Lucha y Beat'em Up en 2020. Un año de nuevos comienzos
Recordamos lo que ha dado de sí 2020 en juegos de lucha y el resurgir de los Beat'em Up más clásicos
Lo cierto es que el año que termina no ha sido uno plagado de grandes novedades de calado para los juegos de lucha. Eso sí: junto con las típicas sorpresas que aparecen de cuando en cuando en cuando en este género, hemos presenciado cómo dos sagas míticas -con todas las letras- contaban con lanzamientos este año, y esa coincidencia debía llevar tiempo sin darse. Mortal Kombat 11 Ultimate y Street Fighter V: Champion Edition se bastarían por sí solos para certificar un muy buen año, ya metidos como estamos en una generación de consolas en la que este tipo de juegos tendrá su dosis de protagonismo, si tenemos en cuenta las cifras de ventas y el interés que ahora despiertan en los e-sports. Pero no solamente han sido buenos meses para la lucha tradicional one vs. one. También hemos presenciado un resurgimiento del Beat’em Up más tradicional, un género que solamente necesitaba buenos juegos para volver a alcanzar cierta relevancia. En ese territorio yermo hasta hace poco, Streets of Rage 4 ha sido la verdadera punta de lanza -paseándose hasta por la gala de The Game Awards- pero la verdadera noticia, en realidad, es que no ha sido el único ejemplar de calidad que ha llegado este año.
Street Fighter V Champion Edition y Mortal Kombat 11
Ambos se han distribuido en físico y suponen sendos relanzamientos para los dos últimos episodios de las dos sagas que mejor definen la historia del género. Comparten algunas cosas –como lo descomunal del contenido que incluyen– pero no diríamos que llegan en el mismo momento, en el contexto de lo sucedido estos últimos años en el reino los fighting games. Street Fighter V ha logrado reponerse hasta cierto punto de los desastres que le acompañaron en su lanzamiento, pero es Mortal Kombat quien da la sensación de haber transitado por un camino muchísimo más recto con su undécima entrega. El actual Mortal Kombat 11, con el apellido Ultimate, es un juego que aprovecha de salida las nuevas consolas, alcanzando una resolución y un manejo del HDR que lo colocan sin discusión como el juego de lucha más vistoso del momento, mientras que Street Fighter V aún arrastra algunas de sus dudas, sobre todo en lo que respecta al netplay y, hay que admitirlo, nunca ha convencido del todo a muchos de quienes se entregaron a fondo a su predecesor inmediato. Pero hay más diferencias en el estado de forma de Ryu y Scorpion.
Es justo reconocer que en Capcom tomaron buena nota y han ido nutriendo al juego de suficientes opciones offline como para ganarse el interés de todos los jugadores, pero también en esto NetherRealm parece estar ahora mismo un peldaño por encima. Con dos modos historia bastante entretenidos y una serie de propuestas que animan el cotarro para convertir el juego en algo infinito, Mortal Kombat entra en la nueva generación de consolas en un momento claramente mejor que el de Street Fighter V, incluso si dejamos de lado que el juego de Capcom no se ha actualizado para PS5 y Xbox Series X. Así las cosas, este enfrentamiento será uno de los grandes momentos a seguir cuando sepamos lo que Capcom planea tras la quinta entrega numerada, ya que lo cierto es que ahora mismo parte en desventaja ante un Mortal Kombat que ha logrado un equilibrio imbatible entre accesibilidad y complejidad y cuenta con una comunidad a la altura.
GranBlue Fantasy Versus
Arc System Works siempre ha derrochado puro talento a la hora de hacer videojuegos de lucha, por más que las grandes ligas siempre le hayan sido esquivas en occidente. Tras años intentándolo con Guilty Gear y BlazBlue, fue por fin el esperado matrimonio con Dragon Ball el que colocó al estudio en un nivel completamente diferente de popularidad con Dragon Ball FighterZ, iniciando una relación que ambas partes necesitaban, cada una por sus motivos. Pero en este estudio necesitan más y más personajes japoneses peleones, y este año lo hemos comprobado con GranBlue Fantasy Versus, una verdadera sorpresa dentro de la escena por desconocidos que puedan ser sus personajes en Europa.
