Wonder Boy: Asha in Monster World
- PlataformaNSW7PS47PC7
- GéneroAcción, Plataformas
- DesarrolladorSTUDIOARTDINK
- Lanzamiento28/05/2021 (NSW, PS4)29/06/2021 (PC)
- TextoEspañol
- EditorININ Games
Wonder Boy: Asha in Monster World, Análisis Nintendo Switch
Wonder Boy vuelve a la vida con su cuarta entrega, Asha in Monster World. La reimaginación de un clásico de los 16 bits aterriza en PS4 y Nintendo Switch.
Una de las sagas más queridas de finales de los 80 y principios de los 90, está de vuelta en consolas con una reimaginación de un clásico de culto; Wonder Boy: Asha in Monster World. O lo que es lo mismo, el cuarto capítulo —quinto en la franquicia— de una marca que comenzó su periplo en formato arcade.
Y es algo que celebrar, puesto que el Wonder Boy IV original, exclusivo de territorio nipón, fue la quizás aventura más completa y mejor diseñada de toda la saga, y ahora tenemos la suerte de volver a disfrutarla completamente renovada aunque manteniendo todo aquello que la hacía grande. Preparad el petate porque volvemos a meternos de lleno en una aventura fantástica tanto en PS4 como en Nintendo Switch, la versión que hemos analizado.
El periplo de Asha
Ya apuntábamos que Wonder Boy: Asha in Monster World mantenía todo lo visto anteriormente en el juego original publicado en 1991 para la consola de 16 bits SEGA Mega Drive. Esto quiere decir que la historia también es la misma, con Asha, una joven aspirante a guerrera, de protagonista. Tras pasar una pequeña mazmorra a modo de tutorial, Asha se convierte en la defensora de su tierra natal, aunque unos acontecimientos próximos a este evento harán que también deba ser la guerrera de todo Monster World, el mundo en el que se ambienta la saga.
Su viaje comienza en Rapadagna, el corazón de Monster World. Allí ve cómo los cuatro espíritus elementales han sido capturados y es ella, por petición de la reina Purapril XIII, la que debe liberarlos si no quiere que el mundo sea dominado por una fuerza oscura. Sin embargo Asha no estará sola pues en Monster World habitan unas curiosas criaturas llamadas Pepelogoo, y es una de ellas, de un color diferente al resto —azul— , la que viajará a su lado para ayudarla en su aventura.
A lo largo de cuatro escenarios —seis en total si contamos el prólogo y una sorpresa final— con un desarrollo lineal y característico de la época y con sus jefes de final de mazmorra, Asha visitará entornos tan dispares como un desierto egipcio congelado, un palacio en el cielo o el interior de un volcán entre otros. Poco ha cambiado también en estos entornos salvo la nueva e importante actualización gráfica con la que se ha confeccionado este remake. Plataformas, puertas, cofres o enemigos se ubican tal cual se encontraban en el título original. No hay sumas y restas en este sentido, sólo renovaciones visuales.
En nuestra batalla particular Asha podrá equiparse con espadas, escudos y pulseras que mejorarán sus estadísticas, obtenibles a través de los tenderos de la ciudad principal. Las espadas además cuentan con novedades con respecto al título original ya que pueden cargarse mágicamente para después asestar un golpe más potente a los enemigos. Los escudos, por otra parte, ofrecen protección mágica contra elementos y algunos de ellos activan en ocasiones un escudo mágico que previene el daño elemental.
Las máquinas de venta de pociones, elixires y raíces también están de vuelta. Se ubican en lugares estratégicos de cada mazmorra y ofrecen pequeños respiros al jugador por un pequeño número de monedas. Son muy útiles en cualquiera de los dos modos de juego —fácil y normal— , especialmente en el más duro. No obstante es una aventura muy asequible y no debería de ser un problema para ningún jugador el completarla.
Hay otra diferencia con respecto al original de Mega Drive que comentar, y es que Asha pierde aquí un movimiento característico que tenía en 1994; la carrerilla o “dash”, como se suele decir actualmente. Gracias a los controles analógicos de hoy en día, no era necesario dicho movimiento ya que según la fuerza que imprimimos en la “seta” Asha se desplazará más o menos despacio.
Nuestro Pepelogoo azul volverá a ser de vital importancia en nuestra heroica gesta pues este peludito es capaz de darnos un salto adicional, apaciguar el fuego, convertirse en bloque de hielo o de darnos la capacidad de planear por el escenario. Y no solo eso, en cierto momento de la aventura tendrá especial importancia, por lo que es muy fácil cogerle cariño rápido.
Desgraciadamente y aún sin haber jugado al título original, la duración de Wonder Boy: Asha in Monster World es escasa. Estamos hablando de unas cuatro horas para completar el juego casi a la perfección y un máximo de seis si queremos obtener todos los coleccionables. Por suerte y a diferencia del videojuego que disfrutaron los japoneses en los 90, una vez terminada una mazmorra podemos volver a ella para recolectar todo aquello que hayamos dejado atrás así como guardar la partida en cualquier momento.
