La historia de Ys, una saga más antigua que Final Fantasy
Repasamos los orígenes y los motivos que llevan a Ys a ser una serie querida por todos aquellos que la descubren por primera vez.
Aunque la mayoría de los jugadores reconoce el nombre de Ys si sale en una conversación o se lo encuentran por internet, son pocos los que han jugado a esta saga en Occidente, y menos aún quienes saben lo antigua que es realmente. ¿Nos creeríais si os dijéramos que el aventurero Adol Christin lleva entre nosotros solo dos años menos que la saga Super Mario, uno menos que The Legend of Zelda, y que, de hecho, Ys es (aunque por poco) aún más antigua que la mismísima Final Fantasy? Cuesta creerlo, ¿verdad?
Y, sin embargo, es así. El mítico espadachín Adol Christin ya lleva más de 30 años entre nosotros, y en ese tiempo ha viajado a lo largo y ancho del mundo corriendo todo tipo de aventuras, desde las tierras de Felghana donde se crio su inseparable amigo Dogi, hasta el bosque de Celceta, un océano forestal inspirado en las regiones norteñas de España. Aunque Ys ha sido sobre todo una saga de nicho, cada vez ha ido gozando de más y más popularidad, y hoy en día ya casi ha entrado por completo al torrente mainstream de la industria gracias al éxito de Ys: Lacrimosa of Dana. Por eso, hoy vamos a dar un repaso a la historia de esta franquicia y a los motivos por los que ha llegado tan lejos desde aquellos humildes orígenes.
Un poco de historia
La legendaria saga RPG de acción de Nihon Falcom lanzó su primer título ni más ni menos que en 1987: se trata de Ys I: Ancient Ys Vanished, que vio la luz en la obscura y casi completamente desconocida PC-8801. Este título ya era bastante novedoso para la época, pues, en lugar de seguir el sistema de combate por turnos o el hack and slash, las batallas se libraban cuando nuestro protagonista chocaba contra los enemigos. Dependiendo del ángulo en que se produjera el contacto, se determinaba si era Adol o el rival quien sufría daño. Era un sistema frustrante de primeras, pero al que te acababas acostumbrando.
Al igual que sus sucesores, Ys I: Ancient Ys Vanished era un juego de alta fantasía con mucho lore y carga narrativa, una de las características que llamó la atención en su época y que le granjeó la fama de la que hoy goza. Esta historia se completaría con Ys II: Ancient Ys Vanished – The Final Chapter, ya que el cartucho original no tenía memoria suficiente para contener el juego entero. Este problema sería remediado más adelante con el lanzamiento de Ys I & II para la TurboGrafx-CD, lo cual permitía contar la primera aventura de Adol Christin por completo sin interrupciones impuestas por el hardware. A partir de aquí comenzaría la leyenda del espadachín pelirrojo.
Y es que, desde entonces, Ys ha ido escapando de su nicho reducido de amantes de los RPGs en Japón y se ha ido extendiendo hacia Occidente, ganando cada vez más adeptos a su paso. Se podría decir que su éxito a un nivel más mainstream comenzó con los lanzamientos de Ys VI: The Ark of Napishtim e Ys: The Oath in Felghana para PSP, pues fueron los juegos que establecieron un sistema de gráficos y de combate muy característicos que se repetirían de allí en adelante (por ejemplo, en Ys Origin), y porque fueron de los pocos juegos de la franquicia que tuvieron su lanzamiento más allá de Japón. Este éxito no hizo más que crecer cuando los gráficos y el sistema de juego fueron evolucionando con cada nueva entrega, como Ys Seven, Ys: Memories of Celceta e Ys VIII: Lacrimosa of Dana. La saga sigue muy viva, y el próximo 2021 veremos el lanzamiento de su más reciente entrega, Ys IX: Monstrum Nox, en Occidente.
Una cronología confusa
Los fans que intenten introducirse en los mundos de Final Fantasy no tendrán mucha dificultad para averiguar cuál es el orden en que se fueron publicando los títulos principales de la franquicia: para eso tienen un I, II, III… Pero este no es el caso de Ys. Aunque comenzó así, con Ys I & II, las cosas comenzaron a complicarse rápidamente debido a que Nihon Falcom encargó el desarrollo de futuros títulos a otras compañías, y más adelante decidió que esos juegos ya no formarían parte del canon.
Es por eso que muchos de nosotros hemos jugado a Ys III: Wanderers from Ys, un plataformero con elementos RPG, y luego a Ys: The Oath In Felghana, un RPG puro y duro que sigue la formula clásica de la saga, sin darnos cuenta de que en teoría los dos cuentan la misma historia y ocupan el tercer puesto en la cronología de Ys. Aún más confuso es el caso de la cuarta entrega, honor que originalmente perteneció a Ys IV: Mask of the Sun, pero que luego pasó a Ys IV: The Dawn of Ys, y que finalmente se ha asentado en Ys: Memories Of Celceta. Este juego ahora reemplaza a los anteriores en la narrativa de la saga, y se establece como el canon aceptado de Nihon Falcom.
