la saga, aunque según contaba, sólo tardó cinco minutos en crearlo. Siguiendo una línea de pensamiento similar a la de Pablo Picasso en un contexto parecido, Sugiyama apuntaba a que en realidad había tardado 40 años y cinco minutos, señalando todo el trabajo y la experiencia previa que le había llevado hasta ese punto. Eso sí, de dirigir orquestas a componer pensando en los cinco canales de la consola de 8 bits había un universo de distancia, que no impidió que saliera a relucir la maestría y las influencias del compositor, creando un tema de clara ascendencia clásica que no sonaba a nada que se hubiera escuchado en una consola por aquel entonces, con esos inolvidables primeros acordes que anuncian el amanecer de un nuevo héroe y el comienzo de la aventura.

El lugar natural de la música de Sugiyama era la sala de conciertos. Una vez que la saga explotó en popularidad, el director se pudo permitir llevar por primera vez música creada de videojuegos a la orquesta bajo su batuta y mostrar al mundo cómo sonaban en su cabeza los temas que había ideado. El 20 de octubre de 1987, en el Suntory Hall de Tokio se celebra el primer concierto protagonizado por música de videojuego, el desde entonces anual Family Classic Concert, protagonizado en esa ocasión por las dos bandas sonoras de Dragon Quest I y Dragon Quest II, sentando el molde para un fenómeno que no ha parado de crecer y ya abarca todo el mundo. En los dos vídeos de Overture, arriba y abajo de estas líneas, podemos comprobar la clara diferencia entre la versión para consola y la sinfónica, una diferencia técnica que el compositor combatiría en cada entrega hasta llegar a la octava en PS2, en donde por fin pudo dar rienda suelta a su visión, en la que es posiblemente una de las mejores bandas sonoras de la saga, el cénit de años moldeando la identidad de la aventura creada junto al tridente que formó con Yuji Horii y Akira Toriyama.

Por descontado, esto no significa que en el camino desde Famicom a PS2 no haya auténticas obras maestras. Desde la arquitectura original de los ocho temas fue añadiendo melodías, creando variaciones y experimentando con todo tipo de influencias, desde el barroco al clasicismo a influencias más del romántico y contemporáneas, incluso coqueteando con el jazz y otros géneros, aunque sin dejar de ser nunca fiel a sus sentimientos y a su formación, que le hizo mantener un estilo reconocible tanto en las entregas principales como en los diferentes spin off en los que participó. Y aunque siempre peleó por más memoria, más calidad de audio o se quejaba de las limitaciones de las máquinas en las que trabajaba, eso nunca le impidió crear joyas en todos los sistemas en los que trabajó. Baste ver la música de combate en Dragon Quest Monsters, uno de los spin off más famosos y populares, con una de las melodías más brillantes que es escucharon en la portátil de Nintendo.

Algunos de sus mejores temas

Es imposible condensar una brillante carrera de más de 70 años creando música en todas las disciplinas y al más alto nivel, pero con motivo de su fallecimiento, no podemos dejar de intentar dejar aquí una pequeña muestra del inabarcable legado que nos deja.

Castle Theme /Throne Theme

Pocos temas recogen como éste el amor de Sugiyama por el barroco y pocos juegos en NES son capaces de acercarse a una composición clásica de una forma tan rica. Uno de los temas icónicos e imprescindibles en todo Dragon Quest.

Unknown World

La emoción ante lo desconocido y el comienzo de una aventura. Dragon Quest III fue un juego revolucionario que expandió e innovó en diferentes parcelas sobre la base establecida de los dos anteriores, y la música no se podía quedar atrás, con una mayor cantidad de temas que entrarían a formar parte de la cada vez más rica identidad de la serie. Es un tema bellísimo en el que puede reconocer la influencia de Debussy y su Suite Bergamasque y que inspira esa mezcla de asombro, curiosidad, y un punto de temor reverencial ante un nuevo mundo de posibilidades en el que el camino está por andar. Aunque la versión de Famicom es un prodigio técnico y la versión sinfónica es una maravilla, nos quedamos aquí con la versión de Super Famicom para ilustrar el salto de los 8 a los 16 bits.