GranBlue Fantasy Versus es un juego algo menos ambicioso si lo comparamos con un Street Fighter, pero al mismo tiempo nos parece una excusa perfecta para quienes no quieran pagar los peajes a los que hoy día obligan los grandes juegos de peleas. Sencillo de arrancar y vistoso como todo lo que hace el estudio, consigue llegar al suficiente nivel como para interesar a los más expertos durante un tiempo sin plantearse siquiera dar el salto a todo eso de los combos kilométricos o el entrenamiento durante horas. Su principal problema es que no puede esperarse gran cosa del online en Europa, pero es un juego muy bien hecho al que podríamos definir como una mezcla entre Guilty Gear y Street Fighter que no quiere convertirse en algo excesivamente complicado. Algo más profundo es Under Night In-Birth Exe [cl-r], otro juego de peleas más que competente que ha llegado a pasar por el EVO y ha visto lanzamiento para Playstation 4 y Switch este año.
De las recreativas a los ongoing games
La otra conclusión que uno saca, viendo cómo se han desarrollado estos doce meses, es que el modelo de los juegos de lucha como títulos que continuamente reciben nuevos personajes -con la consiguiente alteración del meta y las sacudidas para la comunidad- entra totalmente consolidado a esta nueva generación. Tal circunstancia no es como para tomarla a broma, si recordamos las críticas que Killer Instinct recibió por su modelo de negocio a comienzos del anterior ciclo de consolas. Street Fighter y Mortal Kombat han tenido, como ya hemos mencionado, recopilaciones de contenido tan gigantescas que son relanzamientos…pero no han sido ni mucho menos los únicos que se han expandido estos últimos doce meses. Alguien debería recordar a quienes se quejaban de Killer Instinct que las prácticas de las más grandes del universo retro no eran tan diferentes.
Dragon Ball FighterZ no ha parado de recibir nuevo contenido este año –ya en su tercera temporada– con el FighterZ Pass 3. Aunque algunos de los personajes nuevos llegarán en 2021, las novedades introducidas en el propio juego han supuesto suficientes alicientes como para mantener viva la llama de un título que ya ha llegado donde ningún otro juego lo hizo jamás, si de lo que se trata es de pelear con Goku y Vegeta (recordatorio: han sido unos cuantos). Por lo que respecta al roster de personajes, se ha visto incrementado con Kefla, Goku Ultra Instinto y Muten Roshi –sí, el viejo maestro pelea contra Freezer– a la espera de más lanzamientos pendientes para 2021. El resultado de esa fusión tan deseada entre Dragon Ball y ArcSys, con tres temporadas del juego detrás y unas ventas millonarias que garantizan que se convertirá en saga, ha excedido con mucho las expectativas que casi todos teníamos depositadas en este título. No es que fuese precisamente malo cuando salió, y seguramente no se trata del juego de lucha más accesible en estos momentos a nivel competitivo, pero tampoco se podía prever un desarrollo tan rápido y, sobre todo, tan solvente, creando una comunidad que sorprende para un título tan reciente.
El otro gran juego de lucha tradicional de estos últimos años se ha convertido ya en todo un dinosaurio incombustible, al que no nos sorprende ver en tan buen estado de forma. Es tan largo su recorrido que no deberíamos nunca hablar de Tekken 7 sin recordar primero que se trata de un videojuego lanzado en 2015 en recreativas, por lo que es evidente que solo puede estar en desventaja con todos los demás juegos de los que estamos hablando. Por suerte, este Tekken 7 es una gran demostración de que la tecnología no lo es todo, destacando por lo bien que ha sabido jugar sus cartas entre los actores principales de la escena de la lucha. Por muy probable que sea que Harada-San esté ya en otras cosas, el Tekken 7 de 2020 un juego totalmente vigente a nivel de mecánicas que no ha hecho sino terminar de limar sus aristas a lo largo de los años, para dejarlo todo pulido hasta un nivel que deja boquiabiertos a quienes siguen la saga desde sus inicios. Lo más grande, de todos modos, es que los personajes lanzados en 2020 –Fahkumram y Kunimitsu– no van a ser los últimos, porque ya hay más contenido anunciado para los próximos meses. Una verdadera locura, por más que a Tekken le vaya haciendo falta un salto tecnológico para poder mirar a los ojos a sus rivales, que son –y seguirán siendo a menos que a Harada se le vaya la cabeza– los de la zona más noble del género.
