Immortals Fenyx Rising: Mitos del Reino del Este, impresiones finales del segundo DLC

Immortals Fenyx Rising nos llevó a explorar una antigua Grecia tan mitológica como desenfadada, un lugar de hermosos y coloridos parajes, ungido por el poder de las deidades, pero a punto de quedar devastado por la guerra contra un poderoso Titán. Fenyx, el protagonista de la aventura, descubrió su destino y logró vencer al malvado Tifón. Después de conocer su verdadera naturaleza, su historia continuó en la primera expansión, en la que tuvo que enfrentarse a las duras pruebas de los dioses. Para el segundo DLC de pago, en cambio, Ubisoft Quebec (creadores de Assassin's Creed Odyssey) ha cedido el testigo al estudio de Chengdu, que ha optado por un nuevo protagonista: ya no estamos en Grecia, sino en un mundo inspirado en China y en la cultura oriental. Sed bienvenidos a los Mitos del Reino del Este, tierra de dioses y de héroes.

Si en el juego original y en Un Nuevo Dios podíamos crear a nuestro héroe y personalizar su aspecto físico (siempre dentro de las limitaciones del editor, que era bastante básico), en esta expansión nos encontramos con un guerrero prediseñado, que luce aspecto oriental y lleva el cabello recogido en un moño. Responde al nombre de Ku, y al igual que en el caso de Fenyx, pronto conocerá a las deidades que rigen el territorio, Nuwa y Gong Gong.

Bajo la capa de pintura que representa la nueva ambientación, Mitos del Reino del Este no esconde que es un contenido adicional, en el sentido de que a pesar de que incorpora novedades con respecto al juego base, en esencia utiliza exactamente los mismos recursos y mecánicas jugables. Esto se detecta casi desde el principio, cuando el jugador percibe que los distintos enemigos no son inéditos, sino simples skins que les confieren un aspecto diferente. En lo jugable, mantiene los mismos elementos, aunque la exploración es más reducida, habida cuenta de que las dimensiones del mapa son también más contenidas.

Otro mundo en peligro

La historia parte del hecho de que el cielo se ha agrietado después de que Tao Lu dañara la montaña, por lo que el mundo entero está en grave peligro. La amenaza es que el equilibrio entre cielo y tierra se rompa, de modo que la diosa Nuwa nos encomienda buscar los trozos de cielo desperdigados por el mundo para solucionar el desgarro. Nuestro protagonista despierta sin saber bien lo que hacer, pero pronto toma la iniciativa y emprende su camino heroico.

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Ku, que a rebeldía no le gana nadie (quizá Fenyx), hace oídos sordos a las advertencias de la deidad y prefiere enfrentarse al mundo y a sus enemigos a su manera. Por eso, decide explorar las tumbas de unos majestuosos dragones. Frente a sus calaveras, descubre que el alma de las bestias continúa ahí, así que no duda en ayudarles. A partir de ese momento, el joven seguirá un camino repleto de vicisitudes.

Immortals Fenyx Rising se nutría de la exploración, el combate y los puzles. La primera expansión se centró más en los rompecabezas, mientras que este segundo DLC retoma su aspecto aventurero para ofrecer un contenido más parecido al del juego base, aunque más reducido en volumen. Se cambian los nombres de algunos poderes y recursos, volvemos a utilizar las alas para planear desde los cielos y disponemos de las mismas habilidades de combate que antes. Además, la progresión no se interrumpe, porque en el renovado Panteón de los Dioses puedes mejorar el equipamiento, la barra de vida, etc. En ese sentido se trata de un producto que sigue a rajatabla las directrices del juego original. Y sí, es cierto que no es posible elegir el color de pelo o los rasgos de Ku, pero la personalización de armas y armaduras nos permite diferenciar al personaje y personalizarlo más a nuestro gusto.

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Parecido al juego base

Si lo comparamos con Un Nuevo Dios, no hay duda de que el contenido principal se agota antes: apenas seis horas para desplegar la historia de Ku al completo, aunque los más completistas podrán encarar múltiples desafíos o buscar coleccionables para ampliar la experiencia de manera notable. Diremos que en lo que respecta a los contenidos es una versión compacta del original. Por mucho que repita elementos, no debemos olvidar que se trata de un DLC y no de una producción completamente nueva.

Por todo esto, la mejor descripción que podemos hacer es que es más de lo mismo, lo que no significa que tenga una connotación negativa. De hecho, Ubisoft Chengdu ha diseñado un DLC que te mantiene pegado a los mandos, con rompecabezas similares a los que se plantearon en Immortals Fenyx Rising —alguno inédito— y con un sistema de combate que se mantiene prácticamente inalterable. Por otro lado, se ha añadido un sistema de puntuaciones que recuerda al de los juegos de acción, de modo que recibimos una calificación determinada. Es decir, el nivel de Sello divino evalúa nuestro rendimiento durante el combate.

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Las Cámaras de Tártaro, renombradas ahora como Ruinas, regresan sin que varíe su función. Son secciones en las que debemos resolver puzles y combatir contra monstruos. Al superar el desafío se nos otorga una recompensa, y ni que decir tiene que algunas son obligatorias para completar la historia.

El mapa es más pequeño, cuenta con dos secciones principales, pero la estructura de mundo abierto no se ha perdido, como tampoco lo ha hecho el componente de exploración. Al final, es un viaje épico que nos brinda la oportunidad de recorrer tierras mitológicas, siempre desde un punto de vista cómico. Porque no, Mitos del Reino del Este no ha perdido su sentido del humor ni su encanto. La expansión gustará a todo aquel que haya disfrutado del juego base: quizá la dificultad también esté más en la línea de Inmortals que de Un Nuevo Dios, que nos pareció más desafiante a todos los niveles. Con todo, es un contenido muy recompensable.