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The Elder Scrolls Online: Blackwood

The Elder Scrolls Online: Blackwood

Compañeros a otro nivel

Elder Scrolls Online: Blackwood, Análisis PC. Un portal a Oblivion

Visitamos la región de argonianos e imperiales que nos ofrece el mmorpg Elder Scrolls Online en su expansión Blackwood. Disponible ya para PC y consolas.

A falta de que sepamos algo más de Elder Scrolls VI desde su anuncio en 2018, Bethesda y Zenimax Online siguen inflando a contenido a su juego en línea más exitoso; The Elder Scrolls Online. Hasta la fecha hemos visitado Morrowind, Arteum, la preciosa región de Elsweyr e incluso Skyrim gracias a su última expansión; Greymoor.

En esta ocasión, como suele ser habitual en el videojuego de género mmorpg, tocaba adentrarse en otra aventura anual que han llamado Elder Scrolls Online: Blackwood, en la que se han añadido diversas mejoras jugables y una nueva región que explorar. A eso hay que sumarle mejoras visuales y técnicas para las versiones de última generación como lo son PlayStation 5 y Xbox Series X|S.

Gates of Oblivion

En Elder Scrolls Online: Blackwood los jugadores podrán profundizar en una historia que ocurrió hace cientos de años en la que el príncipe daédrico Mehrunes Dagon tiene mucho que ver. Un asesinato, pactos y el enfrentamiento entre la raza argoniana y la imperial serán algunas de las claves más importantes en la historia de esta aventura anual.

Para profundizar en ella el jugador debe adentrarse, gracias a un nuevo tutorial para nuevos usuarios, en la región que da nombre a la expansión; Blackwood. Pantanos, la impresionante ciudad de Leyawiin, nuevos enemigos daedricos, desafíos y nuevos jefes de zona impedirán que descubramos el secreto que esconde Mehrunes Dagon.

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La nueva historia sigue la estela de otras ya vividas anteriormente en lo que a jugabilidad respecta. El arco argumental se recoge en un único episodio que nos lleva de aquí a allá durante 25 horas aproximadamente. Una vez se complete, que suele ser más rápido de lo que te hubiera gustado, se puede continuar nuestra travesía por la zona completando misiones secundarias que, como viene siendo norma en ESO, son muy interesantes y realmente trabajadas. Algunas incluso más que la historia que da pie a la nueva expansión.

Las actividades que se pueden desarrollar en Blackwood son las típicas que llevamos haciendo desde el juego base. En esta ocasión Zenimax Online ha añadido nueve nuevas mazmorras públicas, otra para grupos, nuevos duros enemigos —también conocidos como World Boss— o una nueva mazmorra de banda para 12 jugadores con dos modos de juego. A lo largo del año se añadirán nuevos capítulos que seguirán ampliando la historia original así como aumentar el número de mazmorras de grupo.

En esta aventura anual hay dos novedades muy importantes, una de ellas casi vital para que el juego sea todavía aún más disfrutable para aquellos jugadores ocasionales o que prefieran ir en solitario por el mundo. Hablamos de los compañeros, unos personajes no jugadores controlados por la inteligencia artificial del juego con los que podemos completar casi cualquier actividad del mapa en solitario. Habrá que relacionarse con ellos, contestar a preguntas, equiparlos con armaduras específicas para ellos, asignarles habilidades y ofrecerles nuestra confianza. Suena extraño, pero si este compañero se irrita o enfada con el jugador, podemos decirle adiós durante un tiempo ya que no acudirá a nuestra llamada.

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Lo mejor es que dichos compañeros, de dos disponibles y obtenibles completando sus respectivas misiones, pueden acompañarnos en una mazmorra de grupo junto a otros jugadores y en muchas ocasiones desempeñan un papel extraordinario. Este es un añadido estupendo para no sentirnos solos en el vasto mundo de Elder Scrolls Online y una característica muy similar a la que Final Fantasy XI implementó hace ya muchos años.

La segunda novedad son los eventos de mundo. En el juego base teníamos las Dark Anchor, en Elsweyr los dragones y en Greymoor las Harrowstorms. En Blackwood se le ha dado un giro a la tuerca para traer al juego portales de Oblivion en los que al cruzarlos, se nos lleva a las Deadlands, el hogar de los daedras. A modo de mazmorra, de menor tamaño y bastante dura si se intenta superar en solitario o con compañero, una serie de enemigos intentan hacernos morder el suelo. En estas instancias como habitualmente se les llama, se incluyen enemigos realmente duros y una suculenta recompensa final en forma de equipo, dinero o útiles.