Tekken, Street Fighter, Dragon Ball y Mortal Kombat son los top tier actuales de un momento sensacional. Pero haríamos mal –igual que en los noventa– en centrarnos únicamente en ellos, ya que por suerte no son los únicos. Smash Bros sigue a lo suyo, arrastrando a las masas con cada anuncio de un nuevo personaje apoyado en unas ventas brutales –más de veinte millones de copias– para este juego de lucha tan particular made in Nintendo. A un nivel muy diferente de popularidad, pero también con bastante calidad a los mandos, se sitúan otros dos títulos que aún siguen recibiendo contenido: Samurai Shodown y Soul Calibur VI. Su único hándicap es el de no haber conseguido una comunidad lo suficientemente potente como para disputar la Liga de Campeones, pero ambos son más que dignos herederos de sagas históricas que han seguido activos este año 2020 mediante DLC, incluso con intercambios entre ellos como es la aparición de Haohmaru en Soul Calibur VI.
Un nuevo comienzo para el Beat’em up.
¿Qué decir de Streets of Rage 4 a estas alturas? desde su lanzamiento en Abril no ha hecho más que cosechar parabienes, críticas positivas y unas ventas importantes, haciendo buena una propuesta que ha convencido hasta a los más escépticos con el retorno de una saga…que ha hibernado un cuarto de siglo. El Beat’em Up es uno de esos géneros que nunca se han llegado a ir del todo a nivel indie, pero necesitaba revulsivos que convencieran de una vez a los viejos rockeros que nunca se dejaron seducir por propuestas tan divertidas como la de Castle Crashers, así que es una buena noticia poder decir que este año hemos visto algunas. Incluso si dejamos de lado a un Streets of Rage 4 que sin duda juega en otra liga, se percibe que empieza a haber ejemplares de más enjundia que nos mueven a mirar al futuro con optimismo.
Lanzado en 2019 desde Grecia, a The Takeover le pesó seguramente la coincidencia con River City Girls, y pasó sin pena ni gloria en sus primeros meses en Steam. El lanzamiento en Switch parece haberlo revitalizado y nos alegramos por ello, porque este es otro de esos juegos tan bien hechos que sorprende que los haya diseñado una persona. Inspirado indisimuladamente en Final Fight y Streets of Rage pero con un punto de tosquedad en los movimientos que nos recuerda a otros títulos antiguos como The Combatribes, cualquiera que se ponga a los mandos de este juego irá dándose cuenta partida a partida de lo bien llevado a cabo que está todo, hasta el punto de que sería el Beat’em Up del momento de no haber mediado el torbellino de DotEmu. Un homenaje en toda regla a un género que aún tiene mucho que contar.
Por si nos faltaba algún invitado extra, este año nos ha traído también un retorno esperado por muchos como es el de Battletoads. Con un estilo visual similar al de Streets of Rage 4, los sapos de batalla han vuelto con un juego que captura algunas de las locuras que han hecho que sus títulos para la anciana NES aún sigan en la memoria de muchos. Picos de dificultad absurdos, combate fluido pero simplificado si lo comparamos con muchos juegos similares y el desenfado argumental de siempre –no olvidemos que son unos sapos musculados que dan tortas– son las bases de una propuesta que parece haber gustado a muchos de los seguidores de la saga tradicional. A pesar de ello, no nos atreveríamos a situarlo al mismo nivel de los otros grandes Beat’em Up del momento. De hecho, ni siquiera es sun Beat'em Up todo el tiempo, pero cumple con su cometido y divierte sin pretensiones. Tópico manido, pero al final es de lo que se trata.
Un año importante para lo que vendrá
Es verdad que, como mencionamos al comienzo, 2020 no nos ha traído ningún nuevo nombre grandioso que se vaya a aupar al trono de los más grandes de la lucha o a reinar en el EVO. Ha sido más bien un año en el que los dos grandes referentes se han posicionado para el futuro inmediato, un nuevo invitado como Dragon Ball FighterZ ha dado un clarísimo paso adelante, Tekken 7 ha demostrado que por él no pasan los años y Smash Bros ha seguido jugando en su liga propia. Si lo que buscamos a finales de cada año son novedades, éstas han venido más bien de la mano de los Beat’em up, para los que esperamos que Streets of Rage 4 suponga un nuevo punto de partida. Si su éxito anima a otras compañías –especialmente a una que empieza por C– a volver a fijarse en este género, podríamos estar ante un resurgimiento que muchos llevamos años esperando. Suceda o no, The Takeover y Battletoads, como pasó el año pasado con River City Girls, demuestran que vuelve a existir una clase media ahora mismo en estos juegos. Streets of Rage 4 –nostalgia aparte– confirma que solo hacía falta tomarse las cosas en serio –a un nivel alto de diseño– para que las ventas acompañasen. Así las cosas, la nueva generación de máquinas aguarda con las puertas abiertas de par en par a quienes creen en los puñetazos y patadas como método de diversión interminable.