Como vemos, la tarea del historiador que quiera establecer el canon de Ys es compleja, sobre todo teniendo en cuenta que cada uno de los títulos ha sido lanzado para un sinfín de plataformas; además, cada nuevo lanzamiento conllevaba nuevos cambios y ajustes, haciendo que la experiencia de juego fuera diferente, o a veces, incluso, que la historia cambiara radicalmente. Es por eso que debemos pensar en la narrativa de Ys más como una leyenda que va pasando de boca en boca sin quedar nunca fijada que como una historia completamente cierta que no admite cambios.
¿Qué hace especial a Ys?
Para que una saga dure tanto, su calidad debe ser indiscutible. Así pues, ¿cuáles son los elementos que han hecho que los fans la adoren tanto?
Lo primero de todo es un estilo de combate frenético y adictivo, que se mueve muy rápido y te obliga estar atento en todo momento al escenario que te rodea. Aunque las batallas han ido evolucionando con el paso de las décadas, el factor de la velocidad se ha mantenido siempre: Nihon Falcom quiere que el jugador no se aburra y se concentre en la pantalla, por lo que busca todo tipo de maneras de hacer que se sumerja en los combates.
Y es que es muy satisfactorio subir de nivel o hacerse con equipamiento nuevo que nos permita avanzar por zonas más inhóspitas, así como la forma de aprender habilidades (a través de reliquias que encontramos en el mapa, por ejemplo), etc. El caso es que las batallas con los monstruos que se nos crucen en el camino son un factor crucial en todas las entregas, y uno de los grandes motivos por los que es tan difícil dejar la consola cuando estamos jugando a Ys.
Y luego está la música: las bandas sonoras de la saga Ys se consideran de lo mejor que existe en el mundo de los videojuegos. Sus arreglos de metal mezclados con violines, unido a melodías de corte renacentista muy solemnes y grandilocuentes, hacen que el mundo de sus juegos realmente cobre vida, además de dotar de una intensidad especial a los combates contra los jefes finales. ¿No me crees? Escucha “Black Wings”, de Ys: Memories of Celceta, y me darás la razón. Tal es la calidad de las bandas sonoras de esta franquicia que Falcom Sound Team jdk a menudo da conciertos con sus temas más populares y lanza álbumes con las OST de sus títulos.
Además, como ya comentamos antes, la saga de Ys está muy sumergida en el género de la fantasía épica más profunda. Es por eso que Adol Christin se encontrará talismanes y artefactos mágicos que le dotarán de habilidades especiales, luchará contra demonios y hechiceros salidos de las entrañas del infierno, y se aliará con guerreros variopintos que usan todo tipo de armas, desde lanzas y martillos hasta sus propios puños. Esta es una saga que se preocupa mucho por su worldbuilding y que no tiene miedo de dedicar el tiempo que haga falta a la narración: para Nihon Falcom, contar una buena historia es casi tan importante como ofrecer una experiencia de juego trepidante, y es por eso que en seguida sentiremos que nos sumergimos en las tramas de cada juego.
El futuro de Ys
Ys: Memories of Celceta tiene una nota de 82 en MetaCritic; Ys VIII: Lacrimosa of Dana recibió un 85; e Ys IX: Monstrum Nox, aunque por ahora solo ha sido lanzado en Japón, está teniendo un gran éxito en el mercado nipón. Hace 20 años habría sido difícil pensar que un JRPG con una estética anime y un desarrollo tan marcadamente japonés gozaría de tanto apoyo en Occidente, pero así es. Y es que este es un género que cada vez está teniendo una mayor acogida entre los fans europeos y americanos (basta con ver la popularidad de la que está gozando Genshin Impact estos días), y cuyo apoyo no va a hacer sino aumentar con el paso de los años.
Es por eso que el futuro de Ys parece cada vez más brillante. Por ahora aún tenemos pendiente el lanzamiento de Ys IX: Monstrum Nox en Occidente; después de eso, la saga seguirá creciendo y volviéndose cada vez más y más popular. Y es que su impacto ha sido tal que no solo se ha propagado a través de una longeva saga de RPGs, sino que también tuvo un MMORPG (Ys Online: The Call of Solum, que estuvo en activo de 2007 a 2012); una serie de animación de 11 episodios; y un sinfín de álbumes musicales que atestiguan la grandeza de sus bandas sonoras. Ahora solo nos queda esperar a la décima entrega de Ys, así como a los futuros planes de Nihon Falcom para esta saga legendaria.
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