Adventure

Para una saga que encarna como ninguna la idea más pura de lo que es una gran aventura, un tema llamada "Aventura" tiene que tener algo especial. En esta versión, interpretada por la filarmónica de Londres, podemos sentir el contraste entre el decidido y solmene comienzo con el poderoso arranque de la marcha que nos invita a salir por la puerta sin mirar atrás.

Battle Theme-Dragon Quest IV

Una última incursión en el sonido 8 bits de Sugiyama. Sin él ser un amante del chiptune o componer pensando en las limitadas capacidades de audio de las máquinas para las que trabajaba, el hecho de que partiera de una visión sinfónica para luego encajarla con calzador en una humilde Famicom daba lugar a un sonido realmente único, parte imprescindible de la identidad de la saga. Parece absolutamente milagroso que la 8 bits de Nintendo pueda ofrecer este crescendo tan rico y variado que pone el corazón a 100 por hora para darle a los combates su necesaria tensión.

The Ocean-Dragon Quest V

Dragon Quest V, además de una de las mejores y más recordadas entregas de la saga, fue el primer juego lanzado originalmente en SNES. Pero eso no cambió la forma de trabajar de Sugiyama. Y aunque el chip de audio de la consola, diseñado por Ken Kutaragi, permitía muchos más lujos, todavía no se podía comparar con la versión sinfónica (que sería usada en el remake para PS2). Esta melodía dedicada al mar tiene un componente que nos recuerda al cine clásico y, como toda su discografía, es un tema evocador que consigue conectar el momento en el juego con los sentimientos adecuados que busca para el jugador.

Cantata of Love - Sea Prince and the Fire Child

Hacemos un pequeño aparte para recordar al Sugiyama fuera de los videojuegos. Entre su obra hay numerosos grandes nombres como Ultraman, Godzilla, Cyborg 009 pero queremos destacar esta película de animación menos conocida: Sirius no Densetsu, conocida en inglés como Sea Prince and the Fire Child, para la que compuso la banda sonora, interpretada por la sinfónica de NHK. Se puede apreciar perfectamente rasgos románticos que formarían parte de algunos de sus temas más característicos, así como su buen gusto general para encontrar una melodía con la que arrancar esta obra de amor trágico.

In the Town - Dragon Quest VI

Otro ejemplo de la capacidad de Sugiyama de trasladarnos al momento y lugar dentro del juego. Si no supiéramos el nombre del tema, sería igualmente fácil imaginarnos en un pequeño pueblo repleto de luz, con sus animales y gente trabajadora entregada a sus quehaceres diarios. Esta sería el último juego oficial en SNES, aunque un año más tarde veríamos el remake de Dragon Quest III también para la 16 bits. Hay un cierto encanto especial en las composiciones para esta máquina y los esfuerzos por alcanzar mediante samples una calidad que la tecnología de la época no permitía alcanzar.

Days of Sadness - Dragon Quest VII

El salto a PlayStation fue un auténtico quebradero de cabeza para Enix, llegando esta parte ya prácticamente coincidiendo con el lanzamiento de PS2 en el mercado japonés. El CD permitía más memoria y una mayor calidad de audio, pero todavía no podía albergar una versión sinfónica por lo que, al igual que pasó con el VI, el juego se distribuyó acompañado de dos discos con la versión interpretada por la sinfónica de Tokio y la original. Aquí podemos escuchar uno de los temas más emblemáticos de esa banda sonora.

Heavenly Flight - Dragon Quest VIII

Con la octava entrega en PS2 llegó el ansiado momento para Sugiyama en el que podía poner en el juego la música tal y como la concebía, un momento que completaba un viaje de más de 20 años desde que empezara a componer para videojuegos. Quizás por eso, o simplemente por pura inspiración, la banda sonora de la octava parte es quizás la mejor de toda la saga y una de las mejores de la historia del videojuego, un carrusel de temas nuevos y clásicos interpretados por la sinfónica metropolitana de Tokio con el propio Sugiyama como director. La verdad es que es difícil quedarnos con un solo tema del juego, pero está claro que la interpretación de Heavenly Flight forma uno de los momentos más mágicos de la saga.

The Observatory - Dragon Quest IX

Con la novena entrega, Square Enix decidió mantener la tradición de lanzarlo en la máquina más popular en Japón en el momento de la decisión, y esa era Nintendo DS. Además, aunque Dragon Quest VIII había subido el listón técnico de la saga, lo cierto es que Enix (ya Square Enix) tenía serios problemas con el salto de generación a PS3 para Final Fantasy, así que optar por DS seguramente fue la opción más inteligente, aunque eso significara volver a separar las composiciones sinfónicas a la música secuenciada, dado que la portátil de Nintendo no podía contener una versión sinfónica. Uno de los temas más recordados es el observatorio en la tierra de los celestiales, un tema que refleja belleza pero también nostalgia y un punto de tristeza, adecuado para el tono general del juego.

Invitation to the Castle - Dragon Quest X

Con la décima parte la saga volvió a consola de mesa, pero a Wii y como un MMO, por lo que no fue posible de nuevo incluir las versiones sinfónicas (sí se incorporaron a la versión de Wii U). La banda sonora de la décima parte se siente como una especie de homenaje a toda la saga pero con sus propios giros. Aquí volvemos a escuchar la clara influencia del barroco para un tema de castillo, pero con un aire distinto en el que se aprecian pasajes de otros temas de la saga, haciéndolo muy nostálgico.

Echoes of an Elusive Age - Dragon Quest XI

El lanzamiento original de Dragon Quest XI en occidente tuvo problemas en el departamento acústico. Al parecer no se aprobó el uso de la versión sinfónica de la banda sonora en las versiones PS4 y PC originales, provocando la lógica incomprensión de los jugadores, muchos de los cuales regresaban a la saga bajo el recuerdo de Dragon Quest VII. Además, la versión secuenciada no es particularmente buena en este caso, algo extraño ya que siempre había sido un aspecto muy cuidado, por lo que hubo las correspondientes quejas. Afortunadamente, la versión Definitiva sí incluye la versión sinfónica, aunque es de poco consuelo para los que lo jugaron de lanzamiento. Con todo, es una buena banda sonora, aunque quizás la más derivativa de todas (Sugiyama ya tenía 87 años cuando apareció el juego). El hecho de que sea la última banda sonora para un DQ principal que compuso hace que sea especialmente emotiva en retrospectiva.

Remembrances - Dragon Quest VIII

Aunque es imposible abarcarlo todo e injusto dejarnos tal cantidad de grandes temas, colamos en esta selección otro tema de la maravillosa octava parte, un tema apropiado para este momento de despedida al maestro japonés.

La despedida de una leyenda

La marcha de Koichi Sugiyama deja una huella imborrable en la corta historia del videojuego. Más allá de su papel como compositor de la música Dragon Quest y sus distintos spin off, con más de 500 temas a sus espaldas, su rol a la hora de dignificar la música de videojuego queda como uno de sus legados más importantes. Fue pionero en llevar música de este medio a las salas de conciertos, algo que no se había hecho nunca, contribuyendo decisivamente a elevar el interés del público japonés en la música de otros compositores de videojuegos y conseguir que las discográficas se animaran a lanzar bandas sonoras como hacían con las producciones de otros medios como el cine o la televisión. Unos movimientos que tardarían décadas en llegar a un occidente en donde la música de videojuegos se trató como algo secundario durante mucho más tiempo, sólo valorado y celebrado en círculos muy pequeños. El cariño y la admiración de esos grandes autores es una prueba del sentimiento de deuda y gratitud que tienen por esta figura, al que Nobuo Uematsu (el histórico compositor de Final Fantasy) llamaba cariñosamente "el gran jefe de la música de videojuegos".

Siguiendo las palabra de otro coloso de la música de videojuegos como Yuzo Koshiro (Ys, Street of Rage, Actraiser, Shinobi) despedimos este reportaje no con Dragon Quest sino con una de las más recordadas composiciones de Sugiyama: Cosmos ni Kimi to, la canción de cierre de la ópera espacial de los 80 Densetsu Kyojin Ideon. Un tema muy suyo, con un punto de tristeza y melancolía pero a la vez repleto de belleza que nos sirve para despedir al compositor en su viaje a las estrellas.

Hasta siempre, Sugiyama sensei.

Dragon Quest VIII: El periplo del Rey Maldito

  • 3DS
  • RPG

Dragon Quest VIII: El periplo del Rey Maldito es la adaptación por parte de Square Enix para Nintendo 3DS del célebre título J-RPG tras su paso por PlayStation 2 y, más recientemente, por dispositivos iOS y Android.

Carátula de Dragon Quest VIII: El periplo del Rey Maldito
9.2