Como extra, las versiones físicas del videojuego traen una copia del original que, a pesar de no haberla recibido en nuestras oficinas, hemos podido disfrutar y utilizar para comparar cómo ha evolucionado el videojuego 27 años después de su lanzamiento para la 16 bits de SEGA.
Monster World en la actualidad
Lo primero que salta a la vista es que el videojuego, originalmente en dos dimensiones, utiliza ahora la técnica cell shading con jugabilidad 2.5 D para mostrar tanto escenarios, edificios o personajes que aparecen en pantalla. Y además es muy bonito.
Tras las críticas que recibió el primer tráiler del videojuego, los desarrolladores se implicaron en ofrecer una visión del mismo algo más estilizada, colorida y con un encanto único. No llega a ser un remake tan bonito visualmente como Wonder Boy: The Dragon’s Trap pero tiene la suficiente fuerza como para brillar por sí solo.
Con respecto al primer tráiler que publicaron, Wonder Boy: Asha in Monster World ha cambiado bastante. Ahora la paleta de colores es más brillante, con más tonalidades y los escenarios están mejor sombreados. Los diseños de personajes y Asha se mantienen, solo que las animaciones ahora son mucho mejores que en su primer esbozo mostrado.
Los escenarios, por ejemplo, cuentan con más detalle, nuevos elementos visuales y en el caso de la ciudad principal, no se encuentra dividida en diferentes secciones —salvo las habitaciones o edificios— como en el de Mega Drive. La extensión del mapa, por supuesto, es la misma. Entre pasaje y pasaje de la historia se intercalan pequeñas escenas de vídeo animadas con el motor del juego bastante vistosas aunque pecan de un rendimiento algo pobre en la mayoría de ellas.
Hay que tener en cuenta también que el remake de The Dragon’s Trap e incluso el título ambientado en la saga Monster Boy y el Reino Maldito, están más trabajados que el de Asha in Monster World, pero no por ello se nos ha hecho “difícil de ver”.
En lo sonoro también ha mejorado y, de nuevo, no al mismo nivel que los anteriores mencionados. Toda la banda sonora ha sido reinterpretada por Shinichi Sakamoto y manteniendo la esencia de la original pero con nuevos arreglos e instrumentos. Hay lugar, también, para la nostalgia en los sonidos procedentes de los efectos especiales o de menús. Las reinterpretaciones son preciosas, tienen gran calidad y son fácilmente reconocibles. No es un apartado del que nos podamos quejar demasiado. Trae también la voz —en japonés— de la actriz Ai Fairouz, que presta su interpretación a la protagonista del juego.
Donde sí hay que dar un tirón de orejas es en la traducción al castellano, bastante irregular. Hay algún que otro error en la ortografía así como en la localización de los textos que pueden llevar a malentendidos a los jugadores. No son demasiados pero se suma al hecho de que el juego está un peldaño por debajo de las obras mencionadas anteriormente en el análisis, por lo que todo cuenta.
Con respecto a la jugabilidad se ha trasladado perfectamente a las nuevas plataformas. Es una gozada controlar a Asha y a Pepelogoo aunque un poco incómodo cuando se interacciona con las cuerdas dispersas por el escenario. En la entrevista que tuvimos con Ryuichi Nishizawa destaca que fue especialmente difícil adaptar los controles a las plataformas en las que se ha lanzado el videojuego (PS4, Switch) pero sobre todo, lograr que los movimientos, extraídos del original en dos dimensiones, lograran casar con el escenario en tres dimensiones.
A pesar de que en términos de calidad esté un puntito más bajo que sus antecesores, que no os haga dudar la puntuación final. Se disfruta tanto o más que cualquiera de los anteriores y para muchos de vosotros será una nueva aventura en Monster World dado que su lanzamiento original fue exclusivo para Japón. Sigue manteniendo esa magia y espíritu de la saga a pesar de ser ligeramente distinto a los primeros capítulos de la franquicia y con un aspecto totalmente renovado.
Conclusión
Wonder Boy: Asha in Monster World vuelve a consolas actuales con una versión mejorada en tres dimensiones y ligeros cambios en su jugabilidad. No obstante, respeta al máximo el original y los cambios añadidos suman calidad a un título memorable. No llega al nivel del remake de The Dragon’s Trap ni al de Monster Boy and the Cursed Kingdom, pero mantiene muy bien el tipo y sigue siendo recomendable.
Lo mejor
- Totalmente renovado sin perder ni un ápice de sus cualidades.
- La banda sonora es preciosa.
- Gráficamente es muy bonito a pesar de no estar a la altura de sus predecesores.
- Muy divertido y ameno. Te quedas con ganas de más aventuras.
Lo peor
- Algunos tirones en Nintendo Switch, el más grave en la escena de guardado de partida.
- Corta duración y poco rejugable.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.