Assassin's Creed Valhalla: La Ira de los Druidas, impresiones finales de la primera expansión

Eivor y su clan emprendieron un viaje hacia Inglaterra, tierra de cristianos. Abandonaron su Noruega natal en busca de un nuevo hogar. Después de aliarse con reyes y señores, el emblema del cuervo fue colocado en muchos de los territorios británicos, pero la aventura todavía no ha concluido. Assassin's Creed Valhalla estrena La Ira de los Druidas, su primera gran expansión, que estará disponible a partir del 13 de mayo en PS4, PS5, Xbox Series X, Xbox Series S, PC y Google Stadia. En MeriStation ya hemos tenido la oportunidad de acceder al DLC, por lo que os acercamos nuestras impresiones finales.

Nada más descargar el paquete de contenido, el juego nos informa de que un emisario ha llegado desde tierras irlandesas. Se encuentra en el asentamiento, por lo que Eivor se dispone a recibir la visita, ya como jefe del clan. El informante le cuenta que el rey de Dublín requiere sus servicios, de modo que le solicita que se persone en Irlanda próximamente. El vikingo es reacio al principio, pero cambia de opinión cuando se revela la identidad del monarca. El barco iza las velas y zarpa desde el puerto hacia un lugar de cultos mistéricos, lluvias torrenciales y bosques frondosos y hechizantes, el hogar de los chamanes druidas.

En las primeras horas volvemos a participar en el juego de tronos. Sin desvelar nada importante de la trama, diremos que el reinado en Dublín no es seguro ni mucho menos. Además de los conspiradores cristianos, los clanes vikingos contrarios operan para deponer reyes, al igual que algunas fuerzas que se ocultan en las sombras. Lo más importante para Eivor y el soberano es asegurarse el apoyo de Flann, que va a ser coronado rey de todo Irlanda. Ganarse su favor será una de nuestras misiones principales.

Continuista con respecto a Valhalla

En Immortals Fenyx Rising, Ubisoft ha experimentado con las expansiones, hasta el punto de que la tercera de ellas cambia de forma radical algunas mecánicas centrales, como el sistema de combate. La Ira de los Druidas es un producto bastante más continuista en lo que se refiere a las mecánicas. Por tanto, la exploración, el sistema de combate y la forma de interactuar con el mundo y los personajes es prácticamente igual al del juego base, con todas sus virtudes y defectos. Vuelven los minijuegos de beber, los asaltos a los monasterios, la sincronización de atalayas, la búsqueda de tesoros, etc. El mapa es lo suficientemente amplio como para albergar todo esto, por no hablar de los múltiples desafíos, misiones secundarias, arquetipos de enemigos druidas, romances y habilidades inéditas, que se hallan en los Libros del Conocimiento.

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La Irlanda del siglo IX que se retrata en Assassin's Creed Valhalla es una nación de contrastes. La tradición, lo antiguo, puja por sobrevivir en los tiempos modernos. De ahí que Ciara, una druida poetisa, apoye a Flann como rey, puesto que al menos parece dispuesto a no destruir su legado. Aun así, no todos los druidas están con él. Los Hijos de Danu son una orden secreta que opera en las sombras y que juega con el veneno y las ilusiones. Al luchar contra ellos, es posible ver cosas que no existen, pero que ante los ojos parecen reales. Eivor tendrá que eliminar a los miembros de la organización si quiere desentrañar los secretos y evitar sus oscuras artes.

Mecánicamente, Ubisoft ha vuelto a optar por el mismo sistema que introdujeron en Assassin's Creed Odyssey y que también rescataron en Valhalla: un sistema de pistas escondidas que sirve para desenmascarar a los miembros y para darles caza. Tal vez este tipo de sistemas ya comiencen a sentirse un poco manidos, así que habría estado bien que el estudio hubiera aplicado al menos algún cambio. Lo mismo con la estructura de asaltar monasterios y conquistar fuertes. Aun así, entendemos que es una expansión, de modo que los cambios deberían llegar en la próxima entrega, que todavía no ha sido anunciada.

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Dos novedades a tener en cuenta

No todo es igual a lo visto en el juego principal. En La Ira de los Druidas, Ubisoft Montreal ha implementado dos novedades a tener en cuenta. Por un lado, los puestos comerciales. El primer paso es limpiar estos lugares de enemigos (bien señalados en el mapa con su respectivo icono) y conseguir la licencia para operar. Luego, como en el asentamiento, podremos construir una serie de edificios que utilizaremos para comerciar con otros territorios. Los contratos comerciales permiten obtener recursos únicos: vendemos las mercancías de Irlanda a naciones de ultramar, lo que también incrementa el renombre de Dublín. A medida que su nivel aumenta, aparecen más países con los que establecer acuerdos.

Por otro lado, en los palomares dispersos por Irlanda —un guiño reconocible a anteriores títulos de la marca—, se nos proporcionan las exigencias reales, una serie de misiones que cumpliremos para ganarnos el favor de los distintos reyes y para obtener los materiales que nos servirán para edificar los puestos. Cabe destacar que cada una de ellas incluye ciertas condiciones (peticiones reales) que no son de obligado cumplimiento, pero si las cumplimos conseguiremos más recompensas. Son del tipo “no recibas daños” o “no mates a más soldados de los prescindibles”.

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Con 100 horas de partida a nuestras espaldas, lo cierto es que el nivel de dificultad no es demasiado elevado. El máximo nivel de poder de Assassin's Creed Valhalla, la mecánica de asignación de habilidades que determina la progresión del personaje, es de 400 puntos. En Irlanda, los territorios están muy por debajo, de forma que si has completado el juego principal, no tendrás problemas para superar la historia. Pero ¡cuidado! Los druidas, en su afán de provocar alucinaciones, son más peligrosos de lo que pueda parecer a simple vista.

En definitiva, Assassin's Creed Valhalla: La Ira de los Druidas es una buena expansión que añade un nuevo mapa y una historia completamente nueva. La Irlanda de los secretos, de lo mistérico, funciona muy bien dentro de la estructura narrativa y de la ambientación. Es verdad que echamos de menos más novedades, pero los que disfrutaron del título principal seguramente vean el atractivo de este contenido, que incorpora muchas horas adicionales de diversión.