Deathloop, análisis. En busca del bucle perfecto

Arkane lo ha vuelto a hacer. Los creadores de Dishonored nos vuelven a poner a los mandos de un título atípico, que retuerce el concepto de aventura clásica para mostrarlo desde una perspectiva diferente. Deathloop tiene una estructura más tradicional de lo que muchos piensan. Olvidad las voces que apuntaban al roguelike: estamos ante un juego tradicional, solo que se desenvuelve de una manera fresca.

La búsqueda del bucle perfecto se sostiene en base al misterio que encierra Blackreef. Cuatro distritos, ocho Visionarios y un protagonista con muchas preguntas y pocas respuestas. Colt es una extensión del jugador; al mismo tiempo iremos encontrando sentido a las piezas de este complejo puzle. Pero el éxito de la propuesta va más allá del excelente diseño de niveles: simplemente es divertido de jugar. La estructura del combate había sido una de las asignaturas pendientes del equipo. Desde la fluidez hasta qué transmite al apretar el gatillo, pocas (por no decir ninguna) barreras se interponen entre tu decisión y el resultado tras la pantalla. Así es uno de los juegos que no debes perderte en 2021.

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Las cosas, claras: así funciona el bucle de Deathloop

Por si algún despistado todavía no conoce el contexto de Deathloop, encarnamos a Colt, una persona ducha en combate que despierta cada mañana en la orilla de una playa. Poco a poco se da cuenta de que esta repetición no es casual: está encerrado en un bucle liderado por una serie de personajes clave. Los Visionarios, como se les denomina, disfrutan del bucle viéndole morir una y otra vez.

Hay una mezcla entre perversión y sátira en esta especie de obra teatral interactiva. Somos el juguete, por así decirlo, de unos personajes que por alguna razón saben quién es Colt. Por tanto, el objetivo del guerrero (ergo, nosotros) será poner punto final al bucle. La empresa no será sencilla: debemos acabar con los ocho Visionarios de una sola tacada, es decir, lograr la run perfecta a medida que comprendemos cómo funciona el escenario.

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Cada bucle se distribuye en el marco de un día completo a través de cuatro tiempos diarios concretos: mañana, mediodía, tarde y noche. Los cuatro distritos de los que se compone Blackreef cambian sensiblemente sus oportunidades jugables según la hora en la que nos adentremos. De noche, por ejemplo, Updaam celebra un fiestón por todo lo alto, lo que descubre un complejo en la parte norte de la zona. Si eliges hacerlo a la mañana, la zona estará clausurada en pos de otros lugares.

Todo tiene su repercusión en el mundo. En la práctica, los distritos actúan como un gran nivel interconectado entre sí en base a las acciones que realicemos. A medida que vayamos recabando información, iremos ganando conocimiento sobre qué elementos debemos tocar para que jueguen a nuestro favor no solo en el corto plazo, sino a la larga. Otro de los ejemplos que aclaran este concepto pasa por hacer que los planes de algunos Visionarios se echen a perder y busquen interactuar con otros… al mismo tiempo.

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Al inicio del texto apuntábamos al tipo de estructura sobre el que se desarrollan los acontecimientos. Durante los intermedios, tras huir de un distrito y pasar a la siguiente hora, podemos acceder al panel de pistas de Visionarios, donde se encuentran todas las cadenas de misiones disponibles en ese momento. Funciona como un juego tradicional. Debes ir cumpliendo los objetivos marcados para progresar en la historia y poder tener todas las herramientas disponibles que te permitan completar el bucle perfecto.

Varias cosas a puntualizar: el bucle perfecto es posible a la conclusión de todas las cadenas de misión. Desde el inicio del juego no se puede completar, sino que debes dar varios pasos hacia adelante para poder tener la perspectiva completa. Tampoco podemos pasar por alto el tiempo, uno de sus factores clave. Una vez dentro de un distrito el tiempo no correrá en tu contra. Los eventos se irán desplazando con normalidad dentro de él, pero la hora del día se mantiene fija. Al finalizar el día, todos los Visionarios muertos, eventos realizados y demás volverán a su estado original a la mañana, salvo la información que hayas recabado, entre otros elementos que no desvelaremos. Olvidad ayudar a tus amigos con las contraseñas: todas se generan aleatoriamente por cada jugador.

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Solo podrás guardar partida en el menú de preparación, tras huir de una zona por los túneles. Puede que algunos usuarios tengan ciertos recelos de esta decisión: sin puntos de control en plena misión, el riesgo está a la vuelta de la esquina. En ningún momento se siente como algo negativo, al contrario, esto te permite improvisar si tu plan sale mal. Las zonas jugables tienen una extensión suficiente para que se puedan jugar en partidas cortas. ¿Tienes 15 minutos? Te metes en una zona, matas a un Visionario, recoges la recompensa y te vuelves por donde has venido. Cada vez que estés a los mandos de Colt recibirás una bonificación que te permita seguir creciendo.

