Tales of Arise, impresiones finales. Grandes sensaciones

Tales of Arise vuelve a pasar por nuestras manos. La nueva entrega de la longeva saga de Bandai Namco nos ha permitido volver a probar de manera anticipada algunas horas de la aventura, esta vez desde sus primeros compases. Las sensaciones que deja tras esta larga sesión son de un producto completo, entero, que se toma en serio a sí mismo a la hora de narrar la épica por la que pasarán sus protagonistas. Así ha sido nuestra segunda incursión por el mundo de Dahna.

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Obligados a entenderse

El principal enfoque de la build a la que hemos tenido acceso apunta a los inicios de Tales of Arise, en esos momentos donde comienza a perfilarse la base de la historia. La situación del mundo es desoladora. Sus habitantes viven bajo el yugo de Rena, un régimen que se extiende durante varios siglos por cuestiones que no revelaremos. En esas primeras horas de partida controlamos al misterioso espadachín Alphen, uno de tantos esclavos que pican piedra día sí y día también.

La situación de Alphen es un tanto peculiar, bien sabida por sus compañeros de poblado. No guarda recuerdos de su pasado, ni tampoco siente dolor. Su principal ventaja es al mismo tiempo su mayor debilidad. Aprovecha esa ausencia para levantarse antes las injusticias cotidianas que ve hacer a los soldados de Rena; siempre mantiene ese espíritu de resistencia, de levantarse y no conformarse con la situación a su alrededor.

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El retrato de estas primeras horas es crudo, poco tiene que ver con los tópicos del género. Sí, al fin y al cabo de alguna forma hay elementos que se comparten, pero la narrativa refleja querer ir un poco más allá del concepto heroico al que nos tienen acostumbrados. Una vez aparece Shionne, la segunda en discordia, el guion comienza a fluir con mayor soltura.

Y es que tanto Alphen como Shionne necesitan ayudarse el uno al otro para cumplir sus objetivos. Uno pertenece a Dahna; la otra, en cambio, es natural de Rena. Ambos mundos colisionan habitualmente en costumbres, carácter, incluso la manera de hacer. Lo vemos más allá de las escenas marcadas por el transcurso de la acción. Durante la exploración tenemos la posibilidad de activar conversaciones opcionales, que aparecen en formato viñetas de cómic, por así decirlo.

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Al ser naturales de los dos principales prismas sobre los que se debate el mundo, es habitual encontrar diálogos que enriquecen el trasfondo, incluso desde el propio escenario. Como decíamos al inicio, la narrativa se toma en serio sin florituras. Engancha por temas como el choque culturar entre los protagonistas, algo que enriquece constantemente al hilo principal.

Un mundo hostil

Las porciones jugables de esta demostración permitían leer entre líneas a qué aspira la exploración de Tales of Arise. Por momentos sorprende que el jugador toma el control de la misión desde el inicio. Nos explicamos: algunas tareas opcionales (incluso de las misiones de historia) no cuentan con ningún tipo de marcador. Debes leer la descripción de la misión y escuchar la conversación de quien te la da para comprender qué buscamos y dónde podemos encontrarlo.

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Estos momentos fueron los mejores de la sesión cuando se nos permitía explorar con libertad el área del prólogo. El título no toma la mano del jugador siempre, sino que en varias ocasiones te empuja a que seas tú quien de los pasos adecuados para completarla. Y lo cierto es que funciona muy bien. Una de las misiones, por ejemplo, nos animaba a visitar una especie de minimazmorra. Dentro no había señales identificativas que guiaban el paso, sino que teníamos que buscar verdaderamente el objeto que se nos requería… y alguna cosa más opcional que no desvelaremos.

La ciudad inicial es, digamos, el nexo que une las principales áreas de exploración a este lado de Dahna. Allí atenderemos a los lugareños y podremos ampliar el inventario con nuevas piezas de equipo, incluidos los servicios del siempre solicitado herrero. En esta sección inicial de la aventura pica poder lanzarte más allá de los muros para encontrar objetos que te ayuden en el viaje. Pica sobre todo por lo rápido y ágil que se siente a los mandos. El bucle entre combate y búsqueda de recursos funciona realmente bien.

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Sobre el combate, en cambio, necesitamos conocer cómo se siente una vez se introduzcan nuevos personajes al grupo y nos enfrentamos a algo más que las criaturas básicas. Funciona como un juego de acción al uso. Puedes dar estocadas rápidas que actúan como enlace a las habilidades activas, que se realizan pulsando su botón correspondiente en el mando. Eso consumirá cristales de acción, por lo que debes esperar un breve margen de tiempo para poder volver a realizarlas; de hecho, el juego anima a que busques combinaciones entre ellas, ya que otorga bonificaciones a la tasa de refresco. Atacar, evadir, cargar y repetir.

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Acertando ataques iremos llenando la barra de ataque especial del personaje, esta vez activada desde la cruceta. Funcionan en paralelo a las habilidades activas, solo que estas tienen un alcance superior. Por fotografiar una de ellas, Shionne lanza un disparo en área que puede realizar daño a dos enemigos o más al mismo tiempo. Aunque en los arquetipos básicos sea un mero trámite, cuando nos enfrentamos a jefes gana algo más de miga. Nos mantenemos expectantes.

Rumbo al mercado

Tales of Arise no solo toma fuerza a los mandos; también gana a través de la pantalla. En muchas ocasiones la compañía ha hablado del Atmospheric Shader, un nuevo tipo de shader que emula la estética anime y las ilustraciones a acuarela. Pese a que nuestra sesión se realizó mediante un programa de streaming, el título saca músculo gráfico. Han logrado captar la esencia del estilo anime sin sacrificar potencia visual. Es realmente vistoso.

Esta build nos deja grandes sensaciones, desde la narrativa hasta la exploración. Queda comprobar si podrá mantenerse a lo largo de las horas a este nivel. Por su parte, Tales of Arise tiene previsto su lanzamiento el próximo 10 de septiembre en PS5, PS4, Xbox Series X|S, Xbox One y PC.

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