Silent Hill 4: The Room regresa a PC y ya está disponible en GOG
Los jugadores de PC pueden volver a la habitación 302 de South Ashfield por Halloween, pues Konami acaba de lanzar en GOG la cuarta entrega de Silent Hill.
Siguiendo los pasos de Metal Gear, Castlevania y Contra, cuyos juegos llegaron recientemente a GOG (la tienda digital de CD Projekt RED, creadores de The Witcher 3), Silent Hill 4: The Room acaba de llegar a la plataforma y ya está disponible a un precio de 9,99 euros. El juego salió en PC en su día (allá por septiembre de 2004), pero en la actualidad era prácticamente imposible de encontrar, pues está desaparecido de Steam y del resto de las principales tiendas online. Esta versión que llega a GOG es la original, sin mejoras de ningún tipo, pero suponemos que no tardarán en contar con los mods y los filtros de la comunidad de PC, con los que remozar un poco el apartado visual y sacarle un mejor partido.
Silent Hill 4, o el principio del fin
Aunque para muchos fue el principio del fin del Team Silent, este Silent Hill 4: The Room se coló en nuestro top con los 9 mejores juegos de la saga y lo hizo en quinta posición. La aventura de Henry Townshend fue un híbrido extraño entre la primera y la tercera persona. Se desarrollaba a caballo entre Silent Hill y la casa de Henry, el apartamento 302, situado en South Ashfield, el pueblo de al lado. Nuestro protagonista no tardaba en tener extrañas pesadillas repletas de sangre, cadenas y criaturas infernales, debido a las cuales se adentraba en un nuevo viaje a los infiernos, como siempre acompañado por un apartado artístico terrorífico y la majestuosa banda sonora de Akira Yamaoka.
La llegada de Silent Hill a PC, aunque extraña, pues a diferencia de Metal Gear, Castlevania y Contra, se produce con un único juego y no con todos, nos permite volver a disfrutar un Halloween más de la franquicia y hacer como si ésta no hubiera caído en el olvido. Además es el segundo movimiento que hace Konami en torno a la saga tras su reciente colaboración con Dead by Deadlight, lo que aviva un poco nuestras esperanzas de que vuelva en futuro no muy lejano. Crucemos los dedos.
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