Lo cierto es que ambas novedades arriba citadas dan un merecido soplo de aire fresco a la jugabilidad pues con Greymoor, a pesar de ser una expansión fascinante, se volvían a repetir mecánicas y jugabilidad que ya empezaban a encontrarse obsoletas. Los compañeros son un añadido estupendo que cambia completamente la forma de jugar a ESO mientras que los portales de Oblivion renuevan la típica mecánica de oleadas que veníamos viendo desde el juego base.

Sobre el juego se han aplicado mejoras, correcciones en errores, balance de clases y Zenimax sigue empeñada en mejorar todo lo posible su infraestructura online y de archivos. Es algo que siempre tienen en mente y que los jugadores habituales suelen vivir de primera mano en cada gran actualización. El compromiso tanto con sus usuarios como con Elder Scrolls Online ha sido siempre encomiable.

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Para finalizar con las novedades, no podemos olvidar el avance del sistema de antigüedades con respecto al juego o una interesante novedad que permite a los jugadores hacer misiones diarias de forma más cómoda. En el nuevo panel de misiones diarias o Endeavors —como se llama ahora— podemos ver hasta seis peticiones diarias y semanales y al completar tres de ellas se nos dará una moneda con la que podemos comprar cajas de coronas desde la propia tienda del videojuego.

Terreno pantanoso

Si bien cada capítulo en Elder Scrolls Online, en esta ocasión Blackwood, nos invita a descubrir nuevos parajes a cada cual más bello, en esta actualización los escenarios son algo menos impresionantes que en anteriores expansiones. Siguen una tónica algo más conformista y demasiados terrenos son muy similares a otros que ya contenía el juego base. No esperábamos la bella de Elsweyr o Summerset, ni siquiera un paraje tan querido como el que nos ofrecía Greymoor, pero sí algo con lo que enamorarnos. Si esperáis encontrar un apartado gráfico que os quite el hipo o nuevos efectos visuales, en Blackwood no los encontraréis.

Con la música pasa tres cuartos de lo mismo. Hay temas muy buenos, en este ámbito el equipo de Zenimax lo borda en cada expansión, pero al igual que en el apartado gráfico es demasiado continuista. Blackwood no pasará a la historia precisamente por sus dotes en lo técnico ni tampoco por su traducción al castellano, que Zenimax Online y Bethesda se sigue resistiendo a incluir en su mmorpg.

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Aunque el videojuego ha añadido varios sistemas interesantes, notamos algo de cansancio o dejadez a la hora de alterar todo lo que significa ESO. Nos da la impresión de que crear una expansión y sus contenidos en un año —o poco más— deja nulo espacio para innovar en el videojuego, lo que termina afectando tanto a su diseño como a la jugabilidad. La hoja de ruta sigue siendo la misma año tras año, sin sorpresas, y los jugadores necesitan que el videojuego se renueve en muchas áreas, como la de poder mejorar su equipo con nuevos niveles y desafíos. El contenido a nivel alto es efímero más allá de repetir una única raid y un par de mazmorras que los jugadores terminan en sus dos modos de dificultad en una tarde.

No es algo nuevo en esta industria, la franquicia Assassin’s Creed tuvo que cesar en su empeño de desarrollar un juego al año viendo cómo este pensamiento afectaba en demasía a sus títulos. Esto es quizás lo que necesita ESO para no dar esa sensación que nos ofrece el siempre socorrido meme de Carl de GTA San Andreas. ESO necesita otra filosofía, tiempo para macerar sus ideas, cambiar su obsoleta hoja de ruta y ofrecer al jugador un cambio radical nunca antes visto en este título. Quizás de este modo se les ocurrirían nuevas formas de entretener al usuario, escenarios más trabajados, tramas más desarrolladas, nuevo contenido de alto nivel y formas de poder superar ese límite en los niveles.

Conclusión

The Elder Scrolls Online: Blackwood continúa descubriendo terrenos antes inexplorados en el mundo de Elder Scrolls. La trama es muy interesante y la característica Companions es un muy buen añadido que puede dar mucho juego. Sin embargo se empieza a notar cansancio en la inyección de contenido y se olvida de ofrecer revulsivos tanto en lo gráfico, pasando por el sonoro como en lo jugable.

Lo mejor

  • El sistema de compañeros.
  • Las nuevas misiones diarias y semanales.
  • Los eventos de mundo.

Lo peor

  • El diseño de los escenarios para nada sorprende.
  • El añadido de contenidos anuales empieza a lastrar más que sumar.
7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.