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Olija

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De perdidos al mar

Olija: Análisis. Un juego único

La soledad del forajido

Actualizado a

Devolver Digital tiene un ojo especial. Entre la marea de juegos que sale cada año en las plataformas digitales son capaces de encontrar las joyas más impredecibles. A primera vista Olija parece un indie entre muchos otros, uno de esos juegos pixelados con una mecánica vistosa de los que ya estamos empezando a cansarnos. Entonces enciendes el juego y se te presenta una pantalla de carga donde cada detalle ha sido trabajado de forma minuciosa para llenar la escena de energía. Rápidamente comprendes que Olija tiene ese nivel de cuidado minucioso, de extenuante atención por el detalle, que distingue a las grandes obras de las mediocres.

Obra personal

Si algo hace destacar a Olija es la sensación de ser una creación que refleja a la perfección la personalidad de su creador, Thomas Olsson. Mientras que otros juegos con similares valores de producción parecen creados en una fábrica con el objetivo de ofrecer un tipo de producto determinado en Olija hay cierta sensación de libertad en el proceso creativo.Desde unas animaciones innecesariamente detalladas a la banda sonora, que de repente te presenta con un delicioso saxofón cuando menos te lo esperas, Olija es una obra donde dispares elementos encuentran una completa unidad temática.

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Comenzamos el juego como Faraday, un forastero llegado a una isla con inspiraciones claramente niponas, reflejando la propia experiencia del creador como estudiante en el archipiélago japonés. Nuestro primer y más fiel compañero lleva el remo en la barca que usaremos para desplazarnos por el mundo de Terraphage. Tras un pequeño tutorial se nos presenta con una modesta base, cochambrosa y despoblada. Poco más tarde se nos presentará el mapa de mundo donde, de forma similar a las entregas 2D de Mario, podemos escoger nuestro siguiente destino. La estructura general del juego consiste en tratar de conseguir llaves para desbloquear los siguientes segmentos del mapa.Central para la historia y el gran protagonista mecánico es un arpón legendario que encontraremos al poco de empezar nuestra aventura. Este arma es parte de una profecía que dice que un extranjero será capaz de portarlo para liberar al mundo de su actual desolación. Todas las piezas van encajando, como lo hace afortunadamente la jugabilidad de este título. Para usar el arpón lo dispararemos en la dirección deseada, pudiendo teletransportarnos hacia el mismo cada vez que impacte en algo. A esto le sumamos un variado arsenal de armas que vamos encontrando a lo largo de la historia y que podemos combinar en satisfactorios combos.

El combate de Olija es de los mejores que podremos encontrar en un título bidimensional, a pesar de nunca explorarse sus posibilidades del todo. Podemos combinar todas nuestras armas en poderosos combos y a más golpes que tenga cada combo más poderoso el siguiente. Así si damos cinco golpes a un enemigo el sexto podría ser un devastador cañoñazo con el trabuco, mientras que si empezamos el combo con el trabuco no hará demasiado. Todo esto funciona gracias a las ya mencionadas excelentes animaciones, donde se aprecia que Olsson tiene un dominio total de la expansión y comprensión del personaje para transmitir movimiento, fuerza y poder en cada golpe. Los enemigos que se nos presentan nunca llegan a cotas de dificultades tremendas pero si son capaces de representar un desafio considerable si no se saca provecho de las mecánicas del combate.

Una auténtica aventura

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Hace ya un tiempo que nos vamos acostumbrados a que los grandes juegos también sean, eso, grandes. Sin embargo hay algo que decir sobre un juego como Olija, con una duración de apenas cinco horas pero sin relleno, sin un palmo del terreno innecesario. Esto es una obra artesanal, donde cada misión trata de explorar una mecánica, presentar una nueva o simplemente contar algo. El cariño que se ha puesto a cada tramo de este título nos recuerda a una cierta compañía del país en que se inspira este título. Hay misiones donde predominan los puzzles, otras en las que debemos observar el escenario y recurrir al sigilo y algunas donde simplemente combatiremos hasta la muerte con incontables enemigos. Ninguna de ellas aburre y ninguna de ellas parece estar ahí para aumentar el número de horas que aparece en howlongtobeat.

La base que mencionamos antes se irá poblando a medida que rescatemos a prisioneros nuestras escapadas. Poco a poco se convertirá en un fuerte repleto de soldados y habitantes dispuestos a ayudarnos. Podremos regenerar nuestra vida con un rico caldo, mejorar a nuestro personaje, pagar a un excursionista para que nos consiga recursos… Y comprar sombreros. Estos son la forma en que personalizaremos a nuestro personaje y ofrecen beneficios únicos en combate como regenerar vida cada vez que usamos el arpón o electrificarlo tras dar a un enemigo. Como otros elementos de Olija no tienen porque estar aquí pero se agradece este pequeño toque de expresión libre.

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La historia francamente es la parte más débil del juego, pero no por ello es mala. Simplemente no parece tener demasiado que decir, prefiriendo ocultarse tras un velo de misterio como el que transmite From Software en sus títulos pero sin llegar al nivel de estos en su ejecución. Con todo es un buen vehículo para moverte hacia adelante, con una conclusión relativamente satisfactoria y momentos sorprendentes por su ritmo. Desde luego esta claro que hay otros elementos del juego que han recibido más atención, como la banda sonora. Esta tiene una variedad y calidad francamente inexplicable para el título, siendo especialmente dignos de mención esos momentos ya mencionados de calma y saxofón. Aficionados a la música del videojuego, no dejéis esta banda sonora sin escuchar.

Conclusión

Olija es un juego único. No porque haga nada que no se haya hecho antes, ni mucho menos, sino por cómo logra incorporar elementos con los que ya estamos familiarizados y al mismo tiempo darles un toque de personalidad que solo podría venir de su creador. Este es un videojuego en el que la suma de sus partes es mejor que cada parte individual aun a pesar de que cada parte individual es muy buena. Solo Thomas Olsson, poseído probablemente por una frenesí explosiva de trabajo, podría haber creado Olija. Más de esto, por favor.

Lo mejor

  • Cuidado en cada pequeño detalle
  • Una obra auténtica
  • Buenos pixeles
  • Jugabilidad más que satisfactoria
  • Gran banda sonora

Lo peor

  • La historia no sabe muy bien que cuenta
  • Algún enemigo aparece demasiado para lo sencillo que es
8.3

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.