Nomofobia, el miedo irracional a no poder usar el móvil
Por la batería, la cobertura o por haberlo olvidado, la nomofobia se da mucho en los más jóvenes.
Se dice que estamos conectados. Error: estábamos conectados hace 20 años, con las primeras redes sociales, los chats online, etc. Ahora estamos hiperconectados, porque nos pasamos gran parte del tiempo que dura un día en el mundo de Internet, ya sea chateando, comprando online o jugando (o viendo streamings) a Fortnite y similares.
(Hiper)Conectividad
Y es que el móvil se ha convertido en nuestra vida, en TODA nuestra vida. Es el objeto que más vemos al día, lo consultamos de 50 a 100 veces de media, nos dormimos con él y es lo primero que vemos al despertar. Le hemos confiado no sólo agendas, sino datos privados, personales, fotos de la familia, imágenes íntimas, conversaciones escondidas, datos bancarios.
Estamos más evolucionados que nunca a nivel tecnológico, aunque esto tiene también su lado oscuro en forma de la dependencia extrema que muchos usuarios sufren de su smartphone, lo que crea síndromes y trastornos como la Nomofobia.
Nomofobia, el miedo a no usar el móvil
Según los expertos, la nomofobia es un término relativamente nuevo que consiste en “tener un miedo irracional a no poder usar el teléfono móvil, ya sea por no llevarlo con nosotros o por tenerlo fuera de cobertura o batería”. Un indicio de dependencia puede ser que no salgas de casa sin el cargador de tu móvil.
Según Red Cenit, expertos en desarrollo cognitivo, estas serían causas de un posible trastorno de Nomofobia:
Apps diseñadas para fidelizar
Uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos es el aislamiento social de las personas que hacen un uso desmedido de las redes. Su relación con el mundo y sus relaciones personales se desarrollan a través de una pantalla. Y a veces puede ser complicado desconectar ya que las redes sociales y en general las aplicaciones están diseñadas para fidelizar y retener al usuario, por lo que se hace más fácil crear hábitos que derivan en una dependencia.
Otro elemento que preocupa a las familias cada vez más es el tiempo que los más pequeños de la casa pasan inmersos en la red en redes sociales como Tik Tok, jugando a juegos online o usando aplicaciones de mensajería instantánea. La nomofobia se puede ver especialmente en un rango de edad entre los 12 y los 23 años, y en especial entre adolescentes y preadolescentes: Son los nacidos en esta actualidad digital de hiperconectividad, y se han criado en la era de Internet 2.0 y los smartphones.
Según expertos se trata de “una etapa de riesgo ya que se busca la aceptación de ciertos amigos para identificarse como parte de un grupo”. Algunos expertos apuntan que las chicas tienen un índice más alto de riesgo para sufrir nomofobia, debido a que “los lazos emocionales que establecen las mujeres por teléfono son más fuertes”.
Relaciones líquidas y Phubbing
Hay psicólogos que ya les dan nombre a este tipo de relaciones, llamándolas 'Relaciones Líquidas': Los jóvenes expresan todas sus emociones y sentimientos no de forma verbal y cara a cara, sino a través de una pantalla o de emoticonos. De hecho, ¿qué es lo peor que puede pasarle a un adolescente actual? Que pierda, le roben o sus padres le quiten el móvil. Sólo la idea de no poder usar su teléfono por olvidárselo o no tener batería “provoca cierto grado de ansiedad en los adolescentes”.
Del mismo modo puede afectar a las relaciones personales, ya que muchas veces (aunque de forma inconsciente), se practica el llamado 'Phubbing'': Ignorar a la otra persona cuando se debería estar hablando con ella, a causa del uso del móvil. El cerebro de alguien que presente nomofobia “reacciona de la misma forma que reaccionaría el de un adicto a las drogas o al alcohol, activando los mismos circuitos cerebrales y liberando las mismas sustancias responsables de la necesidad de volver a ‘consumir’”.
Poner fin a la Nomofobia
Como toda adicción, la Nomofobia tiene cura, pero no es fácil ni rápida. Unos consejos básicos para depender menos del smartphone son: