Nintendo Switch OLED, análisis y unboxing. Una pantalla para marcar diferencias
Damos nuestro veredicto sobre la nueva revisión de la consola híbrida de Nintendo, que llega con varios cambios en su diseño.
Nintendo Switch OLED llega a las tiendas de todo el mundo el próximo viernes, 8 de octubre, el mismo día que aterriza uno de los grandes títulos para la consola: Metroid Dread. La revisión de la plataforma híbrida de Nintendo se anunció hace algunos meses, con cambios no menores sobre todo para el juego portátil pero alejada de los rumores de una Switch más potente y que apuntaba a los 4K. Y esta nueva OLED tendrá que navegar entre estas dos aguas, la de lo que algunos consideran que debería haber sido cuatro años después del lanzamiento original (2017) y las evidentes mejoras que aporta respecto a sus predecesoras.
Algunos miramos con escepticismo la nueva plataforma porque su interior, el del hardware, tal vez no llegaba con la revisión deseada. Y pensábamos que ya estábamos bien con nuestra Switch de 2019, que sin cambios de diseño mejoraba elementos como la duración de la batería. Pero es coger por primera vez una Switch OLED y cambiar el semblante. No estamos ante una revolución, pero sí delante de una evolución evidente del modelo de hace dos años con cambios estéticos y visuales que saltan a la vista, que se agradecen y que te hacen replantear el escepticismo original. Sigue siendo ligera, y se ve muy bien. Pero que muy bien.
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Una pantalla reluciente
La pantalla ha ganado en dominancia dentro del equilibrio del conjunto de la máquina, y esas siete pulgadas son lo primero que salta a la vista. El salto respecto a la Switch tradicional es relevante (de las 6,2 a las 7) y el cambio respecto a las 5,5 pulgadas de la Lite, todavía más acusado. Pero no es solo un tema de tamaño, y del hecho que el marco sea más fino (la consola apenas cambia de medidas) dando mayor sensación de terreno ganado, sino también de panel utilizado. OLED es el nombre que lo cambia todo a nivel de producto a la hora de comprar una u otra y no es baladí: dicha tecnología nos brinda unos colores mucho más intensos y con más brillo, permitiendo ver unos contrastes entre negros y claros más acusados. No hemos podido probar Metroid Dread, aunque aquí ya dejamos pinceladas de la combinación que sale a la venta el 8 de octubre.
Lo que sí que hemos hecho es probar distintos títulos destacados de la consola para ver cómo lucen, y el resultado es muy bueno. El primero, y el que más horas hemos jugado, es The Legend of Zelda: Skyward Sword HD. El título, originario de Wii, cuenta con una paleta muy viva en este remaster y eso se multiplica con la pantalla OLED. Seguramente los tramos más destacados que hemos podido disfrutar han sido precisamente los del Desierto y la Refinería Lanayru. Como sabréis (y sino, deberíais remediarlo, porque esa región es una lección magistral de diseño comparada incluso con muchas de las aventuras aclamadas de la actualidad), en esa zona Link encuentra una serie de interruptores que permiten cambiar la época temporal de la zona en cuestión. Y cuando viajamos al pasado, una tecnología avanzadísima y una vegetación repleta de vida inundan la pantalla. Y esos colores vivos de los robots y la tecnología que encontramos en Lanayru destacan con luz propia en la Switch OLED.
Pasa lo mismo con otras experiencias que hemos probado adrede. Van desde Smash Bros Ultimate, que agradece más diagonal de pantalla en combates con más de dos luchadores y que permite resaltar detalles y contrastes de los cambiantes escenarios que tiene le juego; hasta Super Mario Galaxy, que es un festival jugable, pero también un ejemplo de la vitalidad con la que se pueden mostrar sus colores con la plataforma. La verdad es que todo se puede resumir, de manera corta y al pie, en que todo luce mucho mejor. Y quien haya tenido una PS Vita en su momento o haya cambiado su televisor por uno OLED sabe de lo que hablamos.
Un rendimiento familiar
Pero las especificaciones técnicas de la consola son las que son, y aunque la decisión de mantener los 720p en pantalla portátil son entendibles y en cuestión de rendimiento-calidad, es más que suficiente (Steam Deck se quedará en los 1280x800 y GPD Win 3, la más potente posiblemente en el mercado, está también en 720p pero con una pantalla de apenas cinco pulgadas y poco), el hardware sigue manteniendo la estructura de 2017. Y eso significa que aquellos juegos que van a una resolución inferior, siguen ahí y que los problemas de rendimiento no se mejoran. Hyrule Warriors: la era del cataclismo se ve mejor que en Switch de 2019, pero no mejora ni a nivel de nitidez y resolución ni, tampoco, en un framerate que sigue bajando de 30fps con suma facilidad.
A nivel de batería, se mantienen las mejoras que vimos en el modelo de 2019, y por lo tanto la estimación de Nintendo va de las 4,5h a las 9h dependiendo del juego. En nuestro caso, Skyward Sword nos ha durado más de cinco horas sin cargar la consola, algo similar a lo que ya hemos visto en el modelo anterior.
Si pasamos a la conexión vía Dock, el resultado será el mismo que podríamos tener en otras ocasiones: lo bien que veremos los juegos dependerán de nuestro televisor y del rendimiento de los mismos. La plataforma permite apuntar a los 1080p y 60fps como máximo, como ya pasaba con los anteriores modelos. Es seguramente uno de los ‘pero’ que se le puede poner a Switch OLED: es una consola pensada para que la disfruten (disfrutemos) los que más horas juegan en modo portátil. Aquellos que usen y consideren Switch como algo solo sobremesa, apenas notarán diferencias, salvo un par de detalles en el dock.
El primero de ellos es la introducción, por fin, de un puerto LAN para conectar cable Ethernet de manera directa. Hasta el momento, la consola solo se podía conectar por WiFi para jugar en línea o teníamos que comprar un adaptador que, vía USB, permitiese conectar el cable en cuestión. Ahora viene de serie y eso siempre es de agradecer. Aunque parezca mentira, la inclusión de un puerto LAN es algo inaudito en la historia de Nintendo, ya que ni Wii U ni tampoco Wii lo llevaban de serie (ni mucho menos Gamecube o sus predecesoras, naturalmente).
El diseño del dock es blanco, con una tapa que se puede quitar fácilmente por detrás –donde va el HDMI, la fuente de alimentación y el puerto LAN- y mantiene los dos puertos USB laterales. Por cierto, hemos perdido por el camino un tercer puerto USB respecto al Dock original, y aunque puede parecer algo menor, en algunos casos puede ser un problema: si conectamos el adaptador de mandos de Gamecube para jugar a Smash Bros, que ocupa dos puertos, nos quedamos sin ningún otro si queremos conectar un mando por cable, cargar alguno, lo que sea.
Probando el nuevo puerto para conectar cable Ethernet hemos comparado lo que nos tardaba en bajar un juego con el dock de Nintendo Switch OLED (Astral Chain) versus el dock original de la consola de 2019 con el adaptador que compramos en su momento. Las diferencias son mínimas, ya que en el primer caso nos ha tardado unos 20 minutos y en el segundo, unos 23.
Siguiendo con el dock, éste tiene un espacio mayor entre sus paredes cuando colocamos la consola, algo que en las primeras versiones provocaba que se pudieran hacer rayadas en la consola según como se introdujese.
Cuestión de diseño: todo es compatible
Nintendo se ha cuidado y mucho de mantener una línea y un tamaño muy similar a la plataforma original, y apenas contamos con tres milímetros más de longitud entre uno y otro formato, lo que hace que las fundas protectoras que hemos usado hasta el momento siguen siendo vigentes. A nivel de peso, la versión de 2019 pesa unos 398 gramos con joy-cons y la OLED un total de 420 gramos, algo inapreciable y que sigue siendo un peso muy por debajo de lo que otras máquinas están intentando conseguir. Volviendo a dos ejemplos que tenemos a mano, la GPD Win 3 se mueve por encima de los 500 gramos y la futura Steam Deck, por encima de los 600. El hecho de solo cambiar mínimamente la anchura permite que todos los joy-cons sean compatibles y se emparejen con la misma facilidad de siempre. Os dejamos una tabla comparativa de los tres modelos de Switch actuales a continuación:
Especificaciones oficiales de las tres versiones de Switch
Nintendo Switch (2019) | Nintendo Switch Lite | Nintendo Switch OLED | |
Dimensiones | 102 mm x 239 mm x 13,9 mm | 91,1 x 208 x 13,9 mm | 102 x 242 x 13,9 mm |
Peso | 297 g (398 g con Joy-Con) | 275 g | 320g (420g con Joy-Con) |
Pantalla | Pantalla LCD táctil de 6,2” (720p) | Pantalla LCD táctil de 5,5” (720p) | Pantalla OLED táctil de 7" (720p) |
Salida de vídeo | 1920x1080p @ 60 FPS | — | 1920x1080p @ 60 FPS |
Procesador | Nvidia Tegra X1 | Nvidia Tegra X1 | Procesador Tegra Nvidia |
Memoria Interna | 32 GB | 32 GB | 64 GB |
Batería | 4310 mAh | 3570 mAh | 4310mAh |
Conectividad | Wi-Fi; NFC; MicroSD; Bluetooth 4.1 | Wi-Fi; NFC; MicroSD; Bluetooth 4.1 | Wi-Fi; NFC; MicroSD; Bluetooth 4.1 |
Puntos clave | Joy-Con desacoplables; juego en TV | Solo juego portátil | Joy-Con desacoplables; juego en TV |
Precio | 329€ | 219€ | 349€ |
Nintendo aseveró que no había introducido cambios en el diseño de los mandos, algo que de cara al temido drift de los joysticks puede ser decepcionante. Puede ser cierto que no haya cambios o que los haya y no se hayan comunicado porque tiene procesos judiciales abiertos y no sería inteligente admitir que existe de manera crónica y global dicho error. En todo caso, no hemos jugado tantas horas como para saber si sucederá o no, como sí nos ha pasado con algunos de los joy-cons que tenemos en casa.
Otro cambio en el diseño de la consola tiene que ver con la pestaña posterior de la misma, que ahora es una placa que ocupa casi todo el ancho de la consola, es regulable a distintas graduaciones y sobre todo, mucho más estable y consistente que la pestaña de la consola original. Nos ha dado mucha mayor sensación de seguridad. Además, la ranura para la tarjeta micro sd ahora es en posición lateral, y se amplía el almacenamiento interno a 64 gigas, que se agradece pero que no va a evitar comprar una tarjeta si somos de comprar varios juegos digitales.
Por último, mención para los altavoces de la consola, que suenan con bastante más potencia y claridad que los anteriores si jugamos sin auriculares, que con la última actualización ya se permiten conectar vía Bluetooth.
Conclusión
Nintendo Switch OLED supone un avance importante para el usuario de la consola en modo portátil. Las 7 pulgadas de pantalla y la tecnología OLED hacen que simple y llanamente los juegos que ya conocemos brillen más y luzcan mejor por tamaño y por unos colores más intensos, más vibrantes. En la comparación directa, el cambio es evidente. La consola, además, cuenta con algunas mejoras como una pestaña posterior mucho más robusta, unos altavoces más nítidos y la incorporación, por fin, de puerto LAN en el dock. Todo ello sin sacrificar tamaño ni peso, que se mantiene muy similar a la versión anterior. Pero a su vez, Nintendo Switch OLED es una revisión que mantiene la estructura interna de 2017, y eso significa que no ganamos en resolución ni en rendimiento allá donde Switch ya mostraba sus limitaciones. Además, para el usuario sobremesa tiene poco sentido dar el salto. Como nueva Switch portátil, las mejoras saltan a la vista, son atractivas y es un producto superior a lo que teníamos a día de hoy, aunque sigue estando lejos de la revisión que podríamos esperar a nivel tecnológico 4 años después del lanzamiento original.