Xbox Game Pass es el verdadero rival de PlayStation 5

Si hay algo que me ha quedado claro después de ver el Xbox Games Showcase es que nadie puede dudar que Xbox Game Pass es uno de los mejores servicios de contenido a la carta del sector del entretenimiento. En general. No me imagino tener una Xbox sin contar con una cuenta activa a esta selección de más de un centenar de títulos; incluidos exclusivos desde el primer día y un apoyo emergente de grandes editoras. Lo que no me quedó tan claro es por qué tendría que comprar una Xbox Series X estas Navidades, y eso es un arma de doble filo.

O no. Porque todo depende de si Microsoft está más interesada en plantar cara a PlayStation 5 al inicio de la generación con Xbox Series X o con su camino de flores particular. En otro momento podemos hablar sobre hasta cuándo podremos acceder a esas promociones inverosímiles de varios meses a un euro; o cuánto tardará el equipo de Phil Spencer en pedirnos algo más de dinero al mes para este excelente servicio. De momento, lo visto con Halo Infinite me ha decepcionado en lo técnico, que no en lo jugable. Tienen mi voto de confianza; pero me faltaron certezas.

Cara y cruz para Xbox Series X

No me gustan los teasers con un logo o un vídeo que no permite que me haga una idea en mi cabeza de qué es lo que voy a jugar. Por eso no aplaudo movimientos como el de Metroid Prime 4 o The Elder Scrols VI y tampoco me convenció que se hiciera con Fable o Forza Motorsport. Si hay algo que no puedo negar a Sony es que su evento de presentación de juegos de PS5 estuvo plagado de certezas jugables. Faltaron fechas, hubo errores de comunicación… pero nos dijeron no solo a qué íbamos a jugar sino también cómo íbamos a hacerlo.

Ratchet & Clank: Rift Apart es una excelente manera de explicar al usuario que una PS5 hará cosas inimaginables en PS4. Me faltó eso en el Xbox Games Showcase, un título desarrollado por alguno de los estudios internos de la firma de Redmond capaz de transmitir ese mensaje, por mucho que lo lograse The Medium.

Con todo, el nombre de Xbox Game Pass se escuchó constantemente y lo hizo desde el primer minuto, cuando el propio Spencer fue muy claro al decir que todos los juegos que viésemos durante esa hora de presentación iban a estar desde el primer día en este “Netflix de los videojuegos”. Por eso ya no me extrañaría, en absoluto, que se anunciase un modelo Xbox Series S con capacidades intermedias entre Xbox One X y Series X; porque al fin y al cabo Microsoft quiere que entres en el ecosistema, sin importar cómo, dónde ni con qué modelo. Algo parecido a Apple con iOS. Quieren fieles y, para ello, hay que fidelizar.

El verdadero rival de PlayStation 5 se llama Xbox Game Pass porque ese servicio no se puede contrarrestar a base de catálogo ni exclusivos. Te fideliza a base de hechos. Está por ver hasta qué punto es una amenaza, pero me temo que el problema llegará el día en que una de las grandes editoras (las EA, Activision, Ubisoft…) lancen su próximo FIFA, Call of Duty o Rainbow Six —esos juegos como servicio que se lucran más por la microtransacción que por la venta directa— desde el primer día en Xbox Game Pass. ¿Qué hará Sony entonces? ¿En qué lugar queda en todo esto PS Now?

Se avecina una generación apasionante e, irremediablemente, con muchos cambios.