Residuo, el mejor compañero de Colt

Parte del reinicio se lleva por delante el armamento que hayas obtenido durante tu última incursión… salvo cuando el residuo intercede por nosotros. En el primer par de horas se nos introduce a esta mecánica que posibilita desarrollar el poder de Colt a medida que exploramos los distritos y cumplimos sus objetivos. Esta moneda de canjeo nos permite mantener para siempre las armas, ingenios, habilidades y mejoras del armamento que queramos. Es un seguro vitalicio una vez pones la suma necesaria.

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El residuo se obtiene de diversas fuentes. La forma más fácil de acceder es permanecer atento a los objetos corruptos que hay por el mapa, que das cuenta de ellos al verlos difuminados. Por otro lado, al matar a un Visionario deja en su cadáver un rastro importante del mismo material: aprésalo y suma tu montante a la cartera. Una vez comprendemos las diversas fuentes donde conseguirlo, la curva de dificultad se alivia un poco. Si optimizas tus bucles, puedes lograr una buena cantidad. Eso sí, el residuo que almacenes se reiniciará al final del día, por lo que te conviene gastarlo antes de cerrar.

El desarrollo de Colt como personaje es fundamental para lograr el éxito en nuestra misión. Comenzamos sin habilidades, con un par de ingenios y un subfusil que se encasquilla habitualmente. A medida que vayamos matando a Visionarios, iremos obteniendo sus habilidades y mejoras, que luego podremos poner en práctica en cualquier bucle tras hacer lo propio con el residuo.

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Todos los elementos de mejora de personaje están ligados al habitual sistema de rareza por colores. Como es lógico, cuanto mayor sea su valor, mayores beneficios nos reportarán y más alta será la cantidad de residuo a pagar. Una vez comprendemos cómo funciona, pensarás en algunos bucles como una forma en la que recabar mejoras del inventario que te permitan ir un poco más allá la próxima vez.

Poder correr en silencio, sobrevivir al gas tóxico o dar un doble salto son algunos de los ingenios disponibles, bonificaciones pasivas que cambian por completo qué podemos hacer en algunos escenarios. Siguiendo con ese ejemplo, algunas zonas están plagadas de esa toxina verde: gracias a su descubrimiento podremos utilizarlo a nuestro favor. Deathloop está repleto de estos pequeños giros que cambian por completo lo que podemos hacer en un distrito.

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Las habilidades recordarán inevitablemente a ciertos poderes de la franquicia Dishonored. Quiebro es un clásico. Con él podremos viajar a cierta distancia con solo el chasquido de los dedos. Éter, en cambio, nos permite volvernos invisibles durante un periodo corto de tiempo. Una vez logras introducir sus mejoras pasivas, el juego gana en profundidad. A quiebro puedes añadirle una mejora que te permite intercambiar tu posición con la de un enemigo. Las variantes están sobre la mesa para que las vayas descubriendo por ti mismo.

Muerte a la muerte: Julianna entra en juego

La comunidad no habrá pasado por alto la figura de Julianna, que en numerosas ocasiones se ha presentado como el auténtico némesis de Colt. La joven juega un papel diferente al del resto de Visionarios. Puede invadirte en todos aquellos distritos donde tengas un objetivo a eliminar. Al comienzo del juego puedes elegir entre tres tipos de invasión: online, entre amigos y un jugador. El primero te permitirá enfrentarte a cualquier Julianna controlada por un jugador real; el segundo, en cambio, restringe la invasión a aquellos que tengas agregados en tu lista de amigos y que quieran invadirte en el momento concreto en el que juegues; un jugador elimina la interacción a través de la red, y será la inteligencia artificial quien se encargue de controlar a la asesina.

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Julianna cuenta con algunas diferencias frente a Colt. Solo tiene una vida, puede disfrazarse de cualquier eternalista (los enemigos básicos) y su método de progresión le permite obtener mejores armas más rápido. Cuando decides jugar como Julianna, podrás desarrollarla en base a los hitos, desafíos acumulables que otorgan una puntuación al finalizar la invasión. Tras un par de invasiones verás que ya cuentas con equipo legendario.

Cuando entra Julianna en juego desde la perspectiva de Colt, Deathloop se convierte en el juego del gato y el ratón. Cuenta la pillería, la astucia, el conocimiento de tu alrededor. Es divertidísimo poder engañar a la joven ocultándote entre el escenario. Juegas acongojado, sabiendo que en cualquier esquina puede estar rifle en mano. Y si lo haces desde la perspectiva de la asesina, las transiciones son rápidas. Una vez encuentras partida apenas toma unos pocos segundos estar dentro del mapa. Derrotarla te permitirá hacerte con su residuo, las habilidades que llevase equipado y las armas en su poder. Merece la pena el riesgo.

