7 datos que no deberías compartir nunca por Internet
¿Exponemos demasiado nuestra vida en las redes sociales? Según la OSI esto no se debe hacer online.
Una huella digital es ese rastro personal que vamos creando en Internet a medida no solo que creamos cuentas de correo o de WhatsApp, sino que escribimos y publicamos tweets en Twitter, subimos fotos en Instagram, compramos en Amazon y AliExpress, pujamos en eBay, hacemos directos en Twitch, contestamos en noticias de páginas web e interactuamos en sus foros.
La Huella Digital que dejas
La huella digital se ha acrecentado con mucho en la actualidad de hoy de las redes sociales. Pero a veces no somos conscientes de lo mucho que podemos estar dejando ver de nosotros/as mismos/as al resto de gente con la que interactuamos en las redes. Hay que tener cuidado en Internet, sobre todo cuando se va a compartir algo.
Según la OSI, la Oficina de Seguridad del Internauta, “Cada persona individual es responsable de su propia privacidad, tanto en la vida offline como en la online. […] Antes de compartir algo en Internet, debemos pararnos a pensar si realmente no nos importa que cualquier persona pueda acceder a ello, bien ahora o en el futuro. Debemos tener claro que perderemos el control de cualquier información que subamos a Internet, ya que, aunque lo borremos, un tercero habrá podido guardarlo y a su vez compartirlo”.
Por descontado “cada uno/a es libre de hacer lo que quiera con sus datos personales”, pero la OSI ha publicado una infografía de los tipos de datos e información personal que no deberíamos compartir en Internet, porque luego puede pasarnos factura en el futuro:
El eMail y el número de teléfono
Aunque es habitual utilizarlos para registrarnos en sitios web, si los compartimos libremente por Internet nos exponemos a ser víctimas de Spam, Phishing y todo tipo de ciberataques basados en ingeniería social.
Direcciones y la propia ubicación geográfica
Compartir nuestra ubicación en tiempo real o la dirección de nuestra casa es muy peligroso, no sabemos las intenciones de alguien que pueda estar interesado/a en saber dónde vivimos, cuáles son los lugares que frecuentamos o cuándo no estamos en casa.
Fotos de menores
Subir para compartir la foto de un hijo, nieto o sobrino es algo normal en las redes sociales, sin embargo no sabemos dónde pueden acabar estas imágenes ni quién puede tener acceso a ellas. Lo mejor es taparle la cara de algún modo.
Fotos comprometedoras / sensibles
Ya el simple gesto de subir un selfie a una red social o a Internet ya tiene un impacto en la huella y en la identidad digital, y es algo que se debe pensar un poco antes de hacerlo, ya que publicar fotos comprometedoras o de carácter íntimo o sexual pueden suponer una gran amenaza para nuestra seguridad y tener consecuencias muy graves, como la sextorsión o el ciberacoso.
Documentos personales: DNI, carnet, contratos
Tu DNI, carnet de conducir, un contrato laboral o los datos bancarios son datos personales y muy sensibles, si los expones en Internet te estás exponiendo a ser víctima de técnicas como el phishing o suplantación de identidad, y que cibercriminales usen tus datos de forma fraudulenta.
Opiniones, quejas y comentarios que te comprometan
Quejarse, expresar una crítica o simplemente desahogarse es algo muy común en las redes sociales y los foros, pero un comentario subido de tono en la Red puede llegar a oídos de personas que puedan sentirse ofendidas, e incluso atacadas, y que podrían no tomarse demasiado bien esos comentarios que has hecho.
Conversaciones y chats privados
Del mismo modo que no debemos compartir fotos de terceros sin su aprobación, las conversaciones y chats privados no son algo que debamos compartir en Internet, especialmente si contienen datos personales o información que podría considerarse como revelación de secretos, y la otra persona preferiría no difundir.