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Cuando juegas con amigos descubres que realmente puede funcionar como un cooperativo enmascarado en el típico PVP. Podéis unir fuerzas para colaborar en la muerte de los Visionario. Al invadir, Julianna no es hostil contra las fuerzas enemigas, pero si opone resistencia pasarán a darle caza. Si lo prefieres, puedes ayudar a Colt a que tenga éxito en su misión. La posibilidad está ahí.

Frente al gatillo: de la pantalla al mando

En el caso de que se dé un duelo, la presencia de esta mecánica no sería igual sin un control fluido. Como decíamos durante el arranque del análisis, para que Deathloop funcione era clave que nuestras decisiones se trasladaran con precisión. Da gusto huir de un grupo de enemigos escalando por barandillas, utilizando poderes, deslizándote por obstáculos y disparando sin que nada entorpezca las acciones.

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El gunplay (las sensaciones al apretar el gatillo) son buenas, aunque de base abusa del efecto autoapuntado cuando utilizar la mirilla de hierro. Cuando pasas el puntero sobre el enemigo, apenas hay magnetismo, sino que el juego supedita al primer zoom gran parte de su ayuda. Por tanto, cuando juegas contra otro jugador humano, la táctica ganadora es inevitable, aporrear el gatillo de apuntado en cuanto se vaya de nuestro radio de acción. Esto podéis configurarlo desde el menú ajustes, donde encontrarás una amplia variedad de opciones ligadas al control.

Las armas ganan presencia por ser una reinterpretación creativa made in Arkane. Unas pistolas duales pueden acoplarse para formar un demoledor subfusil a ráfagas. Otro, por ejemplo, añade balas explosivas a un trabuco de una sola bala. Encontrarás una variedad suficiente de pistolas, ametralladoras, rifles de precisión y escopetas durante tu estancia. De hecho, uno de los grandes objetivos secundarios es poder hacerte con todas las armas legendarias… y hasta ahí podemos leer.

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La presencia del DualSense ayuda a transmitir con fidelidad lo que ocurre al apretar el gatillo. Tanto los gatillos adaptativos como la retroalimentación háptica toman parte al usar el armamento. Si un arma se encasquilla, los gatillos se bloquean de verdad hasta que consigues ponerlo en marcha. En otras ocasiones, disparar una ametralladora hace mover el gatillo bala tras bala. Puedes descubrir la localización de una explosión por el lugar donde vibra el mando. Junto a Returnal, Deathloop es de los títulos que mejor aprovechan sus capacidades en lo que llevamos de 2021.

La versión de PS5 permite activar uno de los tres modos gráficos disponibles, entre calidad visual, trazado de rayos y rendimiento. En nuestro caso nos hemos decantado por este último, que combina la resolución 4K dinámica con 60 imágenes por segundo sólidas. En el resto de modos el framerate se mantiene constante. Calidad visual mejora el músculo gráfico, pero el objetivo de 60 fps baila demasiado. La inclusión del RT en este caso capa la imagen a 30 fps; la mejora no es tan alta como para perder fluidez en la imagen.

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Se mantiene la fuerza artística, uno de los sellos de las producciones de Arkane. El equipo nos sumerge en una versión del estilo de los años 60 con algunos de los ingenios retrofuturistas. Los escenarios están repletos de detalles. Como se dice vulgarmente, “es un derroche” visual, que al mismo tiempo toma parte en la resolución de varios de los puzles presentes.

IA, una de cal y otra de arena

La inteligencia artificial es un tanto inconsistente. Cuando pasas inadvertido, puedes asesinar por la espalda a los enemigos sin que sus compañeros a su alrededor adviertan el sonido. En algunos momentos tienen demasiado en cuenta el campo visual; en otros, el ruido de nuestras pisadas les advierte. Es fácil que te vean a distancia, pero al mismo tiempo el sonido no tiene la misma influencia en todas las situaciones.

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Sin embargo, en otras fases de la alerta funcionan realmente bien. Si un eternalista te descubre, pegará voces a sus compañeros para que vengan en su ayuda, y si se encuentran solos harán lo propio con un walkie talkie. Hay un cierto desfase entre quien te descubre y la alerta del resto del grupo, lo que da pie a que el sigilo sirva incluso cuando queremos ser algo más ofensivos.

De los momentos malos de la IA pasan a otros que sorprenden para bien. Si huyes de un grupo que va en tu búsqueda, dejarán atrás su estancia inicial para patrullar la última zona conocida. Si has muerto allí y quieres recuperar tu residuo, tendrás que ingeniártelas para no volver a estar inmerso en una tormenta de plomo.